—¿Eh? ¡Ah, Ze! ¡Estás despierto! Hay avena de mijo en la cocina. ¡Rápido, ve a tomar un poco! ¿Sabes que has dormido durante tres días? —Cuando Ning Xi se dio cuenta de que Gong Shangze estaba cerca, se acercó rápidamente.
—Gracias, jefa. ¡Estoy bien, está bien!
El joven era una persona completamente diferente de la que era hace tres días. A pesar de que todavía se veía desaliñado, en ese momento daba una vibración completamente diferente.
Ning Xi se sintió un poco aliviada y sonrió.
—¡Ves, te dije que no te mentiría! ¿No es genial este lugar? ¿Tienes alguna inspiración nueva?
El joven observó a esa muchacha delante de él, que estaba vestida de manera informal con ropa de casa y parecía completamente diferente de la forma en que ella siempre se veía en esplendor, como él recordaba. Luego asintió con la cabeza.
—Mmm.
Ning Xi se sorprendió gratamente.
—Jaja, ¿en serio? ¿Tan pronto? Entonces, ¡debes quedarte unos días más!
