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Diarios De Un Viajero Renacido.

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Synopsis

Chapter 1 - Capítulo 1: El paso entre mi nueva y mi vieja vida

Después de mi muerte

Como ya les mencioné anteriormente, comencé a escribir este primer diario al iniciar mi viaje. Sin embargo, ¿qué sucedió antes de eso? Te debes estar preguntando. Como diría un viejo amigo mío —así me gusta decir cuando cito a alguien cuyo nombre no recuerdo—: "Debemos siempre comenzar por el principio". Debido a esa frase, que me gusta mucho, comenzaré este primer diario no como un diario en sí, sino más bien como una narración de lo que ocurrió entre el momento en que morí y el comienzo de mi viaje.

Ya saben que el causante de mi muerte fue un accidente que tuve con "camión-san", pero ¿qué pasó después de eso? Honestamente, tengo vagos recuerdos de ello.

¿Han escuchado alguna vez que, cuando mueres, todo se vuelve oscuro y a lo lejos se ve una luz a la que se supone debes alcanzar para llegar al paraíso, tocar el más allá, continuar con el ciclo de reencarnación o cualquier cosa en la que crean? Pues mi experiencia fue algo parecida, con la excepción de que no había ninguna luz que guiara mi camino.

Todo estaba oscuro, realmente oscuro. No solo no podía ver, tampoco podía escuchar, sentir u oler nada. Ni siquiera podía sentir mi propio cuerpo. ¿Ya saben cómo es que, si uno cierra los ojos, aún es capaz de saber dónde se encuentran sus manos, piernas y demás? Pues nada de eso podía percibir. Me encontraba flotando, o eso imagino, en una total oscuridad, una oscuridad en todos los sentidos.

¿Pasé días, meses, años, décadas, siglos o milenios flotando entre la oscuridad?

Honestamente, no sabría decirlo. Al principio, recuerdo que tuve la idea de comenzar a contar los segundos —sí, es una referencia para los que llegaron a ver el anime y lo reconocen—, pero me rendí al poco tiempo. Hablando con franqueza, pasar tus días sin percibir más que tus propios pensamientos es agotador. Fue poco tiempo después cuando comencé a sentirlo: sentía que me estaba perdiendo a mí mismo poco a poco.

Nunca he tenido buena memoria, eso es algo que puedo afirmar con certeza. Aun sabiendo eso, comencé a notar que no podía recordar cosas importantes de mi vida, cosas que no debería haber olvidado. Es algo complicado de explicar, ya que, como tal, uno no debería ser capaz de recordar algo que olvidó. Sin embargo, existía un sentimiento de vacío en mis recuerdos. Por ejemplo, tenía la sensación de que había tenido otros compañeros de trabajo aparte de aquellos con los que mejor me llevaba, de que había tenido alumnos aparte de los que mejor y peor me caían, y de que comía cosas aparte de solo mis comidas favoritas. Era como si las cosas a las que no prestaba mucha atención comenzaran a desvanecerse poco a poco, y las seguirían tarde o temprano aquellas que realmente eran importantes.

Al darme cuenta de ello, entré en pánico. Digo, ¿quién no lo haría?

No quiero meterme en temas filosóficos que no son mi especialidad, pero, si alguien me hiciera la famosa pregunta de "¿qué es lo que nos hace ser nosotros mismos?", yo contestaría que, en su mayor parte, son los recuerdos y las filosofías de vida. Nuestras propias experiencias y lo que aprendimos de ellas son lo que nos define como personas, al menos para mí. Fue por ello que tenía un sentimiento de estar desapareciendo al darme cuenta de que perdía mis recuerdos.

Me aferré lo mejor que pude a lo que me quedaba. Comencé a repasar todos y cada uno de los recuerdos que aún conservaba. Me repetía constantemente cómo era, qué era lo que hacía, quiénes eran las personas importantes para mí. Rememoraba todo lo que podía y lo repasaba una y otra vez. Incluso ahora, siento que tengo vacíos que no puedo llenar en los recuerdos de mi vida pasada, y es imposible asegurar completamente que los que aún conservo sean reales y no una invención de mi desesperación en esos momentos.

Pero bueno, problemas existenciales aparte.

El punto es que pude retener la mayor parte de mis recuerdos después de mucho tiempo flotando en el vacío. Me encontraba repitiéndome a mí mismo quién era, cuando lo escuché.

