—¿Acaso existe alguna mujer en todo este país que no quiera acostarse con Lu Tingxiao? —replicó Ning Xi
—¡Bueno todas las mujeres de este país también quieren acostarse conmigo excepto tú! —dijo Jiang Muye, de golpe.
—¿Cómo sabes que no quiero? —respondió ella, levantando un poco la voz.
A Jiang Muye esto lo tomó por sorpresa, y sus orejas se pusieron instantáneamente rojas. Inmediatamente, Ning Xi empezó a reír a carcajadas. Sólo entonces, Jiang Muye se dio cuenta que había sido engañado.
—¡Ning Xi! ¡Detente! ¡Aún no termino contigo! —exclamó Jiang Muye, enojado.
Si no era por que había gente presente él ya se le hubiera lanzado encima.
Al ver que finalmente logró hacerlo realmente enfadar, Ning Xi hizo un gesto rápido con las manos y corrió al baño.
Ay, de verdad había tomado demasiado esta noche, le encantaba burlarse de la gente cuando estaba ebria. Especialmente del tonto de Jiang Muye.