Historia 1
Año Nuevo, puedo decir que es mi festividad favorita, pasarla con familia, con amigos o con tu pareja. Sin embargo, este año tuvimos que viajar mi novio y yo, por culpa del trabajo de él. Ni siquiera fue un viaje a una ciudad turística,una ciudad con playa o alguna ciudad con algún encanto;viajamos a una ciudad con poco o nada para mostrar.
Mi nombre es Erika, tengo 26 años y desde hace unos 10 meses que me casé con Alberto. Él es ingeniero;específicamente se encarga de lo que es la planificación de extracción de hidrocarburos,por lo que es una constante que viaje,por lo que le programaron uno de ellos en vísperas de Año Nuevo. En un inicio no me agradó la idea de pasar sin él lo que sería nuestro primer año nuevo viviendo juntos,pero llegamos a la idea de que sería bueno que lo acompañase a su viaje.
Compramos unos paquetes para la fiesta de año nuevo en un hotel de la ciudad en la que estábamos; en teoría, ahí sería la fiesta más importante, por lo tanto la más divertida:barra libre, música en vivo,y el lugar tenía prestigio y elegancia. Sin embargo, horas antes de que empecemos a alistarnos para ir a esta fiesta, ocurrió lo que yo diría que es el primer paso a la catástrofe.
El teléfono de Alberto sonó y, luego de que él tuviese una extendida charla, me dijo:
—Mi jefe quiere que vaya esta noche a revisar un proyecto—dijo él.
—Pero esta noche es año nuevo,prometiste que íbamos a estar juntos—dije en un tono entre triste y enojada.
—Sí lo sé,pero sabes que no puedo faltar a estos llamados—dijo él, excusándose.
—Incluso viajé hasta aquí para pasarlo contigo,y ahora me estás diciendo que lo voy a pasar sola.
—Mira, puedes adelantarte al festejo mientras yo me apuro en la oficina y te alcanzo ahí—dijo él.
Yo sabía que si decía algo iba a ser únicamente para recriminarle la gran prioridad que le da al trabajo,pero eso era algo que ya le había dicho y que únicamente desencadenaba peleas que provocan no hablarnos por varios días.
—Haz lo que quieras—dije dándole la espalda.
Él se cambió rápido y salió del hotel rumbo a su oficina.Lo último que él dijo fue:"Nos vemos en la fiesta de año nuevo, prometo que llegaré temprano".
Ya iba a mitad de mi maquillaje; casi de manera robótica seguía alistándome mientras refunfuñaba mi enojo contra Alberto. Lo más probable es que si esta noticia nos hubiera agarrado poco antes me hubiera frustrado Y me hubiera quedado en la habitación del hotel,pero al estar casi lista me dije a mí misma que por lo menos debía intentar pasar un buen año nuevo,aunque sea sola. Terminé de alistarme y procedí a emprender mi camino hacia la fiesta. Estaba con un vestido rojo que, si bien no era en exceso pegado, sí era algo corto y con un escote llamativo, por lo que cuando ingresé sola al lugar, más de una persona se me quedó mirando. No estoy segura si llamé la atención por ser la única persona que estaba sola,o si es que era porque me veía bien;sea cual sea la situación, poco o nada influye eso en mi estado del humor.
Tomé asiento en la barra, pedí un vaso de whisky en las rocas,me fijé el reloj y faltaban pocos minutos para que fueran las 11:30. Resoplé y sabía que, Alberto, llegaría sobre el límite de la medianoche,y si es que llegaba antes de la medianoche.
—No es bueno recibir el año nuevo de mal humor—dijo un señor que se sentó al lado mío.
—No siempre las cosas salen como deberían—le respondí.
—Un gusto, mi nombre es Fabricio, Fabricio Kovac—dijo él, extendiéndome la mano.
—Kovac? No suena un apellido local—respondí mientras le extendía mi mano.
—Sí,mi madre en sus años de juventud tuvo un romance con un belga,de ahí el apellido—dijo él sonriendo.
El señor aparentaba unos 50 años;sin embargo, se mantenía bastante bien, con un tono de piel que no lo definiría como moreno, sino más bien bronceado, como si cuidase ese aspecto. Físicamente no era delgado, pero tampoco era gordo;era alguien que sabía mantener una figura adecuada y hasta atractiva, diría yo. Un pelo corto bien cortado de color oscuro. La charla se prolongó algunos minutos,pero fue más que nada amigable y muy superficial.
—Creo que no me dijo su nombre usted—dijo Fabricio.
—Erika—dije mi nombre acompañando de una sonrisa.
—Y dígame,Erika,¿por qué pasa estas fechas sola?—preguntó.
—La verdad,el plan original era pasarlo con mi pareja;sin embargo, tuvo una emergencia en el trabajo que provocó que llegue tarde,o tal vez que no llegue—dije, intentando ocultar un poco mi tono de molestia bajo la situación.
—Ya veo,debe ser una persona muy dedicada al trabajo—sentenció él.
—Más de lo que me gustaría admitir—respondí.
La charla siguió de forma extendida hasta que era próxima la medianoche.
