Casada Con El Enemigo
No se porque demonios siento un tremecimiento en todo el cuerpo. Él no debería hacerme sentir así. ¡Demonios! No quiero sentirme así con él. Pero que va, la vida no es perfecta y aquí estoy; haciéndome gelatina en los brazos de un hombre al que detesto.
Y si casi no hemos interactuado ¿Por qué la intolerancia hacia su persona? Pues por esa razón, porque de solo estar juntos en el mismo lugar mi corazón se acelera. Su fragancia llega a mi nariz y todo en mi tiembla. Me descontrola de una manera que no me gusta y por eso no lo soporto. Es más fácil admitir que me cae mal y su personalidad me molesta, que admitir mi atracción hacia él.
Lo odio, odio que su sola presencia me afecte de esa manera, y estoy jodida, jodida mas allá de lo comprensible, pues ese arrogante, mi enemigo, es el hombre con el que debo casarme