A veces pienso: "¿Qué hago aquí, estancado, pensando en ser, pero no actuar?" El interés de mi vida parece haberse detenido desde aquella pandemia, y el trastorno que llevo, que más conocía como miedo, ahora lo conozco como un amigo que prefiero mil veces que no me deje. Tal vez la gente pensara que estoy loco, aunque así no funciona la locura.
Todo comenzó en la pandemia, donde los animales volvían a su naturaleza y los seres humanos morían por el virus. Fue algo muy gratificante haber estado con mi familia, aunque no lo fue con los pensamientos del trastorno. Fue abstracto aprender el significado de locura y amor a uno mismo en ese tiempo.
La idea jamás se va de mí si yo no me voy de ella. Es una locura pensar sin pensar y crear sin crear. Creo que el amor va más allá de solo hablarlo y expresarlo; es más como la conciencia o, mejor dicho, el azar.