Parte 1
El acceso principal al Instituto Seisen era una gigantesca avenida de mármol pulido, flanqueada por torres de vidrio y acero con diseños elegantes que parecían sacados de una película de ciencia ficción.
El aire vibraba con energía tecnológica, mientras drones de seguridad flotaban en el cielo, escaneando discretamente a los estudiantes que llegaban.
Touma y Hina avanzaban entre la multitud, observando a los cientos de jóvenes que, al igual que ellos, se preparaban para dar su primer paso en la prestigiosa academia.
Algunos vestían uniformes elegantes, mientras que otros llevaban atuendos más funcionales, lo que dejaba en claro la división entre la rama de investigación y la de combate.
De pronto, una serie de pantallas holográficas se desplegaron en la entrada, proyectando la imagen de una figura femenina de cabello azul y ojos brillantes. Una IA con un diseño elegante y corporativo, vestida con un uniforme formal de la academia.
—[BIENVENIDOS A SEISEN.] —dijo con una voz suave pero clara—. Soy SEI, su asistente virtual.
Touma parpadeó al ver cómo la figura holográfica giraba hacia cada estudiante como si realmente los estuviera mirando.
—La Academia Seisen se enorgullece de recibir a las jóvenes promesas de todo país y el mundo. Los nuevos estudiantes deberán seguir las indicaciones.
Una serie de flechas digitales aparecieron en el suelo, guiando a los estudiantes hacia el salón de eventos.
—Por favor, tomen asiento en el área correspondiente. La ceremonia de bienvenida comenzará en breve.
—Esto es demasiado futurista… —susurró Touma.
Hina, sin poder contener su emoción, le dio un ligero golpe en la espalda.
—¡Vamos, vamos! No quiero perderme nada.
Se dirigieron hacia el salón de eventos.
Touma se dejó caer en uno de los asientos mientras Hina lo miraba con impaciencia.
—No pongas esa cara de aburrido.
—Aún no ha pasado nada y ya parece demasiado… ordenado.
Hina rodó los ojos.
—Tienes razón, qué horror, qué academia tan avanzada.
—Lo dices como si no estuviera acostumbrado a cosas más simples.
Las luces del escenario se encendieron y, de pronto, una figura emergió de una galera con un destello de humo y chispas doradas.
—¡SEAN BIENVENIDOS, JÓVENES PROMESAS!
La voz resonó con energía, y cuando el humo se disipó, un hombre de cabello rubio con un elegante traje azul, capa blanca y sombrero de copa se encontraba en el centro del escenario, levantando su bastón con dramatismo.
Touma sintió un tic en el ojo.
—No puede ser…
—Oh… wow —murmuró Hina, asombrada.
—Soy Vergil Von Rheinhardt, su director. Pero para ustedes, el ilustre caballero que los guiará en su viaje hacia la grandeza.
Algunos estudiantes se miraron entre sí, sin saber si debían aplaudir o preocuparse. Un murmullo recorrió la multitud.
—¿Es en serio?
—Esto… ¿esto es un show de magia?
—Pensé que Seisen era una academia prestigiosa.
Vergil ignoró todos los comentarios y chasqueó los dedos, haciendo que una baraja de cartas flotara a su alrededor.
—Ahora, antes de comenzar, tengo una pregunta para ustedes…
Las cartas volaron sobre el aire y se detuvieron frente a ciertos estudiantes al azar, incluyendo a Touma.
—Díganme, jóvenes, ¿qué creen que significa estar en Seisen?
Touma miró la carta flotando frente a él y suspiró.
—Esto no es normal.
Hina le dio un codazo.
—¡Vamos, juega el juego!
Vergil sonrió con diversión.
—Ah, veo que algunos de ustedes ya se preguntan si este será un año normal. Déjenme responderles con un simple truco.
Chasqueó los dedos de nuevo, y todas las cartas explotaron en pequeñas luces doradas que formaron la palabra "EXCELENCIA" en el aire.
—Aquí en Seisen, no buscamos mediocridad. No buscamos conformismo. Buscamos a aquellos que desafíen sus propios límites y rompan las barreras de lo imposible. Tomen el futuro con sus manos…
En un instante, una serie banderas holográficas se activó a los lados del escenario. Cuatro figuras subieron al escenario.
Vergil, con un gesto dramático, se inclinó en una elegante reverencia antes de desvanecerse en una cortina de humo dorado.
—Ahora, les cedo la palabra al Consejo Estudiantil de Seisen.
El murmullo entre los estudiantes fue silenciado de inmediato cuando una chica de expresión firme y porte distinguido avanzó hacia el estrado. Cabello rubio recogido con precisión, ojos celestes y una postura impecable.
Con una voz firme y un ligero acento alemán, tomó la palabra.
—Muchas gracias por esa… extravagante presentación, director Rheinhardt.
Una leve risa se escuchó en el público. Su tono seco y formal contrastaba completamente con la teatralidad del director.
—Mi nombre es Evangeline Strassburg, pero pueden decirme Eva. Soy estudiante becada de Alemania.
Su mirada recorrió a los nuevos ingresantes con precisión, transmitiendo autoridad sin necesidad de alzar la voz.
—Seré breve en mis palabras, ya que no quiero abrumarlos.
El silencio entre los estudiantes era absoluto.
—La Academia Seisen recibe no solo a los mejores estudiantes de Japón, sino también de distintos países, todos ellos con el mismo objetivo: alcanzar la excelencia.
