—¿Qué?
Zhang Xuan levantó la cabeza, solo para ver a los Primeros Ancianos del Clan Zhang y de la Corte de los Glaciares, Zhang Wuheng y You Ruoxin, flotando en el aire, mirándole fríamente. Sin duda, ellos habían ejecutado el ataque que había destruido el sello.
El sello que Yang shi había dejado atrás no habría tenido problemas para resistir el ataque de los aprendices de santo 9-dan, pero bajo la devastadora fuerza de dos expertos de primera categoría que ya habían superado a santo 9-dan, no había forma de que pudiera tener una oportunidad.
—¡Seguro que sabes cómo disfrazarte bien! Si no fuera por tu aura de demonio del otro mundo que se filtra, ¡hasta yo habría tenido problemas para reconocerte! —se mofó Zhang Wuheng fríamente mientras miraba fijamente al joven que estaba en la sala, aparentemente temiendo que este último desapareciese de su vista si apartaba su mirada por un momento—. Zhang Xuan, ¿qué más tienes que decir en tu defensa?
