¡Auge!
La cabeza de Carl estaba sumbando.
¡Auge!
Su cabeza volvió a sumbar mientras su cuerpo se sacudía violentamente antes de caer, ¡Bum!.
Su cabeza golpeó el duro concreto, lo que le hizo realizar muecas de dolor.
Al abrir lentamente los ojos, solo pudo ver un entorno oscuro y borroso. Frente a él. La silueta borrosa de una cortina siendo sacudida contra las ventanas; afuera el sol de la mañana iluminaba tenuemente la amplia habitación.
"Ah..."
Carl gimió levemente mientras intentaba frotarse la nuca; pero un dolor en el hombro le impidió moverse a voluntad. Un dolor mezclada con entumecimiento, cansancio y picor, era como si sus miembros superiores ya no le pertenecieran.
"¿Estoy muerto?" Su mente seguía confundida en el vacío. Tuvo un sueño, en él intentaba enchufar la computadora de la sala mientras se ervia un café caliente como siempre en las mañanas; lastimosamente en un descuido había derramado el café sobre el cableado, causando que esté lo electrocutara en el acto.
Luego, siguió el fuerte entumecimiento y un fuerte olor a carne quemada se extendió hacia él; su cabeza estaba aturdida y todos sus recuerdos de ese momento se convirtieron en pulpa.
Carl intentó abrir los ojos lo más que pudo, tratando de captar algo a su alrededor.
"ruido sordo"
Después de otro violentó estruendo, su cabeza golpeó la cabecera de la cama y se desmayó nuevamente.
No sabía cuando tiempo había trascurrido, quizás varias horas o quizás un día entero, cuando finalmente pudo volver a sentir su cuerpo nuevamente una vez más.
No muy lejos de él, se escuchó un suave golpe de una puerta cerrándose.
"¿Como va doctor, podrá despertarse pronto?" Preguntó una voz masculina, en su voz se podía adivinar lo preocupado que estaba.
—No se preocupé señor Walt, mis observaciones indican que el paciente se encuentra estable y en unos días podrá estar hablando con usted sin problemas —La voz está vez era vieja, pero en su tono se podía reconocer un toque de profesionalismo y ricos conocimientos médicos.
Luego de unas palabras entre los dos desconocidos, la habitación quedó en silencio nuevamente.
Carl se encontraba en una amplia habitación de aspecto antiguo, frente a la cama se encontraba un escritorio, junto con tinta y papel de escribir. Una luz brillante entraba por su ventana a la derecha; fuera de la habitación caían finas gotas de lluvia y el techo de la casa contigua estaba empapado.
De repente, como si una cascada se desbordara de una presa, una oleada de pensamientos y recuerdos complejos inundó su mente.
Gimió inconscientemente mientras se agarraba la frente sudorosa, con el rostro distorsionado y los ojos levemente rojos. Hasta que nuevos recuerdos se incorporaron a los viejos.
"¿Edric? ¿Soy Edric o Carl? ¿E viajado a otro mundo?"
No podía pensar en nada más; todavía con dolor de cabeza, comenzó a explorar los recuerdos que habían surgido en su cerebro.
Este mundo era similar a la Europa antes de la era Nuclear, había aviones, choches y armas de fuego; como pistolas y cañones, pero aún no se habían desarrollado armas de destrucción masiva.
El cuerpo en el que despertó se llamaba Edric, de una familia de clase media baja. Tenía 15 años y solo tenía a su tío como pariente cercano, su tío ya era viejo y solo vivía de la renta de la casa que le dejó sus difuntos padres.
El estilo de vida era como la de la época Europea del siglo XX, pero los recuerdos recientemente adquiridos le indicaban que esté ya no era la Tierra en su vida pasada. Tanto su Tío como el propio Edric nacieron con cabello plateado y ojos dorados; el color de su cabello era hederitario por parte de su padre y el color de ojos de su madre.
Nunca había escuchado nada parecido en la Tierra. Además en sus recuerdos de clase de historia, los Países del mundo no eran Estados unidos o el Reino unido ni muchos menos china o Japón; En cambio, eran el Imperio Valír, la Republica Central y la Santa Confederación. Parecido a la tierra, hay cientos de países pequeñas y grandes y gobiernos.
A parte de los diferentes nombres, el estilo de vida no difería mucho de la tierra. Aquí los habitantes también recibían educacion, comenzando desde la primaria, luego secundaria y la Universidad. En este momento, Edric asistía a la segunda mejor preparatoria de de la provincia, la Academia de Nobles de Russelht. Este año era su primer año escolar. Durante las vacaciones escolares, Edric estuvo en la cama a causa de una caída con fiebre alta, al igual que Carl en su mundo, también falleció.
Haciendo un breve repasó de sus nuevos recuerdos y determinando que no se había perdido de nada. Se puso lentamente el cambio de ropa. Al despertarse, se encontraba en una habitación espaciosa pero no muy grande, pero estaba bien ordenado, encontró galletas con nueces y un rico té encima de la mesilla al lado de la cama, se lo comió con regusto mientras se perdía en sus pensamientos.
La mente de Carl seguía pensando en los recuerdos de Edric. Aunque este último asistía a una academia de nobles, apenas podía pagar la matrícula de la escuela con el poco dinero que le habían dejado sus padres, y tenía vergüenza de acudir a su viejo tío. Para pagar los gastos del colegio, tío y sobrino tuvieron que reducir los gastos de la casa y vivían con sencillez.
