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El Autor en Orario: Porque la Lógica es Opcional

The_Gamer2403
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Synopsis
Orario, la ciudad de los aventureros y los dioses, siempre ha sido un lugar lleno de historias épicas, héroes en ascenso y criaturas monstruosas del Dungeon. Pero todo cambia con la llegada de un extraño individuo conocido simplemente como “el Autor”. ¿Quién es realmente? ¿Qué busca en Orario? Y, lo más importante… ¿de dónde saca tanta Coca-Cola?
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Chapter 1 - Capitulo 1: El Gran y Épico Comienzo (que no es tan épico, pero finjan que sí)

Orario, la ciudad de los aventureros, donde los fuertes prosperan, los débiles luchan por sobrevivir y los dioses… bueno, los dioses básicamente juegan a los Sims con humanos.

Y luego estoy yo.

Puff.

Aparecí en medio de la calle principal de Orario con un café en la mano, vestido con una bata de dormir y pantuflas de conejito. ¿Por qué? Porque sí.

Me estiré con tranquilidad mientras los aventureros a mi alrededor me miraban como si hubiera caído del cielo. Lo cual, técnicamente, no era del todo falso.

"Bien, oficialmente estoy dentro de la historia." Di un sorbo a mi café. "Hora de hacer cosas."

Un guardia de Ganesha, obviamente confundido, se me acercó con cautela.

"Eh… señor, ¿de dónde salió usted?"

Lo miré. Sonreí. Y luego extendí una mano.

Chasquido.

El hombre desapareció.

No lo maté, no se preocupen. Solo lo mandé de vacaciones a una playa paradisíaca con todo pagado. Soy caótico, pero no cruel.

Los aventureros que presenciaron la escena abrieron la boca para gritar, pero chasqueé los dedos de nuevo y, puff, ya no podían hablar.

"Ok, ahora que tengo la atención de todos." Me giré y miré a mi alrededor. "Orario… prepárate, porque voy a hacer cosas que desafían la lógica, la razón y probablemente las leyes de la física."

Un minotauro pasó trotando por la calle, llevando una charola con café.

Nadie entendió nada.

Yo tampoco.

Pero así es como comienza esta historia.

Pero luego levanté una ceja.

"No, no, no. Un minotauro barista es demasiado absurdo, incluso para este fic." Chasqueé los dedos.

El minotauro desapareció en un destello de luz.

Inmediatamente después, mi bata y pantuflas también se desvanecieron, reemplazadas por un atuendo mucho más acorde al mundo: una capa larga y negra con detalles dorados, una camisa elegante, pantalones ajustados y botas de cuero.

Por alguna razón, también tenía un sombrero enorme con una pluma ridículamente grande.

"Hmm." Me miré de arriba abajo. "Demasiado llamativo."

Lo mantuve de todos modos.

Los aventureros seguían congelados en el lugar, con expresiones de puro horror.

"Ok, pueden hablar de nuevo."

Otro chasquido, y todos empezaron a gritar al mismo tiempo.

"¡¿QUÉ ACABA DE PASAR?!"

"¡¿QUIÉN ES ESTE TIPO?!"

"¡¿DÓNDE ESTÁ EL MINOTAURO?!"

Yo solo sonreí.

"Bueno, ya hice mi gran entrada." Me froté las manos. "Hora de ver qué tan roto está el Dungeon."

Obviamente, caminar hasta la entrada como un mortal cualquiera estaba fuera de discusión.

Así que hice lo que cualquier persona con mi nivel de poder haría.

Abrí la palma de mi mano y dije en voz alta:

"/tp Autor Dungeon"

Un sonido de puff se escuchó y la realidad se dobló a mi alrededor.

Antes de que pudiera procesarlo, ya estaba de pie en un pasillo oscuro y húmedo. Paredes de piedra, aire pesado, un leve rugido en la distancia.

Parpadeé.

"…Oh, funcionó."

Miren, sé que puedo hacer cualquier cosa aquí, pero aún me sorprende cuando la lógica decide rendirse sin pelear.

Miré alrededor. El Dungeon era más grande en persona, aunque tal vez era porque ahora estaba dentro en lugar de solo escribir sobre él.

En ese momento, una jauría de goblins giró la esquina, viéndome con ojos hambrientos.

Nos quedamos en silencio.

Ellos me miraron.

Yo los miré.

Luego, uno de ellos gritó y todos cargaron hacia mí con sus diminutas dagas oxidadas.

Suspiro.

Levanté una mano y dije la palabra mágica:

"/kill @e[type=goblin]"

Todos los goblins colapsaron al instante, como si su código fuente hubiera sido eliminado.

El Dungeon se quedó en silencio.

"Dios, esto es demasiado conveniente."

Miré las piedras mágicas en el suelo. Luego miré mis manos.

"…Debería llamar a este capitulo Velocidad Any% hacia el Dungeon."

Pensé por un momento. Podría seguir bajando por los pisos del Dungeon normalmente…

Ja, no.

"/tp Autor Piso_18"

El familiar puff de teletransportación sonó, y en un instante, el sombrío pasillo del Dungeon fue reemplazado por un cielo de cristales azules, árboles frondosos y una brisa refrescante.

