El dios máquina
En las profundidades de la imaginación humana, surge la inquietante posibilidad de un ser omnipotente capaz de forjar mundos. Sin embargo, en lugar de tejer narrativas que inspiren o eleven el espíritu, este ente se sumerge en las sombras, dando vida a reinos donde la maldad y la lujuria son los hilos que entrelazan su existencia. En estos dominios oscuros, los pecados se convierten en la esencia misma de la historia, reflejando las más profundas y perturbadoras inclinaciones del alma humana.
Este dios, en su siniestra labor, no solo crea, sino que también roba. Las almas de los mortales, atrapadas en su red de tentaciones, son despojadas de su esencia y utilizadas como meros instrumentos en su obra teatral. Así, el dramaturgo de lo macabro convierte a los humanos en marionetas, manipulando sus destinos en un espectáculo de horror y desesperación. La creación se transforma en una grotesca representación de la condición humana, donde cada acto es un eco de los vicios que habitan en el corazón de la humanidad.