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Chapter 6 - Capítulo 2: Bienvenidos a Seisen (2)

Parte 2

Las puertas del auditorio se abrieron y los estudiantes comenzaron a salir en grupos, algunos aún impresionados por el discurso de NovaTech, otros conversando emocionados sobre su futuro en la academia.

Touma, por su parte, simplemente dejó escapar un suspiro mientras se ajustaba los Astra Lens con una leve resignación.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó, siguiendo a Hina, quien caminaba con una energía renovada.

—¡Ahora recibimos nuestro Astra Core!

—Sí, sí… aunque todavía no entiendo por qué son tan importantes.

Hina se detuvo en seco y lo miró como si acabara de decir la mayor locura del mundo.

—Touma… ¿estuviste escuchando algo de lo que dijeron en la ceremonia?

—Claro. Dijeron que son dispositivos especiales que pueden resonar con nosotros y que nos permitirán usar magia y tecnología EXO. —Metió las manos en los bolsillos—. Pero ¿qué pasa si no resuenan? ¿Nos devuelven a casa?

—No lo sé… pero si eso pasara, ¿qué harías?

—Pues, tomar el siguiente vuelo de regreso y dormir hasta tarde.

Hina rodó los ojos y lo arrastró de la muñeca.

—Vamos antes de que terminen dándonos los peores.

Siguieron caminando hasta la zona de entrega de los Astra Core.

Las estaciones de registro estaban ubicadas en un amplio corredor al aire libre, con mesas organizadas en filas donde asistentes administrativos entregaban una pulsera con algún tipo de mineral incrustado.

Los alumnos avanzaban en grupos, presentando sus credenciales y recibiendo su Astra Core, algunos con evidente entusiasmo, otros con expresión cautelosa.

—Hinata Fujimura, División de Investigación.

Hina recibió su brazalete con una sonrisa radiante y no tardó ni un segundo en ponérselo.

—¡Ohhh, sí! ¡Esto se ve increíble!

—Touma Kisaragi, División de Investigación.

Touma se acercó, tomó su caja y la miró con expresión neutra antes de abrirla. Dentro había un brazalete de diseño metálico elegante, con un núcleo cristalino incrustado en su centro.

—Mmm…

—¿No estás emocionado?

—No sé. No siento nada especial.

Hina frunció el ceño.

—Quizás porque aún no te los has puesto...

Touma suspiró y tomó el brazalete con cierta indiferencia.

Sin pensarlo demasiado, deslizó el brazalete en su muñeca. En el instante en que el cristal hizo contacto con su piel, un leve brillo azul lo recorrió, y el núcleo se activó automáticamente. Una sensación de energía fría se expandió por su cuerpo, como si algo invisible se sincronizara con él.

Touma parpadeó.

—Eso… se sintió raro. Pero no me siento diferente.

—¡Significa que sí resonaste con él!

—O que ahora tengo un implante alienígena.

—¡Touma, es en serio!

Él sonrió con diversión, pero antes de que pudiera decir algo más, un grupo de estudiantes pasó empujándolo sin querer, rompiendo su conversación.

—Tsk… ¿en serio?

Cuando levantó la vista, Hina ya había sido arrastrada por la multitud hacia otra área del campus.

—Ah… genial. ¿A dónde tengo que ir ahora? —murmuró, mirando a su alrededor— No veo ninguna terminal SEI por aquí.

El enorme campus de Seisen se extendía ante él, con caminos interconectados, puentes flotantes y estructuras imponentes. Sin SEI disponible en esa zona, no tenía muchas opciones.

—Será mejor que me dirija a los dormitorios… —suspiró, sacando su tarjeta de ingreso a Seisen.

Justo en ese momento, sus Astra Lens se activaron automáticamente, proyectando información en su campo de visión.

[Usuario: Touma Kisaragi]

[Edad: 16 años]

[Estudiante ingresante de Seisen]

[Reconocimiento completado… Desplegando monitoreo personalizado…]

De repente, una voz femenina y un tanto peculiar resonó en su oído.

—Buenos días, Touma-sama. Mi nombre es Ellie y seré tu asistente virtual.

Touma parpadeó, sorprendido.

—¿Los lentes acaban de hablarme? Wow… esto sí que es tecnología avanzada.

—Así es, acabo de hablarte, Touma-sama.

El tono de la voz era sorprendentemente natural, con un ligero matiz juguetón en su entonación.

—¿Por qué me dice "sama"? Eso es demasiado.

—Si no te agrada, puedo llamarte Amo Touma.

—¡No, no, está bien! Solo… dime Touma.

—Entendido, Touma-sama. ¿Quieres llegar a los dormitorios? Tu habitación asignada es la número 11, Ala Oeste, tercer piso, según mi base de datos.

—Eres increíble, Ellie. No sabía que estos lentes venían con una IA integrada.

—Gracias por el cumplido. Cualquier información relevante la estaré proyectando en tus lentes…

Touma alzó una ceja, mirando al frente mientras caminaba.

—¿Me ignoró deliberadamente… o soy yo el que está perdiendo autoridad frente a una IA? —murmuró para sí, aún más desconcertado que impresionado.

[Indicador de ruta activado – Destino: Dormitorios]

Un pequeño mapa apareció en su visión, mostrando la ruta más corta hasta su destino.

Touma dejó escapar un suspiro de alivio.

—Bueno… al menos no estaré caminando en círculos.

Con Ellie guiándolo, dio su primer paso hacia los dormitorios de Seisen…

Tras varios minutos caminando, Touma terminó en un área más apartada del campus.

