EL DÍA QUE LAS ESTRELLAS CAIGAN
Capítulo 1 –
ESCENA 1: UNA DECISIÓN IRREVERSIBLE
La mansión de los Ju estaba sumida en un silencio sepulcral. No porque no hubiera nadie, sino porque la única persona que debía hablar había elegido huir. La hermana mayor de Ju Yeying se había ido. Nadie sabía dónde estaba exactamente, solo que había salido de China tras su operación en Alemania y no pensaba volver.
— No podemos permitir que esta alianza se rompa —dijo la Primera Ministra con un tono gélido.
Su mirada se clavó en su hija menor, Ju Yeying, quien permanecía sentada con las manos sobre su regazo. No necesitaba hablar para que sus padres entendieran que no estaba de acuerdo.
— Tú ocuparás su lugar.
Ju Yeying alzó la vista de golpe. Sus ojos reflejaban sorpresa y, sobre todo, incredulidad. Movió sus manos con rapidez, formando palabras en lenguaje de señas.
— ¿Cómo podría ocupar su lugar?
El vocero presidencial, su padre, dejó escapar un suspiro pesado.
— No tenemos opción. Alpha es la empresa más poderosa de China y no podemos arriesgar nuestra relación con ellos.
Ju Yeying sintió un escalofrío recorrerle la espalda. ¿Cómo podía casarse con un hombre que no la conocía? Peor aún, con un hombre que esperaba a otra.
ESCENA 2: LA BODA PROHIBIDA
La ceremonia fue privada. No hubo invitados, ni prensa, ni siquiera un banquete. Solo ella, con un vestido de novia que no le pertenecía, y él, Li Liang-Gu, el hombre que estaba destinado a su hermana.
Cuando Ju Yeying entró en la habitación donde él la esperaba, sintió la frialdad de su mirada antes de escucharlo hablar.
— Quítate lo que llevas. No es tuyo.
Ju Yeying se quedó inmóvil. Sabía que la odiaría, pero no esperaba que su rechazo fuera tan cruel. Con la misma calma con la que vivía en un mundo sin palabras, desató los lazos del vestido.
El sonido de la tela deslizándose sobre su piel llenó el silencio de la habitación.
— ¿Vas a desnudarte frente a mí? —Li Liang-Gu entrecerró los ojos, sorprendido por su falta de reacción.
Ju Yeying se detuvo, con el vestido a punto de caer. No lo hacía para provocarlo. Simplemente, obedecía.
Li Liang-Gu soltó una risa seca y desvió la mirada.
— No importa. Vámonos.
ESCENA 3: UNA CASA QUE NO ES UN HOGAR
La casa a la que llegaron era tan fría como la relación que los unía. Li Liang-Gu abrió una puerta y señaló el interior.
— Este será tu cuarto. Descuida, no entraré allí.
Ju Yeying observó la habitación en penumbras. Un espacio sin calidez, sin rastros de vida.
Cuando volvió la mirada hacia él, lo vio alejarse sin dudar. Antes de entrar en su propio cuarto, le dirigió una última advertencia:
— No te enamores de mí.
La puerta se cerró.
Ju Yeying se quedó en la entrada de su habitación, con el corazón latiéndole en los oídos. Sabía que este matrimonio era solo un contrato, un pacto entre dos familias.
Pero en su mente, las palabras resonaron con una promesa secreta:
"Me enamoraré de ti el día que las estrellas caigan."
[FIN DEL CAPÍTULO 1]