Porque no pudieron volver a la ciudad a tiempo, la enviaron al hospital de Chunfeng. Esa noche también fue ingresada otra mujer embarazada.
—¿Y luego? —preguntó Lu Tingxiao por más que ya había adivinado que ocurriría.
Ning Xi se encogió de hombros.
—¡Y luego empezó el drama! El hospital era pequeño, no tenía suficiente personal y estaba mal administrado. ¡Intercambiaron a las dos bebés y cometieron un error que duró dieciocho años! ¡Sabes que Ning Xueluo y yo incluso somos del mismo grupo sanguíneo, es por eso que nadie se dio cuenta de nada!
—¿Entonces cómo se enteraron?
Ning Xi se dio la vuelta y le sonrió a Lu Tingxiao. Dijo:
—¡En cuanto a eso hay que darle las gracias al salvaje de mi tío!
—¿Ning Yaobang?
Lu Tingxiao había oído hablar de él, pero no lo conocía en persona; sólo sabía que en esa entonces, era conocido en la capital por ser mujeriego.