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Chapter 8 - Capítulo 3: Un día normal en Seisen (1)

Capítulo 3: "Un día normal en Seisen"

Parte 1

El sol de la mañana se reflejaba en los ventanales futuristas de Seisen, proyectando destellos sobre los caminos de mármol que conectaban los distintos edificios de la academia.

Los estudiantes caminaban en grupos, algunos aún somnolientos, otros conversando con entusiasmo sobre lo que les esperaba en su primer día de clases.

Entre la multitud, Touma caminaba con las manos en los bolsillos, mientras a su lado, Hina no dejaba de mirarlo con una ceja arqueada.

—No vas a decir nada, ¿verdad? —dijo ella finalmente.

Touma bostezó y giró la cabeza con pereza.

—Buenos días, Hina.

—Oh, ¿así que ahora te acuerdas de mí?

—¿De qué hablas?

—¡No me vengas con eso! Me dejaste enviando mensajes toda la noche mientras tú, seguramente, estabas relajado en tu dormitorio ignorando a tu mejor amiga.

—Eso no es cierto.

—¿Ah no?

—Te ignoré después del tercer mensaje, en el cuarto ya estaba dormido.

Hina se detuvo en seco y le dio un golpe en el brazo.

—¡Kisaragi Touma!

—¡Ey, ey! Fue una broma. Fui a buscarte, pero no me dejaron entrar al dormitorio de mujeres.

Hina infló las mejillas con indignación, pero decidió dejarlo pasar mientras seguían avanzando.

Mientras caminaban, el ambiente del campus se dividía claramente en dos mundos diferentes.

A su derecha, los estudiantes de la División de Investigación caminaban con tablets y drones flotando a su alrededor, algunos ajustando dispositivos en tiempo real con pantallas holográficas.

El murmullo de conversaciones sobre cálculos, experimentos y desarrollo tecnológico dominaba esa zona.

A su izquierda, la División de Combate mostraba un escenario completamente distinto.

Algunos estudiantes ya realizaban entrenamientos matutinos con pesadas armas de práctica, mientras que otros probaban trajes EXO diseñados para combate, ajustando sus sistemas de propulsión y defensa.

—Seisen es increíble —comentó Hina, observando a un grupo de cadetes de combate probando movimientos de esquiva con barreras de energía—. Es como vivir en una película de ciencia ficción.

—O en un simulador militar de lujo —añadió Touma—. No me sorprendería que algunos de estos tipos duerman abrazados a sus rifles de plasma.

Los edificios de clase no eran como los de una universidad común. Cada aula tenía puertas automatizadas, escritorios inteligentes y grandes pantallas de proyección que parecían salidas de una nave espacial.

—Mira eso, hay asientos con ajuste ergonómico y pantallas personales —dijo Hina mientras exploraba el aula con la mirada—. ¡Esto es mejor que cualquier universidad convencional!

—Sí, pero apuesto a que también viene con exámenes más complicados —dijo Touma, observando cómo algunos estudiantes ya estaban revisando datos proyectados desde sus Astra Lens.

Justo cuando los murmullos llenaban la sala, la puerta se deslizó con un leve zumbido y unos tacones resonaron con elegancia en el suelo.

Una figura imponente entró en el aula con una presencia que atrapó todas las miradas.

Cabello lila, largo y ondulado, recogido parcialmente con un elegante adorno. Ojos afilados y profundos, con una expresión que combinaba seguridad, madurez y un toque de misterio.

Su porte no era solo el de una profesora, sino el de alguien que había vivido y experimentado más allá de los libros. Su atuendo, aunque formal, tenía un aire distinguido y sofisticado, resaltando su postura firme y confianza natural.

El aula quedó en silencio absoluto.

Con un tono de voz suave pero firme, habló sin necesidad de levantar la voz.

—Bienvenidos a su primera clase en Seisen.

Su mirada recorrió la sala con una calma absoluta, como si pudiera leer el potencial de cada estudiante con solo mirarlos.

—Mi nombre es Eleonor Duval, y seré su instructora en el curso de integración de Astra Core. Además, soy la profesora principal en la Rama de Investigación, así que nos veremos hasta su graduación.

