—Un asesino masculino —dijo Ning Xi.
—Un asesino masculino…—Jiang Muye se acarició la barbilla. De hecho, le gustaban los papeles de asesino que podían hacer de las suyas.
—Un travesti —añadió Ning Xi.
—¿Qué? —La expresión de Jiang Muye cambió.
—¡Un asesino travesti! —Ning Xi lo explicó.
Jiang Muye saltó y empezó a gritar mientras señalaba con sus dedos la nariz de Ning Xi.
—Ning Xiao Xi, maníaca, ¡todavía no te has dado por vencida! ¿Por qué me haces travesti? Mantén tus sucios pensamientos. ¡Nunca me pondré un traje de mujer!
—¿De verdad? —Ning Xi entrecerró los ojos.
—¡De verdad, lo más real de todo! Si me pongo un traje de mujer, ¡seré tu hijo! —Jiang Muye se rio fríamente.
—Ay…—Ning Xi agitó la cabeza. Con una expresión de pesar, se lamentaba—: Bueno, yo quería compartir algunas cosas bonitas para ti, pero tú no quieres. ¡Bien entonces!