—Bueno,Fabricio, tal vez tú debas volver con quien vino esta noche.Sería descortés de tu parte recibir el año nuevo sin tu o tus acompañantes—dije.
—La verdad, vine acompañando a mi hermano,el cual vino con su señora esposa y la familia de su señora esposa.No es que no me agraden,pero creo que me siento más cómodo en esta barra de la bar…—dijo mientras me señalaba una mesa que aparentemente eran sus acompañantes.
—En ese caso tal vez quiera acompañarme a fumar un cigarrillo.Recibiré el año nuevo complaciendo mi vicio—dije mientras señalaba mi cajetilla de cigarrillos , sacándola del bolso.
Y entonces caminamos entre las mesas hasta llegar a una especie de balcón que había en el recinto. Ahí estaban diferentes parejas, atentas a sus relojes, esperando que pasen esos últimos minutos para que sea año nuevo. Inmediatamente después de que encendí mi cigarrillo, sonó mi celular.
—Amor, perdón, te juro que pensé que esta reunión sería mucho más corta.Llegaré en media hora— Era Alberto.
—Bueno— fue lo único que dije, sabiendo que decir más únicamente iba a generar que las palabras sobren.
Sabía que no iba a llegar en media hora;era otra de sus palabras vacías, así como que iba a llegar antes de que fuese la medianoche. Entonces nuevamente rendí toda mi atención al cigarro que estaba fumando y a Fabricio, el señor que me está haciendo compañía.
Fue entonces que empezaron a sonar los fuegos artificiales,y se escuchó por los parlantes,"Feliz año nuevo". Todas las parejitas alrededor nuestro empezaron a darse abrazos y besos, algunos acompañados de fotos.
—Feliz año nuevo—le dije a Fabricio.
—Feliz año nuevo a usted—me respondió sonriendo.
—Lamento que no tenga una señora Kovac que lo acompañe—dije, en este punto ya sin saber si es que estaba jugando con fuego o directamente estaba coqueteando.
—Creo que de momento no podría tener mejor compañía—respondió el señor.
No sé si fue un impulso o ver a todas las parejitas besándose,O tal vez las palabras de Fabricio cargadas de ese tono varonil, que me acerqué a él y suavemente le di un beso,uno suave,tierno, hasta romántico podría decir.Por el momento que nos separamos, me di cuenta de lo que había hecho.
—Perdón, no debí haber hecho eso—dije mientras me alejaba rumbo al baño, que creí que sería el mejor lugar para esconderme.
Me miré al espejo y estaba roja como tomate,arreglé un poco mi maquillaje que se corrió a lo largo de esta hora y, mientras intentaba calmarme, se abrió la puerta. Era él,era Fabricio.
—¿Qué haces aquí en el baño de mujeres?Alguien puede entrar—dije sorprendida.
—Todo el mundo se está abrazando y felicitando,y será así por los siguientes 15 minutos como mínimo—dijo él en un tono sumamente tranquilo.
Me acerqué a él con el fin de disculparme por mi impulso Y de paso explicarle que había sido un error que cometí,pero apenas pronuncié la primera sílaba, él se pegó a mí continuando aquel beso. Estuvimos unos cuantos minutos besándonos hasta que él se distanció.
—Ya es cuestión de tiempo en que alguien ingrese—dijo mientras tomaba mi mano y me jalaba fuera del baño.
Él emprendió una caminata en la cual no sabía si lo estaba acompañando o si es que él me estaba jalando sin darme cuenta por mi estado inundada de culpa y éxtasis por hacer algo prohibido.
Como si él conociera de memoria Aquel lugar me llevó a un jardín oscuro lleno de esas plantas llenas de hojas con las que hacen los laberintos,o al menos los que se ven en las películas.
—Por aquí nadie nos molestará—dijo él con un tono grueso y seco.
Yo solo la miraba expectante;estaba en constante límite de salir corriendo y evitar ser infiel o caer rendida y hacer absolutamente todo lo que el señor quisiese. Por "suerte",Fabricio decidía por mí al poner sus manos en mi cintura, apretando suavemente mientras sus labios se parqueaban en mi cuello, dejando besos suaves y acelerando mi respiración.
—Dios mío, por favor, para— le decía, casi rogando.
—Porque pararía—preguntaba él en el intervalo entre beso y beso.
—Porque si sigues así terminaré cometiendo un error del que sé que me arrepentiré—dije desnudando mis pensamientos.
—Me Intriga conocer cuál será ese error—y fue lo último que dijo antes de volver a besar mis labios y descender sus manos a mi culo.
Mis intentos por mantener mis pensamientos en orden fueron disipando,y me dejé llevar continuando el beso. Abri levemente los labios, dando paso a su lengua que con total maestría recorrió cada parte de mi boca. No sé en qué momento fue que ya sus manos estaban por debajo del vestido manoseando directamente mi carne. Era demasiado para mí y, en un impulso, igual me sumé a esos toques impúdicos, bajando mi mano a la altura de su entrepierna y apretando por sobre el pantalón. Como pude, encontré el cierre del pantalón y lo bajé introduciendo mi mano;batallé un poco con su ropa interior, pero finalmente había sujetado su miembro. Era incómodo,pero aún así estaba masturbándolo debajo de su ropa,mientras él, tomando eso como una señal de acceso, llevó sus manos a mi parte delantera y, haciendo a un lado el tanga, empezó a acariciar con sus dedos mi coño.