Pestañeé varias veces.

"Ah."

Rivira. La famosa ciudad en el Piso 18 del Dungeon. Un paraíso en medio del infierno subterráneo.

Unos cuantos aventureros que estaban descansando cerca de la plaza principal se quedaron paralizados al verme aparecer de la nada.

Uno de ellos dejó caer su arma.

Otro escupió el agua que estaba bebiendo.

Y uno simplemente se desmayó.

Me sacudí el polvo de la ropa y levanté una ceja.

"Sí, sí, ya sé que es impresionante."

Dicho eso, decidí pasear un poco. Porque ahora que estaba en un lugar bonito, lo mínimo que podía hacer era aprovecharlo.

Apenas di tres pasos antes de que la ciudad entera explotara en caos.

"¡¿QUÉ CARAJOS?!"

"¡¿CÓMO LLEGÓ AQUÍ?!"

"¡ESTO NO TIENE SENTIDO!"

Y mientras el pánico se esparcía como un virus, yo simplemente disfrutaba del paisaje.

Rivira era más bonita de lo que imaginé. Claro, en las novelas y en el anime ya se veía bien, pero estar aquí en persona era otro nivel. El cielo azul, la brisa fresca, la sensación de no estar rodeado de monstruos que quieren devorarme vivo. Todo un lujo.

Pero los aventureros no parecían compartir mi paz mental. Algunos intentaban racionalizar lo que acababan de ver, mientras que otros directamente entraban en pánico.

"¡Debe ser una nueva habilidad de transporte del Gremio!"

"¡No, seguro es un espíritu! ¡Un espíritu superpoderoso!"

"¡¿Y SI VIVIMOS UNA SIMULACIÓN DENTRO DE LA MENTE DE UN ADOLECENTE?!"

Pfft.

No me pude aguantar la risa.

Me aclaré la garganta y levanté una mano.

"Tranquilos, tranquilos. No soy un monstruo, ni un espíritu, ni un error en la realidad." Hice una pausa dramática. "Soy algo mucho peor."

El silencio cayó sobre Rivira.

"Soy…" Me llevé una mano al pecho y esbocé una sonrisa. "…el Autor."

Hubo un par de parpadeos confundidos. Algunos se miraron entre ellos, como si esperaran que alguien más entendiera lo que acababa de decir.

Entonces, alguien gritó:

"¡ES UN DIOS!"

"¡ES UN MONSTRUO!"

"¡ES UN CHEATER!"

…Ok, la última estuvo cerca.

Justo cuando las cosas parecían calmarse un poco, un aventurero de armadura pesada se adelantó y me señaló con una gran espada.

Justo cuando el caos estaba en su punto máximo y todos en Rivira gritaban sobre dioses, monstruos y cheats, me di cuenta de algo muy importante.

No quería lidiar con esto.

Así que, sin pensarlo mucho, levanté la mano y dije las palabras mágicas:

"/tp Autor random"

Puff.

La realidad se desvaneció a mi alrededor y, en un abrir y cerrar de ojos, estaba en otro lugar.

…Oh.

Oh no.

El sonido del agua corriendo fue lo primero que noté.

Lo segundo fue la enorme cantidad de vapor que llenaba el aire.

Lo tercero fue la silueta femenina dándome la espalda.

Hubo un momento de silencio absoluto.

Un momento en el que mi cerebro aún no había procesado la situación en la que me había metido.

Pero cuando Ryuu Lion —la Ryuu Lion— giró lentamente la cabeza para verme, con gotas de agua resbalando por su cabello y una mirada que alternaba entre confusión y un voy a asesinarte, mi cuerpo finalmente reaccionó.

Levanté una mano, señalé hacia arriba y dije lo único que podía salvarme.

"/tp Autor fuera de aquí AHORA MISMO."

Puff.

Y desaparecí antes de que la violencia se desatara.

Puff.

El sonido de mi teletransportación resonó en el aire, pero esta vez no hubo gritos, caos ni peligro inminente de muerte.

Abrí los ojos lentamente.

Era una casa.

O mejor dicho, una casa abandonada.

Las paredes tenían grietas, el suelo de madera rechinaba con cada paso, y la única iluminación provenía de unas pocas ventanas sucias por donde se filtraban débiles rayos de luz.

Tomé aire y lo solté lentamente.

"Bien… creo que aquí puedo respirar un poco."

Me dejé caer en una silla vieja que milagrosamente no se rompió bajo mi peso.

Vaya día.

Había aparecido en Orario, eliminado un minotauro, me había teletransportado al Dungeon, causado un escándalo en Rivira y casi muero en el baño de Ryuu.

Apoyé un codo en la mesa y suspiré.

"…Tal vez debería pensar mejor mis comandos antes de usarlos."

Aunque, pensándolo bien…

Negué con la cabeza.

Nah.

¿Dónde estaría la diversión en eso?

Me quedé mirando la mesa polvorienta frente a mí, tamborileando los dedos sobre la madera.

Había estado abusando mucho del tp y los comandos de Minecraft. No es que me molestara, pero… ¡esto era un fanfic! Tenía todas las opciones a mi disposición.

