Todo empezó en un lugar oscuro, las estrellas estaban esparcidas, como agujas en un telar, una de esas pequeñas luces brillantes, se empezaría a mover, buscando algo con gran entusiasmo, lamentablemente no lo encontraría, tal vez para él estaba demasiado escondido, o simplemente no estaba, por eso dejó de buscar. Y simplemente quedo ahí, varada, sin siquiera moverse. despuéa de un largo tiempo, habría un cambio. Una figura de propiedades colosales aparecería, aparentemente amable, por la expresión de su rostro, no parecia muy alegre. Aún con su mal humor fue hacia la estrellita, y le hablo, aparentemente tratando explicarle algo;
—Pequeño amiun, hoy no me entenderas te lo aseguro, pero tu carga es la más importante de todas, todas las lineis, empiezan desde ti, por eso hoy te doy una misión de gran importancia—dijo con signos de preocupación el ser, moviendo lentamente sus manos, tratando de llevarlo consigo, pero no podría ya que la estrellita, se iría lejos.
—No te vayas amiumnesi, te juro que fue sin querer, no fue a aproposito—dijo suplicante el ser, pero fue en vano, él ya se había marchado, y lo más probable es que no regresaría.
La estrella, lejos marcho, hacia otro lugar, donde se hospedaria en un planeta que pocos creerían que podría estar, en la tierra, un sitio lleno de seres ambiciosos y arrogantes, que aunque algunos se salvan, son demasiado pocos para tomarlos en cuenta.
Iríamos hacia un hospital, donde una mujer, estaba dando a luz, se veía que los doctores estaban nerviosos por las aparentes complicaciones en la embarazada, el niño no salía, estaba atrapado dentro de la panza de la mujer, sin duda alguna el parto estaba siendo un fracaso, estaban planeando hacerle que aborte, porque las cosas no estaban saliendo nada bien, pero la mujer se rehusaba a hacerlo.
—¡No lo hare, es mi hijo, no me pueden obligar a hacerlo!—dijo la mujer gritando a volumenes que dejarian sordo hasta el menos auditivo.
—Pero señora, el parto esta siendo un total fracaso, si usted sigue así, morira junto con el bebé—dijo el doctor, con nerviosismo notable.
—¡No me importa, quiero a mi hijo, si el muere aquí quiero morir con él!-dijo la mujer, histerica, y queriendo moverse para que no la obliguen a abortarlo.
—Señora, no se mueva, estamos tratando de salvar su vida, no nos complique las cosas—dijo el doctor, ya sin ganas de pelear con una mujer tan terca como la que tenía al frente.
—No, no lo van a hacer, ¡juro que si lo hace me cortare las venas!—dijo agarrando el bisturi de las manos de uno de los doctores.
—Señora, no lo haga, no me obligue a tomar medidas—dijo el doctor con clara seriedad en su rostro.
La mujer, empezó a hacer una escena, por la rabia que le causaba que quisieran que aborte a su hijo. Le parecia indignante que ellos pidieran una cosa así, pero lamentablemente no podía evitarlo, ya los doctores no podían hacer nada por el bebé en sus propias palabras. Ella había llegado con su marido después de un total de 1 año de gestación, cosa que era muy rara ya que habitualmente el tiempo de embarazo era de 9 meses, los doctores preocupados la fueron a operar para sacarselo, pero para la extrañeza de ellos no salía, esta es la principal causa de esta situación. Las complicaciones que tenía el embarazo eran muy grandes, por eso querían que lo abortara, los peligros eran mayores que cualquier cosa, aunque sucedería un gran milagro antes la vista de todos, pero nadie lo podría ver lamentablemente, una extraña luz, se metería al vientre de la madre que tan lamentada estaba, que no podía parar de llorar, por su hijo, no quería que falleciera así. Su mayor sueño siempre fue tener un bebé, pero siempre habían habido complicaciones en sus embarazos, ya que poseía una enfermedad muy extraña llamada tricoplus icosis, que afectaba el desarrollo de los bebes dentro del estomago. Aún eso nunca se rindió, siguió, hasta este momento, si la hacían abortar, iba a ser su decimo embarazo fallido, con desesperación intento correr, aunque desesperado intento, sería evitado por los auxiliares del lugar. Mientras corría algo empezaba a salir, eran las piernas de un niño, bastante pequeño, pero esa pequeñez, no demostraba nada, ya que en el futuro, sería un ser digno de admiración o tal vez odio depende desde donde lo miren. A medida que salía la madre empezo a soltar varios gritos bastante agudos, porque no esperaba para nada que el feto saldría tan pronto y repentinamente. En una situación tan precaria, tuvo que actuar ella misma a favor de que saliera el ya proclamado adrián, procedio a empezar a pujar, se le estaban presentando complicaciones, por no tener la ayuda de especialistas cerca, para ella no era tan complicado, porque ese mismo proceso había completado nueves veces antes, por eso después de unos minutos de esfuerzo, con éxito lograría tener a su hijo, nació con las mismas caracteristicas que su padre, que fuera del hospital estaba bastante ansioso por cierto. Los medicos la encontrarón tras buscar por un tiempo, para su sorpresa el niño nacio sin ningún tipo de dificultad, incluso podrían decir que estaba más saludable que el promedio, llegando a ser un poco anormal, aunque nadie se asusto ya que no era nada alarmante, una noticia tan feliz tenía que ser notificada a la madre
—Evangelina, después de muchos intentos y odiseas, lo lograste, conseguiste tener un hijo completamente sano—Dijo un señor que claramente estaba emocionado porque conocia hace mucho a la chica.
—Si, señor, lo eh logrado. Hijo te quiero mucho, estoy segura que tu vida será larga y plena, y recuerda que mamá siempre estara para ti, sean buenos o malos momentos, mi presencia siempre te acompañara—decia Evangelina, tocandole la nariz a su hijo, mientras lagrimas de alegria, se derramaban, lentamente de sus mejillas rosadas.
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Bueno, bueno, bueno, primer capitulo de esta obra, con mucho orgullo puedo decir, que esta obra no será la mejor, pero si será de la maxima calidad, que yo pueda proveer, perdón por los errores, pero soy escritor novato, me despido.