Fue una voz dulce, suave y maternal. Era la voz de una diosa, o al menos así me lo pareció a mí. Escuchar esa voz trajo algo de cordura a mi conciencia medio rota, y estas fueron las palabras que pronunció:

"Pobre, fea y triste existencia. ¿Cuánto tiempo has pasado ya en el vacío, aferrándote a esos recuerdos de tu vida pasada?

Tu ser se encuentra tan erosionado, que aquellos recuerdos a los que te apegas tanto son lo único que te queda. Ningún dios de ningún mundo te aceptará a menos que renuncies a ellos. Tu único destino ahora es terminar devorado por el vacío.

O ese sería el caso, si yo no te hubiera encontrado. Ve, mi pequeño nuevo juguete, y diviérteme como tantos otros antes que tú han hecho."

Ok, ok, sé lo que debes estar pensando, lector mío. Ahora que plasmo en el papel aquellas palabras que escuché, no suenan tan dulces y maternales como me parecieron en su momento. Pero, ¿podrías realmente culparme por percibirlas de esa forma? Era el primer sonido que escuchaba en lo que, a mi parecer, fue una eternidad. En ese momento, hasta el sonido del tráfico que se formaba por la mañana cuando iba al trabajo hubiera parecido el canto de los ángeles.

En fin. Dejando eso a un lado y continuando el relato, después de escuchar aquella voz, sentí cómo era arrastrado por una fuerte corriente. La sensación podría compararse con estar en un mar en calma y, de repente, un poderoso torbellino se forma, agitando las aguas y arrastrándote ferozmente hacia el centro.

Pasaron solo unos segundos cuando vi una luz que se acercaba a toda prisa. Después de unos momentos en los que me encontraba desorientado, pude escuchar ruidos, ver de nuevo, sentir lo que me rodeaba y sentir mi propio cuerpo.

Estaba vivo nuevamente.

Comencé escuchando un zumbido que poco a poco se transformó en voces. Parecían preocupadas y ajetreadas, pero no podía entender lo que decían en ese momento, por lo que para mí solo eran palabras en un idioma extraño.

Mi vista también se fue aclarando poco a poco. Abrí los ojos y una luz intensa me cegó. Intenté quejarme, pero las palabras no salieron de mi boca y, en su lugar, se escuchó un llanto como de niño.

Como creo que ya se estarán imaginando, queridos coaventureros, y como también suele ser común en este tipo de historias, había vuelto a nacer como un bebé en otro mundo.

En ese momento, tenía poca percepción de lo sucedido, por lo que es poco lo que podría contarles de mi nacimiento. Sin embargo, tiempo después me enteré de que el parto había sido peligroso. A mi madre —bueno, mi nueva madre— le había dado una fiebre muy fuerte y quedó débil después de que naciera. En mi caso, nací sin respirar, y a eso se debía la confusión de los presentes. Muy probablemente, la diosa eligió el cuerpo de un recién nacido sin vida para enviarme a vivir su vida, o, mejor dicho, por mi propia salud mental, quiero pensar que ese es el caso.

Sea como fuera, ahora tenía una nueva vida y una nueva familia.

Mis primeros años

Después de haber nacido, como supongo que es normal con todos los bebés, pasé la mayor parte del tiempo dormido. Cuando no dormía, me encontraba comiendo de una especie de biberón para terminar durmiéndome nuevamente. Quien me alimentaba y cuidaba era mi nodriza, aunque, cuando la conocí, no pensé que lo fuera.

¿Por qué no supe reconocer a mi nodriza, dices? Muy sencillo: ella me pareció una niña pequeña de trece años.

Era delgada, con una proporción corporal que podría medir fácilmente cuatro cabezas como máximo. Para los que no están familiarizados con las proporciones del cuerpo según los estándares de dibujo, el cuerpo normal de una persona se mide generalmente con el largo de su cabeza. El cuerpo de una persona promedio, medido de los pies a la cabeza, debe ser igual a siete veces la longitud de su cabeza. Para los niños, se suelen usar proporciones que van entre tres y cinco cabezas. Por eso no es de extrañar que pensara que mi nana era mi hermana mayor o algo por el estilo.

Si preguntas cómo no noté que mis padres tenían más o menos las mismas proporciones que mi nana, es porque ellos nunca me visitaban. Los únicos que venían a verme a mi cuna eran mi nana y dos de mis hermanos.

