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EL ÁRBOL

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Chapter 1 - EL ÁRBOL

«Cuando la vida no tiene sentido, en ese instante, nace el balance necesario, aquello inexplicable que no te deja morir. Las personas lo llaman… 'fantacear', infinitas formas de referirse a ello, y aún así, no creen en ella. Tan miserables al necesitarla, y tan arrogantes cuando no».

En una remota ciudad entre las montañas, donde el bullicio es común. Brillante y fosforescente bajo la fría noche y las estrellas. Calles iluminadas de naranja, autos y motos transitando, personas charlando y la noche en plena vigilia.

"Trim".

El sonido de las llaves abriendo la puerta del departamento. Entró una persona de estatura promedio, piel morena y cabello oscuro. Encendió las luces del departamento, pasó por un corto pasillo para llegar a la sala principal y, sin fuerzas ni ganas, se tiró de frente hacia el sofá.

"Qué mal día".

dijo con sonidos ahogados por el colchón del mueble. Después de un largo día, cualquiera estaría cansado, y aún más después del trabajo. Cristian trabaja como mano de obra en 'diseño de interiores', junto a sus compañeros están encargados de diseñar una amplia casa de dos pisos.

"Veré algo de TV y luego me ducho".

La libertad de estar solo le dio la posibilidad de hablar en voz alta. Con la cara sumergida en el colchón, estiró su brazo para tomar el control del TV que siempre se ubicaba en la mesa de vidrio. Cuando lo tuvo entre sus dedos, intentó encender aquella pantalla, pero no respondió; oprimió, y oprimió varias veces el botón de encendido, y sin respuesta. Rápidamente levantó su mirada, y frente a él, algo que no esperaría. Su TV no estaba, tampoco la mesa donde se apoyaba, ni las decoraciones cercanas. Lo único que estaba de reemplazo era una extraña puerta inscrita en la pared, como si hubiera estado allí desde siempre; tenía un diseño antiguo, con patrones extraños en los marcos, y una manija dorada con patrones negros en espirales que conectaban simétricamente unos con otros.

"¡¿Qué?! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué pasó aquí?!".

"Esto… esto no tiene sentido…".

Se levantó del sofá con cierta desconfianza y lentamente se acercó a la puerta, con cuidado agarró la manija y la giró. Al abrirla con cuidado, surgió un crepúsculo como si fuera de día. Por los nervios, se detuvo por un instante, pero continuó y la abrió.

Frente a él, un prado verde sin fin, con colinas unas más grandes que otras. Lo más resaltante era el gran árbol frondoso con hojas amarillas, de tronco color café puro y líneas de luz dorada surgiendo de su base en dirección a sus ramas. Dicho árbol estaba a solo unos cuantos metros de la entrada. El viento soplaba constantemente, haciendo susurrar las hojas y el césped, no tardó en entrar al apartamento, agitando las cortinas de las dos ventanas y llenando de frescura toda la sala.

"Fuosh fuosh".

El viento seguía soplando, y Cristian, perplejo por lo que estaba viendo. Con su mano izquierda aún en la manija, se dirigió al árbol lentamente como polilla a la luz. Su mano soltó con cuidado la manija de la puerta, paso tras paso se acercó, y por fin. Ya frente al tronco del árbol, intentó tocarlo…

En ese instante, con un quejido, despertó. Aún estaba de cara en el sofá.