Así que decidí variar un poco.

Metí la mano en mi bolsillo y, como si siempre hubiera estado ahí, saqué un Espejo Mágico. Uno exactamente igual al del Terraria. Su superficie brillaba con un resplandor azul místico.

Sonreí.

"Ahora sí se viene algo grande."

Levanté el espejo y me preparé para la siguiente locura.

¡Fwoosh!

La casa abandonada desapareció en un torbellino de luz, y en menos de un segundo, ya no estaba ahí.

Aparecí en el Dungeon.

Y no en cualquier parte.

No.

Había decidido hacer las cosas bien caóticas, así que el espejo me llevó justo en medio de una batalla entre la Familia Loki y una horda de monstruos en los pisos profundos.

Monstruos rugiendo. Magia explotando. Aventureros gritando órdenes.

Y en medio de todo eso, yo, apareciendo de la nada con un destello mágico y la calma de quien no pertenece en absoluto a este desastre.

El silencio duró una fracción de segundo.

Lo justo para que todos—monstruos y aventureros—detuvieran su pelea y me miraran.

Yo levanté una mano en un gesto casual.

"Hola."

Y entonces, el infierno se desató otra vez.

El caos apenas duró una fracción de segundo antes de que algo aún más ridículo sucediera.

Porque, sorpresa, no solo me había teletransportado yo.

También me había llevado la casa abandonada conmigo.

¡CRASH!

Con un estruendo digno de una película de desastres, la casa cayó del cielo y aterrizó justo encima de uno de los monstruos más grandes del grupo enemigo.

El pobre bicho ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar antes de ser completamente aplastado por lo que alguna vez fue un humilde hogar en ruinas.

El impacto levantó una nube de polvo, hizo temblar el suelo y dejó a todos los aventureros de la Familia Loki congelados en su lugar, intentando procesar lo que acababan de ver.

Tiona parpadeó. "¿Eh?"

Tione frunció el ceño. "¿Qué demonios acaba de pasar?"

Finn estrechó los ojos, analizando la situación con la rapidez de un líder de guerra.

"…"

Riveria, quien estaba en medio de lanzar un hechizo, bajó su báculo lentamente. "Eso… no es magia normal."

Bete miró la casa, luego me miró a mí, y luego volvió a la casa.

"¿Acaba de caer una jodida casa del cielo?"

Lefiya simplemente colapsó mentalmente.

Por mi parte, aproveché la pausa dramática para salir de la nube de polvo, sacudí mi ropa como si nada hubiera pasado y señalé la casa con el pulgar.

"Bueno, eso fue inesperado."

Los aventureros aún no sabían cómo reaccionar. Pero los monstruos, por otro lado, decidieron que no les importaba la lógica y rugieron, reanudando su ataque.

Tiona reaccionó primero. "¡Ah, cierto! ¡Todavía estamos peleando!"

Y así, la batalla continuó. Solo que ahora había una casa en medio del campo de batalla.

Con el combate reanudado y la casa aún incrustada en el suelo como si siempre hubiera estado ahí, decidí que era mejor no llamar demasiado la atención por ahora (bruh).

Así que, con toda la naturalidad del mundo, me acerqué a uno de los aventureros de la Familia Loki que estaba más al borde de la batalla: un tipo random con armadura de cuero y una espada genérica.

Me crucé de brazos y me quedé de pie a su lado, observando la pelea como si estuviera viendo un espectáculo en primera fila.

"Vaya pelea, ¿eh?" comenté, sin despegar la vista de la acción.

El aventurero, aún en estado de shock por la casa que acababa de caer del cielo, apenas logró asentir. "Sí… sí, supongo."

Los rugidos de los monstruos, los gritos de batalla de los aventureros y las explosiones mágicas llenaban el ambiente, pero yo simplemente asentí con la cabeza, como un crítico analizando una obra de teatro.

"Ese combo de Tiona estuvo bueno."

El aventurero parpadeó, mirándome con duda. "¿Quién eres…?"

Ignoré la pregunta y señalé hacia el campo de batalla. "Uh-oh, ahí viene un monstruo gigante. ¿Crees que Bete lo derribe de un solo golpe?"

El aventurero miró en la dirección que señalaba. En efecto, era gigantesco y estaba cargando hacia el grupo, con un garrote más grande que una persona normal.

Antes de que el tipo random pudiera responder, Bete saltó con una patada cargada de rabia y lo mandó a volar con tal fuerza que el pobre ogro se estrelló contra la casa abandonada.

¡BOOM!

La casa crujió, el polvo se levantó y el ogro quedó incrustado en la pared como si fuera una decoración mal puesta.

Me incliné un poco hacia el aventurero random. "Te dije."

El tipo me miró, luego miró la casa, luego al ogro, luego a mí otra vez.

"…¿Pero quién carajos eres?"

Sonreí.

El combate siguió avanzando, y aunque al principio fue caótico y emocionante, después de un rato… bueno, seamos honestos, se volvió repetitivo.

La Familia Loki estaba dándolo todo, sí, pero el monstruo más grande del grupo era un verdadero dolor de cabeza.