¡Ah, es cierto! No lo había mencionado antes, pero tengo cinco hermanos mayores en este mundo. En orden de mayor a menor, serían dos hermanos hombres y tres hermanas mujeres, dejándome a mí como el último varón en nacer en la familia. Mi madre sufrió un problema de salud después de tenerme y no pudo tener más hijos. Probablemente por eso mi padre y mi madre no me visitaban.

¡En fin! Comienzo a divagar en cosas que juré que ya había olvidado.

A lo que quiero llegar, y como imagino que ya te habrás dado cuenta, es que no nací como un humano en este nuevo mundo, sino como una de las razas que pertenecen a él.

Nuestro nombre oficial, con el que nos referimos a nosotros mismos, es Gpwn. Lamentablemente, no somos un pueblo con mucho poder político en el mundo, y la mayoría de los pertenecientes a otras razas nos conocen despectivamente como la raza de los Pyhqole Yleute, que se podría traducir algo así como "los pequeños forasteros".

Somos una raza parecida a niños humanos. Nuestra altura promedio ronda entre los sesenta centímetros, y solo unos pocos llegan a crecer hasta alcanzar el metro de altura. Nuestras piernas y brazos son cortos, mientras que nuestras cabezas son grandes en proporción con nuestros cuerpos, lo que nos da una apariencia infantil incluso cuando alcanzamos la mayoría de edad. Tampoco desarrollamos características que representen la madurez, como la barba en el caso de los hombres o el cambio de figura en el caso de las mujeres. Esto acentúa la imagen de niños humanos que tenemos hasta edades muy avanzadas.

Creo que la única forma de diferenciar entre los niños humanos y los adultos pertenecientes a nuestra raza es el hecho de que los Gpwn tenemos las orejas un poco puntiagudas y solo contamos con cuatro dedos en las manos y los pies.

Como el nombre que se le da a nuestra raza sugiere, el de Pyhqole, la nuestra es una de las más pequeñas que existen en el mundo. No solo hablo como individuos, sino también como pueblo, ya que no tenemos una nación propia. La mayoría de las personas que son como nosotros viven como sirvientes en los reinos de otras razas o vagan por el mundo como comerciantes ambulantes. Existen muy pocos casos en los que un Gpwn logra acumular suficiente fortuna con sus negocios y se establece como un ciudadano reconocido por alguna nación. Se podría decir que, afortunadamente, este era el caso de mis padres.

Era algo obvio, ya que, desde que nací, no solo conté con mi propia habitación, sino que esta estaba finamente decorada. Mi cuna estaba tallada con patrones decorativos que recordaban a hojas. Las sábanas eran suaves como la seda, y las almohadas y el colchón tenían un relleno muy cómodo.

Mi hermana, la que siempre me visitaba y es la mayor de las mujeres, llegaba a mi habitación con dulces finamente preparados que intentaba hacerme comer, hasta que mi nana la regañaba por darme cosas extrañas y poco saludables. Por otra parte, el mayor de mis hermanos también me visitaba, llevando consigo juguetes hechos de madera y metal muy elaborados.

Por todos estos motivos, era difícil no darse cuenta de que la familia contaba con una gran solvencia económica. Sin embargo, fueron pocas mis interacciones con el mundo fuera de mi habitación, sin contar a mis hermanos, en los primeros años que estuve en este mundo.

Eso sí, nunca podré olvidar la primera vez que vi el mundo exterior.

Fue una tarde en la que Iri, mi hermana, fue a despertarme de mi siesta. Yo me encontraba aún somnoliento, pero ella me acercó a la ventana mientras me sostenía en sus brazos y señaló afuera.

Tras correr las cortinas, un resplandor color rojizo se filtró por las ventanas. Al principio, pensé que se trataba del atardecer, pero pronto me di cuenta de que no era así. Cuando nos acercamos a la ventana, observamos un torrente de lava que ascendía desde las entrañas de la tierra hacia el cielo nocturno, como un río de fuego desafiando la gravedad. Frente a nuestra casa, un cataclismo natural, capaz de arrasarlo todo a su paso, se desplegaba en su apocalíptico ser. Y, sin embargo, nadie parecía realmente preocupado.