—Chúpamela—dijo él en mi oído.
—¿Me lo estás pidiendo?—pregunté suavemente.
—Te lo estoy ordenando—respondió él.
Aquello activo algo dentro de mí; casi instintivamente me arrodillé y desabroche su cinturón para facilitarme sacar ese pedazo de su carne por la abertura del pantalón. Quería hacerlo sentir bien,pero sabía que mientras menos tiempo estuviera ahí, era menos el riesgo de que nos descubrieran.Simplemente abrí la boca e introduje la mayor porción que podía en ella.
—O sí,me encanta esa boquita—dijo Fabricio.
Yo tenía la boca llena, por lo que no pude responder;simplemente empecé a meter y engullir lo más que pude su miembro. El sujeto mi cabeza de los costados y empujando levemente, metía mayor proporción en mi boca. Sentía cómo su miembro ingresaba rozando las paredes de mi garganta, sin dar tregua a que pudiera respirar, logrando incluso que mi saliva empezará a gotear por la comisura de mis labios. Fue cuando sonó mi celular. —Carajo, debe ser Alberto—pensé. Cuando vi el número, efectivamente era él;me está llamando.
—Contéstale—dijo Fabricio.
Saqué el miembro de mi boca y llevé el teléfono a mi oído mientras con mi mano izquierda todavía masajeaba el falo.
—Hola— hablé al teléfono.
—Amor, perdón por el retraso—respondió Alberto.
—Ya estás en la fiesta? —pregunté, temerosa de su respuesta.
—Aún no,pero ya estoy saliendo de la oficina para ir.Tú sigues ahí, ¿verdad?-—preguntó él.
Yo no supe qué responder,hasta que Fabricio, que seguramente adivinó qué pasaba o tenía un súper oído, me pidió que diga:—Dile que sigues,quiero conocerlo.
—Sigo en la fiesta. Me encontré con un amigo de mi padre y me quedé conversando con él—dije, inventando.
—Qué bueno,llego en 10 minutos—dijo Alberto antes de colgar.
Una vez guardé el celular en mi bolso,miré a Alberto y lo único que alcancé a decir fue:"Nos quedan 10 minutos".
Él rápidamente me puso de pie levantándome de los brazos,para luego guiarme hacia una banqueta que estaba cerca.
—Quiero que me montes—dijo él mientras tomaba asiento.
Yo entendí a la perfección.Me subí sobre él y, haciendo espacio y batallando un poco al ser que todavía traíamos la ropa puesta y únicamente quedaba expuesta nuestra intimidad,logré posicionar su miembro en mi entrada. Pero antes de que empiece el descenso suave y controlado,él me jaló penetrándome rápidamente.
—•Ohhhh—fue lo único que alcancé a decir antes de que la empiece a mover sus caderas, generando esa afección interna en mí.
Sus manos sujetaron mi cintura, controlando mis movimientos,mientras él se meneaba, logrando así que su verga dentro mío roce constantemente mis paredes. Apenas me acostumbré a aquella sensación, mi cuerpo empezó a exigir más, por lo que empecé a dar pequeños saltitos rebotando sobre él.
—Me encantas, pequeña—dijo él con su voz varonil y seca.
—Solo cógeme,no tenemos tiempo—dije entre gemidos.
Así estuvimos varios minutos hasta que él llegó al punto de no retorno, sujeto con fuerzas mis nalgas para posteriormente empezar a inundar mi interior con su líquido, cálido y espeso.
Nos miramos a los ojos y solo alcancé a darle un beso sabiendo que probablemente era el último. Me puse de pie y busqué en mi bolso un paño húmedo para limpiar ahí abajo;fue cuando él se paró atrás mío y acomodo de forma correcta mi ropa interior.
—Quiero que lo tengas chorreando toda la noche—dijo en mi oído con esa voz que me ponía los pelos de punta.
No puse objeción e hice caso;nos arreglamos como pudimos antes de ingresar a los baños. Yo a retocar mi vestimenta y un poco el maquillaje,y ahí fue cuando sono mi celular.
—Amor,ya llegué. ¿Dónde estás?—era Alberto.
Nos encontramos en la entrada.
—Estás de buen humor;pensé que me recibirías enojada por mi retraso—dijo él.
—La verdad la pasé bien.Fue divertido conversar con el amigo de mi padre—respondí.
—Ojalá lo encontremos;me gustaría que me lo presentes—dijo él.
Curiosamente, el resto de la noche no me volví a topar con Fabricio. Por suerte, podríamos decir,ya que así no se lo presentaba a Alberto, pero a la parmala suerte, ya que me hacía ilusión volverlo a ver,y me di cuenta de que no habíamos cambiado teléfonos.