Cada vez que alguien intentaba darle un golpe fuerte, la bestia lo bloqueaba o simplemente lo aguantaba como si fuera una brisa.

Los aventureros jadeaban, los hechizos volaban por el aire, y la pelea se había convertido en un tira y afloja sin un claro ganador.

…Qué flojera.

Así que, de alguna manera completamente inexplicable, terminé con un enorme tazón de palomitas en las manos.

Sí. Palomitas.

¿De dónde las saqué?

No tengo ni la más mínima idea.

Ni me importa.

Simplemente estaban ahí, y eso era suficiente para mí.

Metí la mano en el tazón, agarré un puñado y empecé a comer mientras observaba la pelea.

El aventurero random a mi lado me miró con incredulidad. "¿En qué momento sacaste esas…?"

Le ofrecí el tazón.

"¿Quieres?"

Me miró. Miró las palomitas. Miró la pelea.

Y luego, lentamente, tomó un puñado y empezó a comer también.

Los dos nos quedamos ahí, viendo a los aventureros sudar y luchar por sus vidas, mientras nosotros simplemente disfrutábamos del espectáculo con palomitas en mano.

La pelea seguía. Y seguía. Y seguía.

Finn gritaba órdenes, Riveria lanzaba hechizos, Bete maldecía, y el monstruo gigante seguía ahí, resistiendo como si fuera el protagonista de un shonen con armadura de guion.

Llevé otra palomita a la boca y suspiré.

"Esto ya se volvió aburrido."

El aventurero random a mi lado asintió, también masticando palomitas. "Sí, ya está tardando demasiado."

Otro ataque. Otro rugido. Otra estrategia fallida.

Los aventureros ya estaban jadeando, pero el monstruo seguía vivo.

Ya estuvo.

Rodé los ojos, metí la mano en mi chaqueta—que honestamente ni recordaba que tenía puesta—y saqué una pistola.

Sí.

Una pistola.

¿De dónde la saqué? No sé.

¿Desde cuándo la tenía? Ni idea.

¿Es lógico que una pistola haga algo en un mundo donde la gente lanza magia y corta cosas con espadas gigantes? Definitivamente no.

Pero ¿importa?

No.

Apunté con toda la calma del mundo al monstruo, aún en plena pelea con la Familia Loki, y sin siquiera levantarme de mi asiento, apreté el gatillo.

¡BANG!

El sonido fue simple, seco y directo.

Y el monstruo.

Simplemente.

Cayó muerto.

Silencio.

Silencio absoluto.

La Familia Loki se quedó mirando el cadáver del monstruo, parpadeando, intentando entender qué demonios acababa de pasar.

Finn bajó su lanza, confundido.

Tiona ladeó la cabeza.

Tione se cruzó de brazos.

Bete frunció el ceño.

Lefiya simplemente colapsó mentalmente otra vez.

Riveria miró el cadáver, miró a su grupo, luego miró en mi dirección.

…Y su expresión se endureció en cuanto vio la pistola en mi mano.

El aventurero random a mi lado me miró con la boca abierta.

"¿De dónde sacaste eso?"

Guardé la pistola en mi chaqueta como si nada.

"No se"

"…"

"Espero haberte ayudado"

Finn fue el primero en reaccionar.

Con la expresión tensa y la lanza aún en mano, empezó a caminar en mi dirección. Y los demás lo siguieron.

Riveria, con el ceño fruncido.

Bete, con una expresión de "qué mierda acaba de pasar".

Tiona y Tione, curiosas pero alertas.

Lefiya, todavía con un lag mental tan grande que parecía haber sufrido un blue screen en vivo.

…Y Ais.

Que, por alguna razón, hasta ahora se dignó a aparecer.

¿Dónde había estado todo este tiempo?

¿Fue a comprar pan?

¿Se perdió en el Dungeon?

¿Tomó una siesta en medio de la pelea?

Nunca lo sabremos.

Pero ahí estaba ahora, con su clásica expresión neutral, caminando junto a los demás como si hubiera estado presente todo el tiempo.

El aventurero random a mi lado empezó a sudar frío. "Oh, mierda, vienen hacia nosotros."

Le di otra mordida a mis palomitas.

"Sí, me di cuenta."

Finn se detuvo justo frente a mí y alzó la vista. Digo, obviamente tenía que alzar la vista, porque el hombre mide un metro y un chiste.

Me miró con esos ojos de estratega supremo y habló con calma.

"…¿Quién eres?"

Metí otra palomita en la boca y masticé lentamente.

"Un espectador."

Bete bufó. "¡¿Espectador mis huevos?! ¡Acabas de sacar una jodida arma de la nada y mataste al monstruo como si nada!"

Riveria me miró con sospecha. "Eso no fue magia. Tampoco fue una habilidad."

Finn asintió. "Nunca he visto un arma como esa."

Ais simplemente ladeó la cabeza. "¿Eso fue un hechizo?"

Yo, con toda la seriedad del mundo, saqué otra palomita, la soplé como si fuera un revólver recién disparado y me la comí.

"No" Insertar música de Spiderman

Silencio.