Un pequeño jardín rodeado de senderos de piedra, con un enorme árbol de sakura en el centro.

Era un lugar tranquilo, alejado del bullicio de los demás estudiantes.

Y bajo la sombra del sakura, sentada en un banco con un libro entre las manos, una joven de cabello plateado leía en completo silencio.

Pero lo que realmente llamó la atención de Touma no fue su presencia, sino el objeto que colgaba de su bolsillo.

Sin previo aviso, una serie de datos flotantes se desplegaron en su campo de visión.

[Lancaster Chronos – Edición Real, Reino Unido, siglo XVII]

[Estado: Excelente – Mantenimiento reciente]

[Serie de relojes exclusivos diseñados para la realeza británica.]

[Nunca fueron entregados. Se consideran piezas históricas de alta manufactura.]

Touma parpadeó.

—…Espera, ¿qué?

Había escuchado de los Lancaster Chronos. Su abuelo, un apasionado de los relojes clásicos, le hablaba de ellos como si fueran leyendas del tiempo. Diseñados para la realeza británica, pero nunca entregados, estos relojes se convirtieron en objetos históricos imposibles de conseguir.

Pero… ¿qué hacía uno aquí, en manos de una estudiante?

Necesitaba corroborarlo.

Se acercó con cautela, sus ojos fijos en el reloj. Justo cuando estuvo a punto de preguntar, la chica pasó la página con suavidad y habló sin siquiera levantar la vista de su lectura.

—Si estás aquí para declararte, te ahorraré la molestia. No estoy interesada. —dijo tranquilamente, con un marcado acento británico.

Touma parpadeó con sorpresa.

—… ¿Perdón?

Finalmente, ella alzó la mirada, observándolo con una expresión fría e imperturbable.

—Sé lo que pretendes. Solo dame tu carta de confesión para rechazarla y seguir con mi lectura.

Touma suspiró.

—Ah… ya veo, así que era eso.

Ella entrecerró los ojos con ligera sospecha.

—¿Eh?

—No sé qué tipo de interacciones estás acostumbrada a tener, pero solo sentía curiosidad por tu reloj. —Dijo, señalando el objeto que colgaba de su bolsillo.

Con un destello de emoción en los ojos, añadió:

—¿Es realmente un Lancaster Chronos original?

Shizuki alzó una ceja.

—¿Te refieres a mi reloj? —preguntó con calma, sosteniéndolo entre sus dedos—. Es una antigüedad familiar. Y sí, es uno de los doce relojes que Sir Ian Lancaster creó para la realeza.

Touma ladeó la cabeza con curiosidad.

—¿Acaso eres de la realeza?

Shizuki soltó una leve sonrisa de diversión, aunque su expresión siguió siendo serena.

—Qué simpático eres. No, no soy de la realeza… y sí, puedes verlo de cerca.

Extendió su mano, ofreciéndole el reloj sin rastro de preocupación.

—¡Muchas gracias! —Touma no pudo ocultar su emoción. Sacó un pañuelo de su bolsillo antes de tomar el reloj, asegurándose de no dejar huellas en la pieza histórica.

Lo observó con detenimiento, admirando cada detalle del finísimo grabado en su estructura y el mecanismo de cuerda manual, aún en perfecto estado.

—Mi abuelo me regaló ese reloj cuando era niña, y siempre lo he conservado en perfectas condiciones, dándole mantenimiento cada semana.

Touma sonrió con admiración.

—Debe haber sido alguien grandioso para haber conseguido uno de estos… —dijo con emoción—. Hubiera deseado que mi abuelo pudiera ver uno así de cerca.

Con sumo cuidado, se lo devolvió antes de inclinarse en una leve reverencia.

—Muchas gracias por permitirme verlo en detalle. Es realmente hermoso… sin duda, Sir Lancaster era todo un visionario.

Shizuki tomó el reloj de vuelta y, en ese instante, sintió algo parecido a un latido proveniente de él.

Su mirada se posó brevemente sobre el reloj, pero no dijo nada. Simplemente lo guardó en su bolsillo y asintió en agradecimiento.

—Lamento haberte hecho perder el tiempo con esto. Espero que me disculpes. —Touma hizo otra reverencia, sintiéndose culpable.

—No hay problema. De hecho, es interesante que sepas tanto sobre un reloj de bolsillo. —Shizuki lo observó con calma antes de añadir—. Pero aún no me has dicho tu nombre.

Touma parpadeó y, de repente, se puso colorado de vergüenza.

—Qué falta de modales, lo siento. Es que estaba demasiado emocionado. Mi nombre es Touma Kisaragi, recién ingreso a Seisen.

—Un gusto. Mi nombre es Shizuki Tokisaka, estudiante de segundo año, división de investigación.

Touma asintió con una sonrisa.

—Mucho gusto y… perdón si esto suena curioso, pero se nota que eres británica, aunque tienes un apellido japonés.

—Así es. Mi madre es británica y mi padre es japonés.

—Ah, así que era como imaginaba.

Touma se rascó la nuca con una leve sonrisa antes de inclinarse ligeramente.

—De nuevo, disculpa por distraerte con mi curiosidad. Gracias y ¡mucha suerte con tu lectura!

Con un gesto casual, retomó su camino hacia los dormitorios, dejando a Shizuki con una expresión neutral… aunque, por alguna razón, sus ojos se quedaron fijos en él por unos segundos más de lo necesario.