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Sentai Legends: La Fuerza de la Unidad

KevinA12
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Synopsis
Cuando el mundo cayó en el caos, un grupo de jóvenes encontró el poder para luchar. Con las Sentai Cards en sus manos, desafiarán al destino y enfrentarán amenazas jamás vistas. Pero, ¿podrán soportar el peso de ser los últimos héroes de la humanidad?
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Chapter 1 - Capítulo 1: El Día en que la Ficción se Volvió Real

La vida cotidiana en la Tierra era muy agradable, los días se volvían hasta repetitivos. Bueno, eso era antes de que pasara el evento 'X', un día en el cual lo que menos esperábamos se volvió real... Todo parecía normal: las series de Super Sentai y Power Rangers seguían siendo solo entretenimiento, una simple forma de evasión para millones. Los jóvenes, fanáticos de esas historias, se reunían para ver los últimos episodios, debatían sobre los mejores Rangers y soñaban con tener su propio Zord. La vida parecía ser un ciclo de momentos tranquilos, hasta que una realidad mucho más oscura irrumpió en el horizonte.

Los cielos se tornaron oscuros y caóticos, y de esa destrucción emergieron seres que la humanidad no había visto ni en sus peores sueños. No eran criaturas de otro planeta ni monstruos comunes; venían de una dimensión desconocida, un lugar donde el caos y la destrucción reinaban, y trajeron consigo una ola de terror que pronto consumiría todo lo que conocíamos.

Rápidamente, las principales ciudades cayeron, como castillos de naipes derrumbándose bajo el peso de una fuerza incontrolable. La humanidad, que hasta ese momento había vivido con la seguridad de que sus mayores amenazas eran solo ficción, se vio impotente ante el ataque imparable de estos seres. Los edificios fueron reducidos a escombros, los sistemas de comunicación colapsaron, y el caos se apoderó de las calles. Las fuerzas armadas intentaron resistir, pero nada parecía detener a la oleada destructiva. En medio de todo esto, los pocos que lograron escapar comenzaron a darse cuenta de que el mundo tal como lo conocían ya no existía

El caos se extendió como una plaga. Los cielos, ennegrecidos por nubes densas y tormentosas, parecían abrirse en grietas de pura oscuridad, dejando escapar a estas criaturas infernales. No había lógica en su ataque, no buscaban conquista ni sometimiento… solo destrucción absoluta. Calles enteras fueron arrasadas en cuestión de minutos, mientras estructuras icónicas que habían permanecido por décadas se desmoronaban bajo su furia.

La humanidad intentó responder con todo lo que tenía. Tanques, aviones de combate, artillería pesada… nada servía. Las balas rebotaban en sus cuerpos como si fueran juguetes, y las explosiones solo parecían enfurecerlos más. Los gobiernos intentaron establecer zonas seguras, pero con cada refugio creado, llegaba una nueva oleada de devastación. No había escape. No había resistencia que durara más de unos minutos.

Lo más aterrador no era su fuerza, sino su presencia. No eran seres con rostros o emociones. No hablaban ni mostraban señales de negociación. Se movían con un propósito cruel, como si cada uno de sus actos estuviera guiado por una fuerza aún más oscura detrás de ellos. A medida que la humanidad era empujada al borde de la extinción, la desesperanza se convirtió en el nuevo lenguaje del mundo.

Pero justo cuando todo parecía perdido… ocurrió lo imposible.

En la oscuridad del caos, una luz logró surgir. Cuando todo parecía condenado, cuando la esperanza se desvanecía entre las cenizas de un mundo colapsado, algo despertó. No fue un arma, ni una estrategia humana… fue algo más grande.

La energía propia del mundo, la misma fuerza que había alimentado sueños y leyendas por generaciones, se manifestó como un verdadero milagro. Desde el suelo devastado hasta los cielos ennegrecidos, un resplandor indescriptible atravesó la negrura como si la misma esencia de la Tierra se rehusara a sucumbir ante la destrucción. No era fuego, no era electricidad… era puro poder.

Y fue entonces cuando aparecieron.

En medio de la desesperación, en los lugares más inesperados, un grupo de jóvenes sintió cómo algo se materializaba en sus muñecas izquierdas. No era un arma común, ni una reliquia antigua… era un deck de cartas. Cada una de ellas emanaba un aura de energía desconocida, vibrando con un poder que ninguno de ellos podía comprender todavía. Al sostenerlas, un torrente de imágenes, colores y sonidos invadió sus mentes.

Eran las Sentai Cards.