Silencio absoluto.

El aventurero random a mi lado intentó disimular, pero estaba visiblemente temblando.

Finn me miró como si intentara descifrar si estaba bromeando o si realmente estaba lidiando con algo que desafiaba toda lógica conocida.

Tiona fue la única que pareció relajarse y sonrió. "Oye, ¿me das palomitas?"

Le ofrecí el tazón sin dudarlo. "Por supuesto."

Y así, en medio de la tensión, Tiona tomó un puñado y empezó a comer como si nada.

La escena se mantenía en un tenso equilibrio entre absurdo e incomprensible.

Por un lado, yo, cómodamente sentado, compartiendo palomitas con Tiona como si estuviéramos viendo una película en casa.

Por el otro, el resto de la Familia Loki, tratando de procesar cómo un sujeto aleatorio acababa de aniquilar al monstruo más resistente del piso con un simple disparo.

Bete se cruzó de brazos, aún con una expresión de desagrado. "Tch, esto es una jodida estupidez."

Finn, como el estratega que era, optó por no perder la compostura. En lugar de eso, carraspeó y me miró con seriedad.

"Vas a tener que explicarnos qué fue eso."

Suspiré y metí la mano en mi chaqueta de nuevo.

Los aventureros reaccionaron de inmediato.

Bete y Tione pusieron manos en sus armas.

Riveria levantó su báculo.

Lefiya… bueno, Lefiya sólo se puso más nerviosa.

Ais mantuvo su expresión neutral, pero definitivamente estaba lista para actuar.

Pero lo que saqué no fue otra pistola.

Fue… una Coca-Cola bien fría.

¡PSHHHH!

El sonido al abrirla resonó en el aire, y de alguna manera, una brisa refrescante acompañó el momento.

Di un sorbo y exhalé con satisfacción.

"Aaaah… No hay nada como una Coca bien fría después de ver una pelea larga."

Silencio.

Otra vez.

Riveria cerró los ojos por un momento. Parecía estar teniendo un mini derrame cerebral.

Finn me miró con una mezcla de paciencia y resignación. "No estás tomando esto en serio."

Levanté una ceja. "¿Yo? Pero si soy el único que ha resuelto el problema."

Bete gruñó. "¡Cállate, idiota! Eso ni siquiera tuvo sentido."

Me encogí de hombros y le di otro sorbo a mi Coca. "No es mi culpa que sean tan ineficientes."

El ambiente se tensó de inmediato.

Tione entrecerró los ojos. "¿Qué acabas de decir?"

Lefiya tragó saliva. "Tione, cálmate…"

Bete ya estaba tronándose los nudillos.

"Oh, ahora sí te jodiste."

Sonreí.

"¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer?"

Bete gruñó, flexionó las piernas y saltó hacia mí con la intención de darme una patada.

Yo, sin inmutarme, simplemente chasqueé los dedos.

¡Puff!

Y así, Bete desapareció.

Finn parpadeó. "¿…Qué?"

Riveria frunció el ceño. "¿Qué hiciste?"

Me encogí de hombros. "Lo mandé a otro lugar."

Tiona masticó otra palomita. "¿A dónde?"

Miré el cielo con una expresión pensativa.

"Eh… Creo que al fondo de un lago."

Silencio otra vez.

Finn suspiró profundamente y se frotó el puente de la nariz. Definitivamente ya se estaba arrepintiendo de haber venido a hablar conmigo.

¡SPLASH!

Justo cuando Finn iba a decir algo, una figura empapada y furiosa emergió del Dungeon.

Era Bete.

Mojado de pies a cabeza.

Lleno de algas pegadas en su ropa.

Con un pequeño monstruo pez mordiéndole la pierna de forma completamente cómica.

Y, sobre todo, con una expresión de puro odio.

"¡HIJO DE—!"

No terminó la frase porque en cuanto intentó dar un paso, resbaló con el agua que él mismo iba dejando y se cayó de cara contra el suelo.

¡PLAF!

Silencio.

Tiona se tapó la boca, pero sus hombros temblaban de la risa contenida.

Tione desvió la mirada, claramente esforzándose por no reírse.

Lefiya, siendo Lefiya, simplemente estaba en shock.

Riveria suspiró. "Esto es ridículo."

Finn se cruzó de brazos. "Estoy empezando a entenderlo."

Ais miró a Bete en el suelo y luego a mí. Parecía estar pensando en algo.

Bete, mientras tanto, levantó la cabeza con pura furia.

"¡TE VOY A MATAR, MALDITO BASTARDO!"

Me encogí de hombros. "Tú fuiste el que intentó atacarme."

Se quitó las algas de un manotazo y se puso de pie, aún temblando de rabia. "¡Eso no te da derecho a mandarme a un maldito lago!"

"Sí me da."

Finn cerró los ojos y masajeó sus sienes. Definitivamente ya le estaba doliendo la cabeza.

Riveria suspiró. "No tiene sentido seguir con esto."

Bete aún me fulminaba con la mirada, pero Tiona, con su eterna energía positiva, sonrió y me miró con curiosidad.

"Entonces, ¿cómo te llamas?"

