En el patio de afuera, las personas de la calle, que estaban tomando el té y charlando, habían sido asignadas con números de placas. Entraban cuando llamaban a su número.
El mayordomo había dicho con tacto que las placas eran para que todos se aferraran a ellas y que podían jugar un pequeño juego, como un sorteo o algo más tarde, pero todos sabían muy bien lo que esas placas realmente hacían.
—¡Ay, estoy tan nerviosa! ¡Me pregunto cómo la familia Lu se ha preparado para probarnos!
—Mi familia ha utilizado todo tipo de métodos para ayudarme a averiguarlo. Trataron de obtener las preguntas de la prueba o algo así, pero no encontraron nada. Sólo sabemos que fue el principito el que hizo las preguntas, ¡pero no sabemos cuáles son las preguntas reales!
