Mi Mansion del Terror
El coche fúnebre se deslizó con sigilo hasta la puerta, un olor inusual y penetrante se filtró en el aire, envolviendo el lugar en un aura de horror y misterio. El inconfundible sonido de piedras rebotando resonaban de manera inquietante en el techo, como si el mismo edificio estuviera susurrando secretos ocultos. Pasos siniestros retumbaban en el pasillo, un eco fantasmagórico que se mezclaba con el murmullo de una sierra proveniente de la habitación contigua, como un eco de eventos pasados que se resistían a ser olvidados.
El pomo de la puerta del dormitorio temblaba sutilmente, como si alguien o algo intentará entrar sin ser visto, y el persistente goteo del grifo del baño agregaba una nota discordante en el ambiente, a pesar de que se sabía que estaba cerrado con firmeza. Debajo de la cama, una pelota de goma se movía de manera inexplicable, siguiendo una danza propia, ajena a las leyes de la física.
El suelo empezó a revelar huellas húmedas, como marcas de un pasado que emergía de las sombras. A las 3:00 AM, Ricardo, con los nervios crispados y escalofríos en el cuerpo, se ocultó junto al calentador, aferrando un cuchillo que relucía en la tenue luz. Finalmente, la llamada que intentaba realizar fue respondida: 'Arrendador, ¿esto es a lo que querías decir con "la casa puede estar un poco concurrida por la noche"?'