UN ETERNO FINAL
Un final para los moribundos, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para la humanidad, un final para la paz. Todo se enfrenta, inevitablemente, a su fin.
Solo el tiempo tiene el poder de preservar lo que ha sido y lo que será. El cambio es efímero, incapaz de resistir el paso del tiempo. Solo el final perdura. Pero, ¿qué significa realmente el final?
Adrián se lo pregunta, atrapado en medio de un paisaje desolado que alguna vez fue su mundo. Todo lo que amaba y conocía ha desaparecido, convertido en ruinas. "¿Es esto el final?", se cuestiona, mientras la desesperación se convierte en furia.
"No", responde, y en sus palabras vibra la fuerza de alguien que no se rinde. Alza la mirada hacia el cielo, teñido de un rojo brutal, como si la misma sangre lo hubiera invadido. Siente el odio arder en sus venas, cierra los puños y, con un grito desgarrador, desafía el destino:
"¡No será este mi final! ¡Yo decidiré mi propio destino! ¡Yo forjaré mi propio fin!"
Con cada palabra, Adrián renace. No permitirá que el mundo ni el tiempo decidan por él. Él será el dueño de su último suspiro, el guerrero de su propio destino.