Las imágenes en sus manos no eran desconocidas. Cada carta representaba algo icónico, algo que habían visto en pantallas y cómics, algo que nunca imaginaron que pudiera ser real. Morphers, emblemas de héroes legendarios, cada uno con una historia de valentía y sacrificio. Pero ahora, ya no eran solo recuerdos de la infancia o figuras de acción en una estantería. Ahora, eran reales.

Y estaban en sus manos. Pero esto era solo el comienzo…

Entre los elegidos por este milagro, se encontraba Kevin, un joven de espíritu indomable, conocido por su inquebrantable determinación. Siempre había soñado con ser un héroe, pero nunca imaginó que la realidad le daría esa oportunidad. En su muñeca, su deck de cartas brillaba con una intensidad carmesí; solo podía significar una cosa: el color rojo, el símbolo del liderazgo.

A su lado estaban sus compañeros, cada uno con un destino entrelazado en esta batalla.

Aya, la más estratégica del grupo, analítica y precisa, con una mente táctica capaz de ver soluciones incluso en los peores momentos. Su deck resplandecía en un profundo azul, otorgándole la responsabilidad del papel que siempre había admirado: la del Ranger Azul.

Dante, fuerte y audaz, siempre el primero en lanzarse al peligro sin dudar. Su corazón ardía con la energía de un guerrero nato, y su deck irradiaba un feroz tono amarillo, reflejando su espíritu intrépido.

Ren, el más callado del grupo, pero con una voluntad inquebrantable. Su mirada escondía una sabiduría inesperada, y su deck centelleaba en verde, otorgándole una conexión especial con la energía que los rodeaba.

Iris, con una energía vibrante y una determinación imparable, siempre buscando unir al grupo en los momentos difíciles. Su deck relucía en rosa, demostrando que la fuerza no solo venía del poder, sino del corazón.

Mientras el resplandor de sus cartas iluminaba su alrededor, los jóvenes comprendieron que sus vidas jamás volverían a ser las mismas. Habían sido elegidos, no por casualidad, sino porque el mundo necesitaba héroes… y ahora, ellos eran la única esperanza de la humanidad.

Luego de recibir este poder, no dudaron ni un segundo. La humanidad estaba al borde de la extinción, y ahora tenían en sus manos la única oportunidad de cambiar el rumbo de esta guerra. Sin entender del todo cómo funcionaban sus Sentai Cards, pero guiados por una certeza profunda en su interior, Kevin y los demás tomaron sus cartas y las sostuvieron con determinación.

—¡Si este poder nos ha elegido… entonces lo usaremos en nombre de la humanidad! —exclamó Kevin, alzando su carta al cielo.

Como si una fuerza invisible les respondiera, los deck en sus muñecas comenzaron a brillar. Frente a ellos, una serie de hologramas aparecieron proyectando las imágenes de los antiguos Morphers de leyenda. Uno por uno, cada joven tomó su carta correspondiente y la insertó en el dispositivo.

—¡SENTAI CHANGE!

Un estallido de energía cubrió sus cuerpos mientras la transformación comenzaba. Sus ropas fueron envueltas por un resplandor cegador, y en cuestión de segundos, un nuevo equipo de guerreros se alzaba en el campo de batalla. Sus trajes, claramente inspirados en los míticos Gokaigers, combinaban el diseño clásico de los piratas espaciales con detalles únicos que los distinguían.

Kevin, el Ranger Rojo, vestía un traje rojo con detalles dorados en el pecho y hombros. Su casco tenía un visor en forma de "V", reflejando el liderazgo y la valentía de generaciones pasadas.

Aya, la Ranger Azul, tenía un traje azul marino con líneas plateadas, su casco con un diseño más aerodinámico, representando su precisión estratégica.

Dante, el Ranger Amarillo, con un traje de tonos dorados más intensos y guantes reforzados, listos para el combate cuerpo a cuerpo.

Ren, el Ranger Verde, con un diseño más estilizado y placas de energía en sus brazos, como si la misma naturaleza lo fortaleciera.

Iris, la Ranger Rosa, con un traje de tonos vibrantes y detalles plateados, su casco con una forma más redondeada, reflejando su espíritu fuerte y protector.

Frente a ellos, las criaturas del caos se detuvieron un momento, desconcertadas por la repentina aparición de estos guerreros. Pero solo fue un instante antes de que la horda volviera a lanzarse sobre ellos.

