Ning Xi agitó su cabeza vigorosamente.
—Por supuesto que sí...
¿Cómo podría no gustarle? Sólo que su corazón podría no ser capaz de soportarlo.
Parecía satisfecho con su respuesta. Besó suavemente la frente de la chica, luego sus labios. Sus suaves besos parecían un pequeño chapuzón en el agua, pero estaba llena del torrente de una fuerte ola.
Ning Xi puso su mano sobre su delicada clavícula mientras se daba cuenta de que las emociones del hombre eran inconsistentes con su comportamiento habitual.
¿Podría el diablo haber sabido lo que había pasado hoy?
Acaba de decirle que asistiría a una cena de caridad. Además, Lu Tingxiao estaba demasiado ocupado para saber todo sobre ella. Aun así, había un entrometido Lu Jingli a su lado, así que... ¡la posibilidad de que lo supiera era muy probable!
—¿Quién te gusta más? —El hombre preguntó.
El corazón de Ning Xi dio un vuelco.
«¡Claro que lo sabía! ¡Lu Jingli, entrometido!»