Di otro sorbo a mi Coca y sonreí.

"Llámame Autor."

Otra vez.

Silencio absoluto.

Finn, Riveria, Ais, Tione, Lefiya y el aventurero random que aún estaba a mi lado me miraron como si acabara de decir la cosa más absurda del mundo.

…Lo cual, bueno. Era cierto.

Antes de que pudieran reaccionar, chasqueé los dedos otra vez.

Y pum.

Ahora tenía un montón de helado en mis manos.

Helado de chocolate, vainilla, fresa, menta, cookies & cream… lo que quieras, lo tenía.

"¿Helado?" pregunté, como si ofrecer comida después de arruinar la lógica de su mundo fuera completamente normal.

Tiona fue la primera en responder.

"¡Sí!"

Y sin pensarlo dos veces, tomó uno de fresa con una sonrisota.

Tione la miró mal. "¡Oye, no aceptes cosas de extraños!"

Tiona, ya saboreando su helado, solo respondió: "Mmm, pero está rico."

Riveria cerró los ojos y exhaló lentamente. Seguramente estaba reconsiderando toda su vida.

Finn, aún con los brazos cruzados, miró el helado con cautela. "¿De dónde sacaste eso?"

"No se."

Silencio otra vez.

Bete, todavía mojado y con un monstruo pez colgado de la pierna, me miró con desconfianza. "Esto tiene que ser una broma."

Lefiya, aún confundida, murmuró: "Esto… no debería ser posible."

Me encogí de hombros y extendí otro helado. "Vamos, ¿quién más quiere? Es gratis."

Finn y Riveria no parecían convencidos, pero Ais… Ais sí.

Sin decir una palabra, tomó un helado de menta.

Silencio.

Finn parpadeó. "¿Ais…?"

Ais simplemente lamió su helado con su clásica expresión neutral. "Está bueno."

Silencio otra vez.

Riveria puso una mano en su cara.

"Dioses, esto ya se salió de control."

Tiona siguió disfrutando su helado sin una sola preocupación en el mundo.

Ais también.

Bete… no.

Bete estaba en modo berserk, todavía procesando que un extraño había manipulado el espacio-tiempo, lo había mandado a un lago, y ahora estaba repartiendo postres como si nada.

Con un gruñido, se quitó al monstruo pez de un pisotón y me apuntó con el dedo.

"¡DEJA DE JUGAR CON NOSOTROS, MALDITO TARADO!"

Yo simplemente me encogí de hombros. "Pero si ni siquiera hemos jugado aún."

Finn se tensó un poco con esa frase.

"¿'Aún'?"

Riveria ya no podía más con la vida.

"Finn, por favor, dile que deje de hablar."

El prum exhaló profundamente, pero antes de que pudiera decir algo, chasqueé los dedos otra vez.

Y pum.

Bete ahora tenía un helado en la mano.

El hombre lobo se quedó congelado.

Miró su mano. Miró el helado. Miró mi cara. Miró el helado otra vez.

"…¿QUÉ MIERDA?"

Lefiya retrocedió lentamente, como si la realidad estuviera derrumbándose ante sus ojos.

Tione miró a su hermana y a Ais con una expresión de decepción.

"No puedo creer que de verdad estén comiendo eso."

Finn se cruzó de brazos, claramente dudando si debía seguir con esto o simplemente fingir que nunca me conoció.

Bete, todavía en shock, soltó el helado como si quemara.

"¡NO ACEPTO ESTO! ¡AL DIABLO CON TU ESTUPIDEZ!"

El helado cayó al suelo.

Se hizo un incómodo silencio.

Tiona y Ais se detuvieron.

Riveria miró el helado desperdiciado con una expresión difícil de describir.

Finn simplemente parpadeó.

Yo, por mi parte, bajé la cabeza lentamente.

Bete frunció el ceño. "¿Qué… qué te pasa?"

No respondí.

Solo me quedé en silencio por unos segundos.

Y luego…

El cielo se oscureció.

El suelo tembló.

En la distancia, se escuchó un trueno retumbar.

Una brisa helada recorrió el lugar.

Bete se puso en guardia de inmediato. "¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO?!"

Yo levanté la cabeza lentamente.

Y, con una voz profunda y ominosa, hablé.

"…Has cometido un gran error."

El temblor se intensificó.

Los cielos oscurecidos se abrieron, y de la nada, una figura emergió.

Era… Ais.

O al menos, una copia perfecta de ella.

Los ojos de Bete se abrieron como platos.

"¿A-Ais…?"

La Ais clonada lo miró con la misma expresión neutral de siempre.

El silencio era absoluto.

Todos observaban.

Bete, por primera vez en su vida, parecía nervioso.

Entonces, la Ais falsa inclinó ligeramente la cabeza.

Y con una voz fría, vacía, sin emociones…

"Nunca te amaré."

PUF.

La Ais clonada desapareció en una nube de partículas brillantes.

Silencio.

Y entonces Bete simplemente colapsó.

Se fue de rodillas al suelo, con la cabeza agachada, con una sombra cubriendo sus ojos.

Tiona tapó su boca con ambas manos.

