No esperes una historia épica. Yo no quería estar allí. Ni siquiera quería ser un héroe.
Pasé las admisiones a la Universidad sin levantar un dedo, ni sudar la gota gorda. Mi nombre fue el primero en la tablilla de calificaciones de todas las asignaturas. Los genios me envidaban y los sabios me pedían consejos. Los héroes me imploraban que les enseñase a rescatar princesas, y los bardos que les enseñase a tocar una balada. No aspiré a ser el mejor, pero fui el mejor por encima de quienes aspiraban a serlo.