La lava comenzó a fluir más lentamente, y fue entonces cuando comprendí la realidad de nuestra situación. La mansión de mis padres se encontraba dentro de un colosal cráter volcánico, asentada sobre una prominente saliente rocosa. No éramos los únicos; alrededor de las paredes del cráter, muchas otras construcciones y edificios se habían levantado sobre salientes similares. Algunas de estas plataformas eran formaciones naturales, pero otras, como la nuestra, mostraban claramente las huellas de haber sido talladas con precisión, como si maestros artesanos e ingenieros las hubieran esculpido directamente en la roca.

¡Estábamos viviendo en el corazón de un volcán!

De repente, sin previo aviso, el volcán volvió a escupir lava incandescente hacia el cielo, iluminando el paisaje con tonos rojos y naranjas que hacían bailar a las sombras reflejadas por las luces. Era extraño que la lava no afectara las construcciones y, aun estando tan cerca, no sentíamos el abrasador calor. La razón de este misterio no tardó en revelarse. Una salpicadura de lava se desprendió del torrente y se dirigió directamente hacia la mansión. Pensé que ese sería nuestro fin, que la casa sería consumida por el mar de fuego. Pero, para mi asombro, una cúpula resplandeciente se hizo visible alrededor de la saliente y detuvo el avance de la lava. Más que detenerla, parecía absorberla o evaporarla en el aire.

No solo nuestra casa estaba protegida por este misterioso campo cristalino. Las otras edificaciones, los puentes que las conectaban, e incluso las paredes del cráter, cruciales para mantener la estructura, estaban resguardadas por campos de fuerza relucientes. Era como si cada uno de estos domos estuviera tejido con la luz de las estrellas y la esencia de la magia misma. Solo en mis más alocados sueños podría haber imaginado una escena tan maravillosa y surrealista.

Este fue mi primer encuentro con el mundo exterior y con la magia que lo regía. En ese instante, comprendí que este mundo era mucho más vasto y lleno de maravillas de lo que jamás había imaginado.

Acerca de mi familia y otras cosas importantes

Antes de continuar, me gustaría platicarles un poco acerca de mi familia para que, cuando hable de ellos, sepan de quién estoy hablando. Para aquellos que no estén tan interesados y deseen saltarse esta parte, les haré un resumen.

Como ya les había comentado, nací en este mundo como el sexto hijo de una familia adinerada de Gpwn. Mi padre se llama Kmuriapwk Alzyryap, y mi madre, Renipima de Alzyryap. Mi hermano mayor se llama Fiwlyr, seguido por mi otro hermano, Zypik. Luego están mis hermanas, Iripca, Azyripa y Zipika, en ese orden de edad. Finalmente, estoy yo, al que llamaron Zlagwnil.

Ahora bien, para los que les interese un poco más, no solo les platicaré sobre mi situación familiar, sino también sobre este mundo como un extra. Empecemos con mi padre.

Mi padre es un Gpwn de estatura y complexión promedio para nuestra raza. Tiene el cabello cenizo de forma natural desde el nacimiento, ojos color verde claro y siempre va vestido con ropas caras y extravagantemente adornadas. Según él, "la ropa debe mostrar siempre tu estatus para que no te menosprecien aquellos que se encuentran por debajo de ti". Yo no comparto sus ideas realmente, pero no soy quién para juzgar.

Él hizo su fortuna al diseñar un sistema de tecno-magia que convierte el intenso calor del reino volcánico de los Jitammuua Hueky en Nefakapes.

Sí, lo sé, lo sé. Debes estar preguntándote qué es una Nefakape y quiénes son los Jitammuua Hueky, ¿cierto?

Los Jitammuua Hueky son una especie de enanos de fantasía con barbas pronunciadas, cuerpos fornidos y demás clichés clásicos. Para no confundirlos con tantos nombres extraños, les llamaré enanos frecuentemente en la lectura. Claro que, si uno descubriera que les digo de esa forma, su ira iracunda estallaría y no terminaría con una simple disculpa… o un solo hueso roto por mi parte.

Por otra parte, en este mundo existen piedras mágicas que funcionan como energía o materia prima para hacer funcionar todo lo que existe, y se les conoce como Nefakapes. Y cuando digo todo, me refiero a todo. Sé que no se los había comentado antes, porque no lo supe hasta tiempo después, pero todos los seres racionales en este mundo tienen incrustado un cristal en el pecho, llamado Shakxylswhjek o simplemente Shakxyl para abreviar. Dicho cristal funciona como un órgano vital para el almacenamiento y control de las piedras mágicas. Yo no lo había notado antes porque los niños lo tienen poco desarrollado, y no es hasta que alcanzan la madurez que este órgano se expone a la vista.