Tione se giró para no verlo.

Lefiya parecía a punto de llorar por él.

Riveria sólo cerró los ojos, como si presenciar esto fuera un pecado.

Finn desvió la mirada.

Ais… bueno. Ais solo comía su helado.

Yo, mientras tanto, asentí con satisfacción.

"Bien, creo que aprendió la lección."

Bete no se movía.

Literalmente estaba congelado en el suelo.

Parecía un personaje de anime al que le acaban de destruir el alma.

Silencio absoluto.

Solo el sonido del viento y el crunch de Ais comiendo su helado.

Entonces, finalmente, Bete habló.

En un susurro quebrado, con una voz que no parecía suya.

"…esto es una maldita pesadilla."

Tione se aclaró la garganta. "Bueno… eso fue innecesario."

Tiona todavía tenía las manos en la boca, conteniendo la risa.

Lefiya parecía estar de luto por su compañero caído.

Riveria, ya completamente harta, miró a Finn con desesperación. "Finn. Detenlo. Por favor."

El prum suspiró y se frotó el puente de la nariz.

"…Autor."

"¿Sí?"

"¿Por qué hiciste eso?"

Le di otro sorbo a mi Coca y sonreí.

"Porque puedo."

Finn cerró los ojos con pura resignación.

Ais, completamente ajena a la tragedia de Bete, se giró hacia mí.

"¿Puedes hacer más clones?"

Finn casi se atraganta. "¡Ais!"

La rubia ladeó la cabeza. "Sería útil."

La idea me pareció interesante.

"Hmm…"

Chasqueé los dedos otra vez.

PUF.

Ahora había cinco copias de Finn a mi alrededor.

Finn original se quedó completamente en blanco.

"…¿Qué?"

Las copias lo miraron fijamente.

Tiona estalló en carcajadas.

Tione se quedó boquiabierta.

Lefiya se desmayó.

Bete ni reaccionó, aún en su estado depresivo.

Riveria se frotó las sienes.

Ais solo asintió con aprobación.

"Útil."

Finn seguía procesando su existencia cuando, de repente, todas sus copias se cruzaron de brazos al mismo tiempo.

Y con la misma sonrisa confiada en el rostro, dijeron al unísono:

"Sate sate sate…"

PUF.

Las copias se desvanecieron en el aire, dejando solo el eco de su voz.

Silencio.

Finn parpadeó lentamente.

Riveria soltó un suspiro de pura desesperación.

Lefiya, todavía en el suelo, empezó a retorcerse como si estuviera teniendo una pesadilla.

Tione se llevó una mano a la cara.

Tiona, en cambio…

"¡¡JAJAJAJAJA!!"

Cayó al suelo riendo.

Bete siguió en su estado de depresión máxima.

Ais, una vez más, solo asintió.

"Eso también fue útil."

Finn respiró profundamente y me miró.

"…Por favor, detente."

Yo le di otro sorbo a mi Coca.

"No."

Finn simplemente soltó un suspiro largo, pesadísimo.

Con la expresión de alguien que había perdido toda esperanza, tomó un helado del suelo.

Lo miró fijamente.

Luego miró el horizonte.

O al menos, miró en dirección al horizonte.

Nadie tenía idea de qué estaba viendo.

Quizás su destino.

Quizás su cordura escapando de su cuerpo.

Quizás solo un punto fijo en la nada mientras reconsideraba cada decisión que lo llevó hasta este preciso momento.

Tiona lo miró y se encogió de hombros.

"Bueno, al menos se rindió rápido."

Tione negó con la cabeza. "No. Esto no es rendirse. Esto es la derrota absoluta."

Riveria ya ni siquiera intentaba arreglar las cosas.

Ais siguió comiendo su helado.

Bete… seguía en el suelo.

Lefiya seguía desmayada.

Yo simplemente sonreí con satisfacción.

"Bueno, esto salió bien."

Yo di una palmada fuerte y extendí los brazos como un animador de show infantil.

"¡Bien, chicos! ¿Quién quiere una habilidad nueva~?"

Silencio.

Los aventureros me miraron con una mezcla de incredulidad y terror.

Finn siguió mirando el horizonte.

Bete seguía en el piso, muerto por dentro.

Lefiya seguía inconsciente.

Tione cerró los ojos con fuerza, negándose a aceptar esta realidad.

Tiona parecía interesada, pero no lo suficientemente loca como para decir algo.

Riveria ni siquiera se dignó a reaccionar.

Pero entonces…

Ais levantó la mano.

Con su tono completamente neutral, como si estuviera pidiendo más pan en la cena, dijo:

"Yo quiero."

Tione se agarró la cabeza. "¡Ais, por favor!"

Yo simplemente sonreí.

Una corriente de aire emanó de mí, envolviendo a Ais en un ligero torbellino de brisa mágica.

La rubia parpadeó, sintiendo el aire revolver su cabello…

…y nada más.

Silencio.

Los demás aventureros miraban con escepticismo.

Ais esperó.

Nada.

Esperó un poco más.

Nada.

Finalmente, abrió la boca.

"Me enga—"

De repente, sus ojos se abrieron como platos.

