El mundo es un sistema complejo, una maquinaria perfecta que rara vez comete errores. Ángeles, demonios, dioses y humanos conviven en un delicado equilibrio de poderes que ha perdurado durante siglos. Sin embargo, como en cualquier mecanismo, a veces surge una anomalía. Algo que no debería existir. Algo que desafía las reglas.
Ryutaro nunca pidió ser una anomalía.
Desde que tenía memoria, supo que no pertenecía a ninguna de las familias demoníacas conocidas. No tenía un linaje que le garantizara poder, ni una facción que lo respaldara. Era un demonio independiente, vagando por un mundo donde los débiles son devorados por los fuertes. Y él... él se encontraba peligrosamente cerca de la base de la cadena alimenticia.
Hasta que ocurrió.
Un fallo en el orden del mundo. Un error que no debería haber sucedido.
Una noche, cuando la luna bañaba el cielo con su luz pálida, Ryutaro sintió un cambio. Un torrente de información fluyó dentro de su mente, como si algo superior estuviera escribiendo nuevas reglas en su existencia. Entonces, un mensaje apareció ante sus ojos, flotando en el aire con letras brillantes e incomprensibles al principio.
[Sistema de Ascensión Activado]
Error detectado: Usuario no registrado en la base de datos del destino.
Corrigiendo... Corrección fallida. Implementando protocolo de compensación.
No entendía lo que significaba. No sabía de dónde venía. Pero en ese instante, sintió cómo su cuerpo cambiaba. Energía pura circulaba en su interior, fortaleciéndolo, alterándolo de una manera que jamás creyó posible.
Ryutaro no lo sabía en ese momento, pero acababa de obtener el mayor regalo... o quizás la mayor maldición de su existencia.
El mundo lo había convertido en un error. Un error con la capacidad de volverse más fuerte sin límites.