Kevin dio un paso adelante, su voz resonando con determinación:

—¡Por el rumbo del mundo y de nuestra gente! ¡No importa si somos de diferentes naciones, hoy nos unimos para proteger nuestro planeta!

Se giró hacia sus compañeros, su energía encendiéndose con cada palabra.

—¡Equipo… hagamos un espectáculo!

Sin más tiempo que perder, el equipo se lanzó al combate, sus movimientos impulsados por un poder que nunca antes habían sentido. Cada golpe, cada esquive, cada técnica fluía con la maestría de generaciones pasadas, como si los espíritus de los antiguos héroes los guiaran en la batalla.

Pero esta era solo la primera prueba. La guerra apenas comenzaba…

Sin más tiempo que perder, el equipo se lanzó al combate, sus movimientos impulsados por un poder que nunca antes habían sentido. Cada golpe, cada esquive, cada técnica fluía con la maestría de generaciones pasadas, como si los espíritus de los antiguos héroes los guiaran en la batalla.

Los invasores, seres nacidos del caos, se movían con rapidez y brutalidad, sus cuerpos deformes parecían compuestos de sombras vivientes y materia en constante cambio. Pero los jóvenes guerreros no retrocedieron.

Kevin fue el primero en atacar, su instinto de líder lo empujó al frente. Con una agilidad sorprendente, esquivó el ataque de una criatura y respondió con una poderosa patada giratoria, enviándola por los aires. Al instante, su deck brilló y en su mano apareció una espada de energía roja con detalles dorados: la espada Gokai de los Gokaigers.

—¡Vaya… esto es increíble! —exclamó mientras bloqueaba un golpe enemigo y contraatacaba con un corte preciso.

Aya, la estratega del grupo, observó a sus oponentes antes de actuar. Con movimientos calculados, esquivó sus ataques y usó su deck para invocar dos pistolas de energía azul, similares a las Gokai Guns.

—¡A ver qué tan resistentes son contra esto! —dijo mientras disparaba con precisión, derribando a varios enemigos con explosiones de energía.

Dante, con su estilo de lucha más directo, no dudó en lanzarse de lleno contra las criaturas. Usó su fuerza bruta para enfrentarse a múltiples enemigos a la vez, bloqueando ataques y contraatacando con golpes devastadores. Cuando su deck activó un brillo dorado, en su mano apareció un arma especial: las Gokai Guns, pero con un cañón más grande y recargadas de energía explosiva.

—¡Esto se siente increíble! —gritó antes de disparar un potente rayo amarillo que barrió a varios enemigos en un solo ataque.

Ren, con su velocidad y precisión, se movía entre los oponentes como una sombra. Sus ataques eran fluidos y letales, golpeando en puntos clave para desestabilizar a sus enemigos. Su deck le otorgó una daga de energía verde, que utilizó con destreza para cortar a través de la horda enemiga.

—Esto no es solo poder… es conocimiento —murmuró para sí mismo, comprendiendo que su conexión con la energía del Sentai le otorgaba no solo fuerza, sino también sabiduría en combate.

Iris, con su determinación inquebrantable, usó su velocidad y reflejos para esquivar ataques antes de responder con golpes certeros. Cuando su deck brilló, en su mano apareció un arco de energía rosa, permitiéndole atacar a distancia con flechas de luz.

—¡No van a tocar a nadie más! —exclamó mientras disparaba ráfagas de energía que explotaban al impactar.

Los invasores, sorprendidos por la repentina resistencia de estos guerreros, comenzaron a reorganizarse, aumentando la intensidad de sus ataques. Pero Kevin y su equipo no estaban solos. El poder del Sentai que habían heredado no solo les daba fuerza, sino también la experiencia de aquellos que lucharon antes que ellos.

Kevin alzó su espada y dio la orden final:

—¡Terminemos con esto!

Los cinco se reunieron y cargaron sus armas con energía pura. En perfecta sincronización, lanzaron un ataque combinado que estalló en un destello de colores. La explosión consumió a los invasores, disipando su energía oscura en el aire.

El campo de batalla quedó en silencio. Los guerreros, aún con la adrenalina corriendo por sus cuerpos, se miraron entre sí, comprendiendo lo que acababan de lograr.

Aya fue la primera en romper el silencio.

—Esto… esto es solo el inicio, ¿verdad?

Kevin asintió, mirando el cielo aún cubierto de nubes oscuras.

—Sí. Pero si hoy pudimos ganar… significa que podemos seguir luchando.

En algún lugar, entre las sombras de la destrucción, alguien los observaba. La verdadera guerra aún no había comenzado…