Su rostro se tensó.

Llevó ambas manos a su boca como si fuera a vomitar.

Tione se levantó de golpe. "¿¡Ais!?"

Tiona se tapó la boca, conteniendo la risa.

Riveria ya presentía el desastre.

Finn… bueno, Finn seguía en su estado zen mirando el horizonte.

Mientras tanto, yo solo sonreí maliciosamente.

"Oh, tranquila. No es vómito…"

Ais seguía cubriéndose la boca, su expresión completamente confusa.

Sus ojos se movieron entre sus compañeros, buscando respuestas.

Pero justo cuando miró a la Familia Loki…

"FUS—"

Un estallido de viento salió de su boca.

Lefiya, quien acababa de recuperar la conciencia, salió volando varios metros hacia atrás.

¡PUM!

Se estrelló de espaldas contra una roca.

Silencio absoluto.

Los aventureros de la Familia Loki se quedaron congelados en shock.

Ais, con la mano en la boca, parpadeó lentamente.

Tiona estalló en carcajadas.

Tione se llevó una mano a la cara.

Riveria ya estaba masajeándose las sienes.

Lefiya, en el suelo, emitió un débil gemido de dolor.

Finn… seguía en su mundo.

Bete seguía en el piso, pero ahora con una pequeña chispa de esperanza en los ojos.

Yo simplemente sonreí con satisfacción.

"Bueno, esto va mejor de lo que esperaba."

Yo me sacudí las manos con satisfacción.

"Bueno, eso fue divertido. ¡De nada!"

Ais seguía tapándose la boca, Lefiya seguía en el suelo, y Riveria… bueno, Riveria ya había aceptado su destino.

Justo cuando iba a desaparecer, me giré hacia Tiona y le di un pulgar arriba.

"Por cierto, me caes muy bien."

Tiona sonrió de oreja a oreja.

"¡Gracias~!"

Tione la miró con incredulidad.

Yo, con una gran sonrisa en el rostro, chasqueé los dedos y me desvanecí.

La sede de la Familia Loki estaba en completo silencio.

Riveria, Finn, Tione, Tiona, Ais, Bete y una Lefiya con una bolsa de hielo en la cabeza estaban reunidos en la sala principal.

Frente a ellos, Loki estaba sentada con los codos sobre la mesa, manos entrelazadas y una expresión completamente seria.

"…A ver si entendí."

Respiró hondo.

"Un tipo apareció de la nada con una casa, mató un monstruo con un solo disparo, les ofreció helado, creó un clon de Ais solo para decirle a Bete que nunca lo amará, multiplicó a Finn, le dio una habilidad nueva a Ais, hizo que Lefiya volara con un grito, y luego simplemente se fue como si nada."

Silencio.

Los aventureros asintieron lentamente.

Loki se inclinó hacia adelante, observándolos con los ojos entrecerrados.

"¿Y ustedes… no consumieron nada raro en el Dungeon?"

Tione soltó un largo suspiro.

"Ojalá."

Loki seguía viéndolos con escepticismo.

Sabía que no estaban mintiendo, pero…

¡Nada de esto tenía sentido!

Suspiró, sacando una aguja para actualizar el estado de Ais.

"Bien, vamos a ver si lo de la habilidad es verdad o solo una alucinación colectiva."

Ais se sentó en el sofá, como si nada de esto le pareciera extraño.

Loki vertió una gota de sangre y comenzó a actualizar su estado.

El resto de la Familia Loki observaba con atención.

Las letras comenzaron a formarse en la espalda de Ais…

Y entonces…

Loki parpadeó.

Parpadeó otra vez.

Su rostro pasó de curiosidad a pura incredulidad.

"…No puede ser."

Finn se inclinó hacia adelante. "¿Qué dice?"

Loki, con la boca entreabierta, leyó en voz alta.

Dovahkiin

Destinado a enfrentarse con el dragón negro, es el enemigo definitivo contra los dragones. Gritas y el mundo obedece.

Grito actual: FUS RO DAH

Silencio.

Absoluto.

Total.

Loki soltó la hoja y se tomó la cara con ambas manos.

"…Me voy a desmayar."

Ais no dijo nada.

Pero su expresión…

Estaba seria.

Anormalmente seria.

Demasiado seria.

Riveria, que la conocía bien, notó el pequeño temblor en sus manos cerradas en puños.

Tione y Tiona se miraron, sintiendo la atmósfera cambiar.

Bete, por primera vez en su vida, mantuvo la boca cerrada.

Loki, que seguía procesando la locura de la situación, parpadeó al ver la cara de Ais.

"…¿Ais?"

Ais no respondió.

Su mente era un torbellino de emociones.

El Dragón Negro.

El monstruo que le arrebató a su madre.

El único objetivo que había perseguido toda su vida.

Y ahora, tenía algo que la acercaba más a ese objetivo.

Era un recordatorio de lo que había perdido.

Pero también…

Era poder.

Poder para destruirlo.

Lentamente, Ais respiró hondo y cerró los ojos.

Cuando los abrió de nuevo, su mirada tenía una determinación aterradora.

"…Necesito probarlo."