La forma en que dijo su nombre hizo que algunos estudiantes tragaran saliva. No necesitaba imponer autoridad con gritos, su sola presencia lo hacía por ella.

—Soy ingeniera aeroespacial, especializada en desarrollo tecnológico y aplicación de energías renovables.

Eleonor alzó su mano y un núcleo brillante flotó sobre su palma, emanando una energía vibrante.

—No voy a endulzarles las cosas. Seisen no es una academia común, y los Astra Core no son simples herramientas.

El aula entera guardó silencio, cautivada por la demostración.

—Seguramente, cuando recibieron su Astra Core, sintieron una sensación de poder recorriendo su cuerpo —continuó, girando el núcleo con la punta de los dedos—. Eso es porque se ha unido a su esencia, otorgándoles un núcleo mágico.

Con un leve chasquido, una llama danzó en la punta de su dedo, brillando con una tonalidad azulada.

—Con este poder podrán hacer cosas como esta… "magia" —dijo con un tono que dejaba en claro que era algo mucho más complejo—. También podrán sincronizarse con un traje EXO para combate.

Eleonor dejó que la llama se extinguiera con un movimiento de su mano antes de recorrer la sala con la mirada.

—Pero si tienen suerte, algo que solo el diez por ciento de los estudiantes logra, su núcleo podría resonar con sus deseos y ambiciones…

Touma apoyó el codo en la mesa, observando la pulsera en su muñeca con expresión neutra.

—Genial. Así que, estadísticamente, solo diez de cada cien personas pueden hacer algo interesante con esto.

Hina le dio un codazo con fastidio.

—¡No lo digas como si fuera una lotería!

—Es básicamente eso —replicó con indiferencia.

Los murmullos aumentaron en la sala cuando Eleonor mencionó la resonancia.

—Si logran la resonancia, su núcleo evolucionará, dándoles habilidades avanzadas y expandiendo su potencial. Para demostrarlo, tenemos con nosotros a la presidenta del Consejo Estudiantil, Evangeline Strassburg.

Las puertas del aula se deslizaron con precisión y Eva ingresó con la elegancia característica de una noble alemana.

Su largo cabello rubio ondeó levemente con su paso firme, y su postura impecable proyectaba una presencia que combinaba autoridad y control absoluto.

—Eva posee un Astra Core de nivel 3, el más alto conocido hasta el momento. En su caso, su núcleo evolucionó en un Modo Artillería, permitiéndole disparar proyectiles de luz.

Eva asintió con calma.

—Gracias por la presentación, Eleonor-sensei.

—Gracias a ti por acompañarnos en mi clase. ¿Podrías mostrarles a nuestros nuevos estudiantes el funcionamiento de tu Astra Core?

—Por supuesto.

Eva cerró los ojos y dejó escapar un leve suspiro, como si estuviera sincronizándose con su núcleo.

—¡Materialize! Valhalla & Ragnarok.

En un destello de luz dorada, dos imponentes rifles de energía aparecieron en cada una de sus manos, su diseño elegante pero intimidante.

El aura que emanaban era sofocante, como si la misma atmósfera del aula hubiera cambiado con su presencia.

—¿Eso es normal…? —susurró Touma, sintiendo un escalofrío.

Hina tragó saliva.

—Esto… está muy por encima de lo que esperaba.

Los murmullos entre los estudiantes eran inevitables. La diferencia de poder entre ellos y Eva era abismal.

Eleonor sonrió levemente, cruzándose de brazos.

—SEI, activa el domo "Virtual World" para la clase A-1. Así podremos demostrar el potencial de Strassburg sin poner en riesgo a nuestros estudiantes.

Confirmado. Activando modo "Virtual World". —respondió SEI con su tono mecánico.

De pronto, toda la sala adquirió un aspecto virtual de tonalidad verdosa, y los escritorios desaparecieron, como si el aula hubiera sido reemplazada por un simulador de realidad virtual.

Eleonor extendió un brazo en dirección a Eva, con una expresión confiada.

—Bien, señorita Strassburg. Muéstreles de lo que es capaz un Astra Core nivel 3.