Tarde en la noche. Palacio de platino No. 6.
Encima de la cama, el rubio daba vueltas como un trompo.
—Mierda, mierda mierda mierda...
Lei Ming estaba sentado en el sofá de enfrente, su rostro revelaba su impotencia mientras bostezaba.
—Ya dijiste mierda 250 veces, ¿qué rayos sucedió esta noche?
Inmediatamente los ojos de Jiang Muye ardieron de rabia, e incluso sus caninos de tigre brillaron con frialdad.
—¡No me menciones el número 250[1]! ¡Realmente soy un 250! ¡Ning Xi había dicho que ultimo 0,1 que había sustraído del 9,9 de su puntuación era por su bajo coeficiente intelectual, y tenía razón! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Realmente soy muy estúpido, no hay cura para mi! ¡De qué demonios sirve una grabación de audio! Por qué no grabé discretamente un video! Por qué por qué por qué...