El Titán
¿Qué es un líder?
Un verdadero líder no nace con coronas ni títulos. Nace del fuego, del dolor, de las cicatrices del alma. Un líder es aquel que, cuando todo lo que ama ha sido reducido a cenizas, no se arrodilla… sino que se levanta y convierte su ruina en su arma. Un líder es la voz que ruge cuando el mundo le exige silencio.
Elías González fue un hombre común, pero con un alma más grande que la vida misma. En la tierra que lo vio nacer —una Venezuela rota, olvidada— sobrevivía entre sudor, hambre y sueños aplastados. Trabajó de todo, estudió más de lo que cualquiera imaginó, y amó con una devoción ciega… hasta que el amor lo traicionó.
Descubrió que su esposa, la misma con quien lo dio todo, llevaba años acostándose con otro. Su vida se desmoronó como un castillo de arena. Lo dejó sin dinero, sin dignidad, sin fe. Hundido en la pobreza y la vergüenza, no lo pensó dos veces: huyó como migrante, buscando redención en los Estados Unidos.
Cruzó el infierno verde del Darién: selva, sangre, serpientes, fiebre, hambre, traición. Sobrevivió como una bestia herida. Pero justo al tocar el borde de la libertad, fue traicionado por sus propios compañeros y deportado como un criminal.
Fue torturado. Golpeado hasta quedar irreconocible. Encadenado, marcado como escoria. Cuando por fin logró escapar, pensó que el destino le daba una segunda oportunidad. Pero el universo aún no había terminado con él. En su desesperación, cayó por un risco, aplastado junto a un tanque oxidado. Su cuerpo reventó. Huesos rotos, carne desgarrada, ojos abiertos en el último grito de dolor.
Y sin embargo… no murió.
Atravesó un velo divino, como si el alma nadara a través del mismo tiempo. Cuando abrió los ojos de nuevo, era un bebé… pero no en este mundo. Reencarnó en un universo donde la magia y la ciencia caminan juntas. Un mundo gobernado por dioses cósmicos, titanes inmortales, ejércitos de robots, espadas de luz, razas antiguas y guerras eternas.
Ahora, con el alma de un hombre roto y la memoria de un guerrero, Elías ha renacido. Pero no como un salvador. Ni como un santo.
Ha vuelto para convertirse en algo que el universo jamás ha visto: un Titán.