Eva hizo una breve pausa, midiendo cada una de sus palabras.
—Eso no quiere decir que Seisen sea un infierno académico, pero si desean estar entre los mejores, la excelencia es el único camino.
Los estudiantes intercambiaron miradas. Algunos asintieron con determinación, otros tragaron saliva.
—Algunos de ustedes están aquí por becas. Otros, por la salida laboral que ofrece NovaTech. Y otros, porque tienen grandes aspiraciones. Como dijo el director, trabajen duro y Seisen los recompensará.
Eva levantó ligeramente la mano, señalando a las figuras a su lado.
—Conmigo están los otros miembros del Consejo Estudiantil.
Primero, un joven alto, de cabellos grises y mirada fría, dio un paso al frente con un ligero asentimiento.
—Leon Einzberg, vicepresidente. También becado de Alemania.
El siguiente en la línea fue una joven de cabello negro azabache, con una expresión confiada y relajada.
—Misaki Toudou, nuestra tesorera y una de las mejores pilotos de Japón.
Finalmente, el último en la fila proyectó una presencia que parecía oscurecer el ambiente a su alrededor.
Un joven japonés de complexión atlética, cabello negro con detalles grisáceos y ojos afilados. No dijo una palabra, simplemente asintió levemente, pero su mirada por sí sola parecía infundir respeto… o miedo.
—Y por último, nuestro administrador de asuntos generales, Reiji Tsuguri.
El murmullo entre los estudiantes aumentó.
Cada uno de los miembros del Consejo Estudiantil proyectaba una presencia firme y segura, dejando en claro que el liderazgo en Seisen no era una simple formalidad.
Eva volvió a tomar la palabra con la compostura que la caracterizaba:
—Como líderes estudiantiles, nuestra responsabilidad es mantener el orden y apoyar a quienes lo necesiten. Sin embargo, recuerden esto: Seisen es un lugar para quienes aspiran a la excelencia, no para quienes se conforman con menos.
—Gracias por su atención.
Su tono, sereno pero firme, dejó un mensaje claro: el esfuerzo y la disciplina serían claves para sobresalir.
El Consejo Estudiantil se retiró con elegancia, y de inmediato, una pantalla virtual gigante se desplegó sobre el escenario, proyectando el logo de NovaTech.
Una voz resonó en todo el auditorio con un tono carismático y profesional.
—Bienvenidos a Seisen, una universidad de alta tecnología donde podrán avanzar en sus estudios para mejorar el futuro… o unirse a la primera línea de defensa contra los Nulvoids.
En la pantalla apareció la imagen de un soldado Nulvoid.
Su figura humanoide parecía esculpida en el vacío del espacio, con remolinos galácticos que se deslizaban por su cuerpo como si contuviera un fragmento del universo en constante expansión.
Un núcleo de energía brillaba en su pecho, pulsando como una estrella condenada.
—Como saben, estos seres anómalos no emiten señales previas. Simplemente aparecen. Provienen del espacio y destruyen todo a su paso.
Las imágenes se sucedieron rápidamente: ciudades parcialmente colapsadas bajo cielos ennegrecidos, zonas de evacuación repletas de civiles, fuerzas de seguridad disparando contra criaturas imposibles de describir, envueltas en un manto de oscuridad cósmica que desdibujaba su forma.
Eran más que monstruos, eran rupturas vivientes en el tejido de la realidad.
—Para entender su naturaleza y detener su avance, NovaTech financia instituciones como Seisen alrededor del mundo.
La imagen se dividió en dos, mostrando a soldados con exoesqueletos de combate a la izquierda y científicos en laboratorios avanzados a la derecha.
—Aquí, la Rama de Combatientes podrá entrenarse en nuestra tecnología EXO, utilizando trajes mecánicos, mechas y armas de plasma para proteger sus países de esta amenaza.
La pantalla mostró el diseño de los EXO-Suits, con detalles holográficos resaltando su movilidad y potencia de fuego.
—Por otro lado, la Rama de Investigación tendrá la oportunidad de desarrollar nuevas tecnologías, descubrir energías sustentables, diseñar tácticas avanzadas y estudiar el comportamiento de los Nulvoids.
Los estudiantes observaban con atención, algunos impresionados, otros aún procesando toda la información.
El logo de NovaTech reapareció en la pantalla, acompañado por una última declaración.
—Al salir de este auditorio, se les entregará su "Astra Core".
Un murmullo recorrió el salón.
—Este núcleo es la base de nuestra tecnología. Si resuena con ustedes, podrán manipular magia y fusionarla con la tecnología EXO para alcanzar su máximo potencial.
Hubo un instante de silencio, como si cada estudiante estuviera asimilando el peso de esa afirmación.
—Sin más que agregar, los saludo y espero que logren sus metas para mejorar el futuro.
La pantalla hizo un leve destello y, finalmente, la imagen de un hombre apareció en pantalla. De cabello plateado, traje impecable y una presencia que inspiraba respeto, su mirada firme se clavó en la audiencia.
—Mi nombre es Eon Xanders, CEO de NovaTech, y confío en que su futuro será brillante.
—¡Hasta la próxima!
La transmisión se cortó y el logo de NovaTech desapareció.
Un silencio momentáneo quedó en el ambiente antes de que la voz de SEI, la asistente virtual, se activara nuevamente.
—La ceremonia de bienvenida ha concluido. Por favor, diríjanse a las estaciones de registro para recibir sus Astra Core.
El primer día en Seisen estaba a punto de comenzar.