Desafortunadamente, Edric no era muy bueno estudiando, por lo tanto por mucho que se esforzará, sus puntuaciónes siempre se encontraban en la parte media inferior de la clasificación puntual. En la academia, casi todos provenían de familias adineradas, como resultado. Edric comenzó a sentirse inferior a los demás, lo que afectó gravemente su personalidad, convirtiéndose en un bicho raro e introvertido.
"Veo que estás mejorando bien estos días, pronto volverás a la escuela, aléjate de esos chicos problemáticos y no te vuelvas a meter en problemas, trabaja duro e intenta entrar en una buena universidad" El tío Walter habló con calma y paciencia, mientras le indicaba sus preocupaciones a Edric mientras comía su plato con movimientos suaves y moderados como un noble señor.
"Esta bien tío, lo tendré en cuenta" Carl solamente asintió con una sonrisa tranquilizadora, aunque no era Edric, tenía sus recuerdos y pudo adaptarse con naturalidad muy rápido. Comió el pastel con moderados movimientos y bebía un sorbo de leche fria de vez en cuando.
Observó su propia ropa: una camisa blanca entallada con rayas negras y plateadas en los puños y el cuello. La parte inferior del cuerpo también estaba formada por un pantalón negro entallado, combinado con zapatos de vestir negros. Su uniforme era llamativo y a la vez delicado.
A pesar de su apariencia destacada, era bastante común en este mundo, ya que casi un tercio de la población mundial tenía cabello plateado, lo que era una rareza en su mundo anterior; Edric tenía los ojos un poco hundidos y la piel áspera con el cabello despeinado.
Después de terminar de comer y despedirse de su tío que salía para hacer las compras del día, subió a su habitación a prepararse para la escuela.
Estaba preparando sus libros de texto. Historia, geografía, etiqueta, matemáticas y otras asignaturas; tenían más que los institutos en la Tierra. Incluso habían asignaturas para la esgrima y el tiro con arco. Edric dejó escapar un suspiro de alivio cuando metió todos sus libros en la mochila color marrón oscura. Despacio se fue acercando a la ventana y con un empujón la abrió dejando entrar el aire fresco y húmedo.
Afuera del edificio, había un espacio abierto entre las zonas residenciales; el suelo estaba cubierto de piedras grises muy compactos. Al oeste del campo, algunas personas formaban fila detrás de un hombre larguirucho con un cartel. La multitud se congregaba lentamente, y parecía que iban a alguna parte. Las letras del cartel decían "Street Coins".
¡Zas¡ Un pájaro salió volando de la nada frente a la ventana dando varias volteretas antes de desaparecer.
Fascinado por la vista, de repente salió de su breve aturdimiento y se dio cuenta que estaba en un mundo completamente diferente de su realidad anterior; parado en el tercer piso de un edificio y en un entorno completamente diferente de su pequeño País en su mundo anterior.
La mayoría de la gente afuera, tenía cabello de color rubio o negro, mientras que algunos eran pelirrojas o de cabello marrón, y el color de su piel y ojos variaban considerablemente. El idioma que hablaban y escribían era un idioma completamente nueva para Edric. Tras los recuerdos anteriormente recibidos, Edric pudo comprender perfectamente.
Ya no era un hombre adulto de la Tierra, si no un chico común y corriente de 15 años, con una nueva familia y unos antecedentes comunes. A esto se sumaba su constitución débil y enfermisa. Su tío ya era viejo y no podía cuidar de él todos los días.
Volvía del colegio una vez a la semana y, entre el colegio y el hogar, la vida era aburrida y lineal. Solo tenía que graduarse del instituto y presentarse para el examen Nacional. Con suerte podría entrar en una buena universidad, obtendría un buen título y encontraría un trabajo bien remunerado en el futuro. Era uno de los miles de estudiantes que presentaban el examen.
"¿Que me hace especial? ¿Podría haber llegado a este mundo si Edric no estuviera enfermo?" Carl sonrió con ironía, mientras su autoestima bajaba al nivel más bajo.
Según sus recuerdos, este mundo debería estar en la época anterior a la Segunda Guerra Mundial, sin armas de guerra a gran escala; este es un mundo similar al mío antes de la aparición de las armas nucleares. Pensó con detenimiento: «Esto no es lo que imaginaba. No hay magia, ni energía, ni un mundo xianxia, ni siquiera un pequeño rastro de eventos sobrenaturales».
Pensando en esto, el no sabía que hacer a continuación. Al viajar a una realidad alternativa, no miento que albergaba algunas expectativas fuera de la realidad. Pero tras recuperar los recuerdos de Edric, se dio cuenta de que este mundo,solo estaba décadas atrasado tecnológicamente.
"Esta bien, vayamos paso a paso primero hay que recuperarnos lo antes posible" Edric levantó sus brazos delgados como las ramas de un árbol joven y una sonrisa impotente se dibujo en su rostro.
Sacudiendo los pensamientos de su cabeza. Edric salió de la casa mientras observaba de reojo a los residentes que salían y entraban vestidos de trajes y vestidos elegantes. Aunque estaban algo cansados en su mirar, se movían con prisa y mantenían la espalda erguida. Solo unas pocas viviendas se encontraban en mal estado y algunas eran alquiladas.
Como de costumbre, él se subió al autobús que ya estaba repleto de estudiantes que hablaban y discutían entre risas entre ellos.