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Motor City Comic Con Half Off

Esposo con Beneficios

"Nora está destrozada un mes antes de su boda cuando descubre la engañosa aventura de su prometido. Mientras maneja esta traición, descubre una profunda trama para impedirle reclamar su legítima herencia. Devastada pero decidida, Nora da un paso audaz para recuperar el control de su vida. Llega Demetri, —El Demonio para aquellos que lo conocen, un hombre formidable apenas conocido para ella, que le ofrece protección y apoyo a cambio de un matrimonio de contrato para satisfacerlo. Como un giro del destino, Nora se casa con Demetri para reclamar su herencia y luchar contra quienes conspiraron contra ella. Pero mientras lucha contra su propia familia y los muchos rivales de Demetri, ¿podrá evitar enamorarse del hombre conocido por aplastar a la gente bajo su talón enguatado? Extracto: El museo ha olvidado que el hombre era intimidante y lo desafió directamente. Más que hablar, Demetri se levantó de su asientos y se acercó a ella deliberadamente. Aunque solo eran unos pocos pasos, el tiempo parecía alargarse para Nora. Cuando casi estaba a distancia de tocar, su mano aterrizó suavemente sobre su rodilla, moviéndola de lado. Su toque se movió con un atisbo de caricia, y se colocó entre sus piernas abiertas. Nora se sentó allí en silencio congelado, sus ojos abiertos como un ciervo atrapado en las luces delanteras. Atrapando su barbilla entre sus dedos, inclinó su cara hacia arriba y habló sin prisa —Tú eres mi esposa —ArGó Demetri. Ella asintió lentamente con su cabeza en afirmación mientras su pulgar trazaba lentamente su labio—. Te he dado tiempo para reunir tus emociones —le dijo él. Otro asentimiento. El nerviosismo de Nora la hizo lamerse los labios, consciente de su intensa mirada fija en ellos. —Tu razón para el matrimonio era asegurar tu herencia y liberarte del dominio de tu madre. —Sí —Nora susurró confundida. Su confusión no era acerca de su declaración, sino acerca de las desconcertantes sensaciones que le recorrían. ¿Qué le estaba pasando? —Es hora de que cumplas tu parte del contrato, ¿sí? —Continuó él. —Sí —susurró Nora sin aliento. ¿Por qué le faltaba el aliento? ¿Había descendido el nivel de oxígeno en la casa? ¿Se estaba adelgazando repentinamente el aire? De repente, su mano dejó su cara, y ella lo vio acercarse más. Fue entonces cuando Nora comprendió lo que estaba sucediendo. Todos esos besos tentadores y emocionantes que había leído en novelas estaban a punto de convertirse posiblemente en su realidad. Pero el beso anticipado no sucedió. En cambio, se detuvo cerca de ella y ordenó —Bésame."
har_k · 1.5M Views

Half me and half...

"Get your hands off me!" she almost shouted, wrestling against my grip, so I held her even tighter. "Put this on!" I groaned, toiling to keep her in place and wishing again I’d worn the damn gloves. The feel of her warm skin under my arm and palm wasn’t helping my focus. "I'm not taking you home like this!" "You don't tell me what to do!" she snapped, thrashing to break free of my hold as I fumbled with the cloak in my other hand, trying to drape it over her bare shoulders. "I'm not going home! Let me go, I said!" "Did you really think I got you out of there just to let you wander the streets, almost naked, like a lunatic?" That stopped her. "What did you call me?!" "LU-NA-TIC." "You... You…! Take your hands off me, you insolent brute!" Enraged, she yanked her arm too abruptly and lost her balance. I caught her, wrapped her in the cloak, and threw her over my shoulder. "PUT ME DOWN!" She shrieked and flailed, but I ignored her, making my way to the Commander’s house, which, thanks to Braa, was only two streets away. Since the entire population was in the square for the ridiculous festival, no one intervened at the frantic cries of the wild creature. No wonder in the ten years I've known the Commander, I've never heard that he has a daughter. She must’ve been kept locked away. Strangely, she suddenly went still and quiet. Had she grown tired, worried about attracting attention, or finally realized how inappropriate it was to show up at her parents' doorstep in this state? She didn’t seem to care before. With every step, my anxiety grew—she was limp. "Hey!" No answer. Seriously?! "Hey, you!" Nothing. A bad feeling crept over me, so I pulled her off my shoulder and into my arms. Her head fell against my chest—unconscious. "Hey! Hey, you!" I shook her, but she didn’t react. Panic surged through me. Had she fainted? Had I held her too tight? Lifting her more securely, I sprinted toward the Commander's house.
Inemin · 113.4K Views
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