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Chapter 11 - Interrogatorio

Justo al entrar al Pueblo de Esperanza, en la parte izquierda había un edificio, era el segundo edificio de los guardias en el poblado, y servía como puesto de vigilancia, además de tener el afamado Cuarto Oscuro, en donde interrogaban a aquellos que se consideraban sospechosos al querer entrar al poblado.

En medio del famoso Cuarto Oscuro, había una mesa, y en uno de los lados de la mesa, Luciel se encontraba sentado en una silla de madera, sin poder ver mucho, no había ventanas, y solo había una vela en medio de la mesa que iluminaba un poco la habitación.

En el otro lado de la mesa frente a Luciel, se encontraba Evans sentado, que al quitarse el casco revelo de mejor manera su hermoso cabello rubio y atractiva apariencia, Luciel apenas podía verle, si no fuera por la tenue luz de la vela, el cuarto estaría totalmente oscuro, tal y como lo dice su nombre.

"Dime joven muchacho, ¿Por qué razón has sido enviado aquí?" – preguntó Evans tranquilamente.

"…"

"Vamos, contesta, no muerdo." – dijo Evans al no oír respuesta de Luciel.

"Bueno… es que."

"¿Sí?"

"No poseo una Tarjeta de Identificación." – respondió Luciel nervioso.

"Ya veo." – contesto Evans que miro al joven frente a él, un joven chico con un rostro limpio, fresco y que no parecía el rostro que un viajero posee, no solo eso, poseía una ropa extraña, algo que él nunca había visto.

"…" – Luciel se quedó callado, sin decir nada, estaba nervioso por haber sido traído aquí, y se ponía a pensar en que hacer o como salir de aquí. – '¿Qué puedo decirles?' – en especial en sí decirles la verdad o no.

"Entonces," – Evans volvió a hablar. – "¿Eres un ladrón?" – preguntó Evans mientras miraba a Luciel.

"…" – Luciel se sorprendió al oír tal pregunta.

"¿Lo eres?" – volvió a preguntar Evans.

"No, claro que no."

"Entonces, ¿Eres un bandido?" – dijo Evans con un tono más serio, su voz sonaba inclusive amenazante.

"No."

"¿Seguro?" – preguntó Evans. – "¿No eres un bandido? ¿O un espía?"

"No… yo solo…"

"¡¿Estas seguro?!" – preguntó Evans mientras golpeaba la mesa con su mano derecha haciendo que la vela casi se cayera, el repentino golpe de Evans sorprendió a Luciel. – "Dime, ¿Eres un Bandido? ¿Un espía? ¿Un ladrón?"

"¡No!" – negó Luciel nervioso y asustado. – "Ya te lo dije, solamente no poseo una Tarjeta de Identificación."

"Y eso es muy sospechoso, ningún viajero respetable sale de viaje sin uno, solo personas que intentan ocultar sus identidades no poseen tal objeto, y solamente criminales hacen eso, y no solo eso, sino que también no parece como si hubieras viajado bastante, por lo que debes venir de algún lugar cercano, pero que sepa, no existe ¡Ningún poblado cercano!" – dijo Evans que volvió a golpear la mesa, esta vez rompiendo la mesa.

"¡Ah!" – Luciel se asusto al ver eso, mientras la vela caía y el cuarto se oscurecía, causando más terror en Luciel que aún no olvidaba para nada su experiencia en aquel sitio donde no podía ver o sentir nada.

"¿A que has venido? ¿Qué quieres hacer en este pueblo? ¿Eres un asesino? ¿Ladrón? ¿Bandido?" – preguntaba Evans.

"No, no, no…" – decía Luciel casi entre lagrimas mientras Evans pateaba la mesa y se acercaba a Luciel.

"¡No me mientas!" – gritó Evans mientras ponía sus manos sobres los hombros de Luciel. – "¡Dime! ¡¿Has venido a hacerle daño a las personas de este pueblo?!"

"¡No!" – grito Luciel. "No soy capaz de hacer tal cosa, veme, no sería capaz de dañar a alguien."

"A veces las apariencias engañan." – dijo Evans, quien empezó a poner un poco de fuerza sobre sus manos.

"¡Auch!" – grito Luciel. – "¡Duele! ¡Duele mucho!"

"¿?" – Evans encontró extraño el acto de Luciel, pues no había puesto tanta fuerza. – "No te hagas el débil, dime la verdad, ¿Has asesinado a alguien? ¿Eres un maldito bandido?"

"¡NO! ¡No lo soy! ¡No lo soy! ¡Te lo prometo!"

"Calla."

"¡Evans!" – de pronto, una voz emergió mientras la puerta se abría. – "¿Qué hacéis?" – se trataba del Vicecapitán.

"No lo ve Señor, tratando de obtener información de este criminal." – contestó Evans. – "No sabemos sí puede ser bandido, o uno de sus espías."

"¡Evans!" – volvió a gritar al joven guardia mientras se acercaba al él.

Evans finalmente soltó a Luciel y volteó a mirar a su Vicecapitán cuando de pronto.

"¡Puaj!" – cayo de rodillas mientras tocaba su estómago, él había recibido un duro golpe de parte del Vicecapitán. – "¿Por qué?"

"Ya sabes porque, míralo, esta aterrado, es solo un mocoso." – dijo el Vicecapitán enojado. – "Kyle."

"¡Sí!" – dijo nervioso Kyle al ver a su amigo y compañero en el suelo.

"Llévate a Evans de aquí, y tráeme una mesa y una nueva vela."

"Enseguida." – dijo Kyle que rápidamente se llevo a su amigo de allí.

"Ah…" – el Vicecapitán suspiró mientras volvía a mirar al chico. – "Lo siento, es solo que… has llegado en un mal momento para ser alguien sospechoso."