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UNMAKER (MUERTE ROJA)

KNIGHTLEKLY4444
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Chapter 1 - DIA 0: EL COMIENZO DEL CAMBIO

Entre los escombros, un chico avanza con dificultad, dejando un rastro de sangre desde su pie herido. A paso lento, se dirige hacia un imponente muro de concreto. Desde el otro lado, el sonido de helicópteros retumba en el cielo.

De repente, las compuertas del muro se abren: salen tanques, soldados armados, y una voz autoritaria resuena a través de altavoces:

—¡Si sigue caminando, vamos a disparar!

El chico se detiene. Un breve silencio cae, roto solo por el sonido de las hélices.

—Estamos bajo emergencia sanitaria. ¡Levante las manos, muestre su identificación y declare si fue mordido! Queremos saber qué sabe de este lugar.

Pero el chico no levanta los brazos. En cambio, da un paso más.

—¡Le ordenamos que se detenga! ¡Vamos a disparar!

Y en medio del estruendo del viento, los helicópteros, y las armas listas para disparar, él susurra:

—Supongo que esto es lo mejor que puedo hacer... Al final, aprendí tarde que en las batallas no se trata de ganar, sino de cuán fuerte puedo levantarme. Y lo voy a demostrar… ahora.

Un temblor sacude el suelo. Los jets y helicópteros comienzan a bombardear la ciudad de donde venía el chico. La tensión es insoportable.

—¡Ya dimos la orden! —gritan los militares, mientras el francotirador fija su mira en la cabeza del joven—. ¿Permiso para disparar, señor?

Se escucha un disparo seco. Pero no es el único. El caos estalla: disparos por doquier, un rugido salvaje estremece el campo... y gritos desesperados llenan el aire. La presa ya no era el chico. La presa eran ellos.

11 días antes…

Eran las 8:00 AM cuando abrí los ojos, justo a tiempo para recordar que hoy tenía el examen para entrar a la policía. Lo único que sabía con certeza... era que no iba a llegar. Iba a rendirme otra vez. Estaba por ser expulsado antes siquiera de intentarlo.

Antes de esto, había postulado a Derecho en tres universidades importantes. No solo no conseguí una vacante, ni siquiera aprobé los exámenes de ingreso. Aunque hubiera cupos de sobra, no me hubieran elegido. Nunca fui bueno en la escuela. Todo cambió desde que mamá y mi hermana murieron. Desde entonces, intento mejorar cada día... pero es difícil.

Mientras escribía en mi diario, una notificación iluminó la pantalla de mi celular. Era Mike:

—"El examen se suspendió. El comandante está hospitalizado. Lo reprogramaron para mañana. Tuviste suerte."

Suspiré aliviado. Por un momento, sentí que tenía una segunda oportunidad. Asentí en silencio, miré el retrato de mi familia colgado en la pared, y murmuré:

—Gracias, mamá…

En las noticias, los reportajes hablaban de hospitales colapsados en la zona occidental del país. Disturbios. Personas desaparecidas. Todo sonaba distante, irreal... hasta que recibí una llamada.

Era Veronika, compañera en las prácticas para el ingreso a la policía.

—¿Por qué faltaste? —preguntó con voz preocupada.

—No me sentía bien —dije—. Pesadillas otra vez.

Ella hizo una pausa.

—Lo siento… ¿Te parece si vamos al cine en la tarde? Ayuda a relajarse antes de un examen.

Acepté. No sabía si el dinero alcanzaría, pero... quería verla.

Al salir de casa, una vecina mayor me detuvo en la puerta. Sus ojos estaban llenos de angustia.

—Mi hija y su esposo desaparecieron en Okiyu —dijo, temblando—. ¿Puedes averiguar algo? Nadie responde…

Le prometí que preguntaría en la estación de policía.

Más tarde, me encontré en el parque con Veronika y otra chica rubia que no conocía. Era hermosa y tenía una mirada seria, distinta.

—Te presento a Nina —dijo Veronika—. Espero que se lleven bien.

—Un gusto —dijo ella, estrechando mi mano.

Esperamos a Mike por más de una hora, hasta que recibimos un mensaje: estaba en la estación de policía. Tomamos un taxi. En el camino, me llamó la atención el reloj de Nina: futurista, extraño.

—¿Qué marca es?

—Lo hice yo misma —respondió, sin quitar la vista de la ventana.

—Parece de otro mundo —dije medio en broma.

—Desde ahora, manténganse alerta —dijo ella, seria—. Las noticias ocultan muchas cosas. La violencia no es normal. Algo está pasando.

Veronika le sonrió con confianza.

—Mientras estés tú con nosotros, estaremos bien.

Esa frase me hizo pensar... ¿Quién era en realidad Nina?

En la estación, Mike estaba golpeado. Tenía rasgaduras en la ropa y una herida en el brazo.

—El novio de mi hermana me atacó —dijo—. Estaba... fuera de sí. Rompía todo, gritaba, y me amenazó con un cuchillo. Cuando traté de detenerlo... me mordió.

—¿Qué le pasó? —preguntó Veronika.

—No lo sé. Como si algo lo hubiera poseído. Su fuerza era inhumana...

Nina, repentinamente, miró su reloj.

—Debo irme. Mis padres me llaman.

Veronika quiso acompañarla, pero cuando salió… Nina ya no estaba.

Yo fui a preguntar al oficial sobre Okiyu, la ciudad del este, a 50 km de aquí.

—No hay comunicación —dijo el oficial—. Las antenas están destruidas. Empezó con la muerte de un doctor. Desde entonces, todo se salió de control. Caos. Violencia. Nadie entra ni sale.

—¿Y sabe por qué? —pregunté.

—También me gustaría saberlo —respondió, sin mirar a los ojos.

Volví a casa, pero algo me inquietaba. Fui a visitar a la vecina que me habló antes. Me abrió otra vecina más joven, de unos 35 años, y me llevó a la vereda.

—Su hija logró llamarla. Le dijo… que sus horas estaban contadas. Que unos hombres la atraparon. Le pidió que cuide de su padre… y luego la llamada se cortó.

Esa historia removió algo en mí. Recuerdos que prefería olvidar.

De pronto, un grito desgarrador vino de la casa. Corrí hacia allí. Las ventanas estaban rotas. Había sangre en el suelo. Todo estaba destruido. La habitación del anciano… vacía.

La vecina no estaba.

Llamaron a la policía.

Yo no podía moverme. Mi pecho ardía. El pasado se asomaba con fuerza. Una promesa me atravesó como un rayo:

"Si quiero cambiar mi futuro… tengo que ser fuerte. Proteger a los que me quedan."

Esa noche, hablé con mi padre. Aún encerrado en esa habitación donde solo salía una vez por semana.

—¿Estás bien, hijo?

—Sí… solo estoy cansado.

—El pasado… hay que dejarlo ir. Si no, te consume.

Tenía razón.

Pensé en Veronika. En esa promesa silenciosa que me hice: protegerla.

Miré el retrato de mamá y mi hermana. Las lágrimas amenazaban con salir.

—Voy a cambiar. Voy a convertirme en el mejor policía. Haré que se sientan orgullosas. Las quiero...

Dejé el retrato sobre la mesa y me acosté. Mañana será un nuevo día.

Derek se levanta en la mañana y está vez es temprano debe pasar ese examen si o si. Es momento de mostrarle a los demás que las batallas están para ganarlas.....

Aunque lo que le espera solo sea una verdad que no estará dispuesto a aceptar.