Hola, mi nombre es Marissa, tengo 14 años, soy la hija menor de 4 hermanos, Clara es la mayor, tiene 24, hace unos meses que se casó. Seguida por Iván de 22 y Mario de 20.
Actualmente soy la única que vive con mi padre, mis hermanos al cumplir la mayoría de edad se fueron mudando a la capital para seguir con su vida, cosa que pienso hacer yo también. Mi madre murió cuando yo tenía 10 años, por un accidente en auto, un borracho al volante, fueron tiempos duros, pero aprendimos a seguir adelante.
Cada aniversario del fallecimiento de mi madre, nos juntamos con mis hermanos a dejarle flores a su tumba, se llamaba Marissa, como yo.
Pues hoy es ese día, en el que recordamos lo alegre que fue mi madre en vida, cuentan anécdotas de las que yo recuerdo muy poco, pero lo hacen para no olvidarla, aunque creo que es un poco duro para papá, siempre tiene esa mirada triste, de a quien le hace falta el amor de su vida, mis hermanos dicen que ellos se amaban bastante, se les podía notar a kilómetros el amor que se tenían. La verdad, yo espero que él encuentre a alguien más que le pueda hacer sentir de nuevo ese sentimiento, creo que mi madre estaría feliz, si lo viera feliz a él nuevamente.
Bueno ya es hora, tengo que salir o mi padre se irá regañando me todo el camino al cementerio...
No soy delgada, pero tampoco gorda, rellenita digamos, me gustó así, nunca he intentado hacer dieta, mi ropa de casi todos los días es: pantalón de lona, blusa normal o camiseta y tenis, puede haber mucho frío, pero no me gusta ponerme suéter.
Bajo a la cocina y mi padre ya está sentado leyendo algo en la computadora.
-Hola papá, buenos días!!
Levanta la mirada y sonríe.
- Hola hija, buenos días. Dormiste bien?
-Claro, como siempre. Que quieres desayunar?
Le doy un abrazo.
-Huevo, con chirmol de tomate. Por favor.
-Claro, ahora lo hago.
Entro a la cocina y empiezo a sacar los ingredientes, cuando se fue mi hermana y quedamos las dos con mamá, ella me empezó a enseñar a cocinar, decía que una mujer siempre tiene que saber desenvolverse tanto en la cocina, como fuera de ella. Y lo entiendo, pero me gusta más estar afuera, cuando sea mayor y trabaje, lo primero será contratar a alguien para que nos haga el oficio y la comida a mi padre y a mí, no quiero irme y dejar a mi padre solo, entonces me esforzaré trabajando y ya no tendré que estar metida en casa.
-Papa!!! Quieres café con leche?
-Si hija gracias, por cierto, mañana yo hago el desayuno, hoy tenía que revisar unos correos urgentes...
No dejo que termine de hablar, sé que es quien me ha apoyado todo este tiempo, por lo que no me cuesta nada ayudar en casa, gracias a qué él trabaja tanto, yo puedo estudiar lo que me gusta.
-Esta bien papá, no te preocupes, mientras yo esté aquí, no te preocupes por la casa... Cuando yo me mudeee...
-Por Dios!!! No quiero ni pensar en eso hija, aún falta mucho... Cuánto? 4 años... No me asustes.
-jajajajaja tranquilo papá, de mí no te desharas tan fácilmente... Así que prepárate para aguantarme por muuuucho tiempo.
Se levanta y me abraza de nuevo.
-Fios quiera que si mi princesa, Dios quiera que sí.
Luego me ayuda a poner a la mesa, pasar los platos y empezamos a comer.
-Papá a qué hora iremos al cementerio?
-A? A si, claro, ya solo terminamos de comer y salimos, no quiero agarrar tráfico, tus hermanos dijeron que irían temprano también, esperemos que nos acompañen a almorzar como siempre. Al fin y al cobo, no creo que trabajen domingo, siempre tienen excusas para no venir.
-Tranquilo papá,no te preocupes, seguro que sí se quedan a almorzar.
A mis hermanos no les gusta mucho venir a visitar a mi padre, dicen que siempre se le ve triste y les hace recordar a mamá, aunque pusimos seguir adelante, hay sentimientos difíciles de olvidar. Y mi madre fue muy importante para todos. Mi padre es un caso aparte, es un poco complicado y enojado a veces, no sé cómo nos aguantamos, si yo soy igualita a él jajaja.