Y de repente tú
Emma tiene 33 años. Hija de un famoso boxeador. Con 6 años perdió a su
madre. En su infancia todo estuvo bien. Ayudaba a su padre en el gimnasio que
había abierto y yo aprovechaba para aprender el deporte que catapultó a mi
padre a la fama. Estaba enamorada del boxeo. Mi padre siempre me decía que
podía llegar lejos en este mundo si me lo proponía. Pero yo tenía claro que
quería tener mi titulo de administración y dirección de empresas. Tenía que
saber dirigir el día de mañana el imperio de mi padre.
Con 24 años decidí irme a estudiar a EEUU a terminar mi carrera y así mejorar mi
inglés.
Tres años después regresaría a mi país por una mala noticia...