Entonces, regresando al tema de cómo mi padre ganó su fortuna, las Nefakapes son de cuatro tipos principalmente:

Aquellas que almacenan energía mágica de algún tipo.

Las que utilizan esa energía para realizar proezas increíbles, permitiendo a los seres vivos utilizar habilidades estilo videojuego.

Las que pueden generar materiales para la creación de objetos.

Las que almacenan los objetos creados con dichos materiales.

Mi padre tuvo la buena fortuna de encontrar una forma para crear los escudos cristalinos que protegen la ciudad de la lava y, a su vez, absorber el poder calorífico para generar piedras de maná de fuego.

Claro que un invento como ese no garantizaría ganarse la ciudadanía o volverse millonario. Resulta que, antes de que mi padre llegara a este reino fundado por enanos, se encontraban en una feroz guerra contra ogros de lava, criaturas humanoides gigantescas de cuatro brazos que son altamente resistentes al calor. Como ellos no tenían que preocuparse por las condiciones climáticas, era difícil para los enanos combatirlos, y la guerra se estancó por muchos años. Fue debido a esto que, cuando alguien perteneciente a una raza tan "insignificante" como los Gpwn les ofreció crear un escudo contra los poderes de fuego de los ogros y convertir parte del interior de un volcán activo en tierras habitables, no dudaron en ofrecerle un trato favorable para ambas partes.

Los enanos hicieron que los ogros retrocedieran hacia el Pwhxyl, lo que imagino que es como una especie de vórtice dimensional que conecta diversos lugares en este mundo. Los ogros regresaron al reino del que vinieron, y el volcán y sus alrededores quedaron por fin en manos de los enanos.

Sé que puede parecer poco obtener lo que a simple vista es un páramo inerte y casi inhabitable debido a las constantes erupciones de un volcán. Sin embargo, en este mundo, los lugares como este, donde los elementos naturales abundan en gran medida, son una valiosa y constante fuente de piedras mágicas de todo tipo que pueden comercializarse con otros reinos por diversos recursos. Esto hace que las máquinas de mi padre, que permiten a los enanos vivir en las cercanías de las vetas de piedras mágicas y recolectarlas con relativa facilidad, sean altamente valiosas.

Espero que esta explicación les haga darse una idea de la magnitud de la influencia y riqueza con la que la familia, o mejor dicho mi padre, cuenta en el reino. Se podría decir que me gané la lotería en ese sentido, lamentablemente no es así. Como ya mencioné, soy el menor de seis hermanos. Ya se decidió que mi hermano mayor sea quien herede la receta para crear los escudos cuando mi padre se retire, y mi otro hermano varón será quien se convierta en su asistente para ayudarlo a llevar todo el trabajo.

En cuanto a mis hermanas, se casarán con la nobleza de los enanos para mejorar las relaciones con ellos y acentuar aún más el nombre de la familia en el reino. Mi padre esperaba tener otro peón de sacrificio… Digo, digo, una niña a la que poder casar con algún noble al momento de mi nacimiento, por lo que el hecho de haber nacido varón no fue mucho de su agrado. Ahora me ve solo como una carga con la que tiene que lidiar y también será heredada a mis hermanos mayores.

Probablemente se pregunten, queridos coaventureros: "Bueno, no eres mujer, pero de igual forma podrían casarte con una enana noble, aunque sea una vieja viuda que tiene más un pie en la tumba que en la tierra de los vivos". Podría hacerlo, créanme, lamentablemente para él, esta raza específica de enanos no cuenta con el género femenino.

Lo sé, lo sé perfectamente, querido lector. ¡Yo tengo la misma duda que ustedes! Entonces, si no existen mujeres enanas, ¿cómo es que nacen los bebés enanos?

Lamentablemente para todos nosotros, las personas que me rodean, y que podrían sacarme de mi duda, creen que aún soy muy joven como para saber eso. Triste, triste. Así que les prometo que, en cuanto tenga el dato, se los compartiré inmediatamente.

¡Ah! Dejemos las decepciones a un lado. El punto aquí es que mi padre simplemente me ignora y, cuando llegamos a vernos en raras ocasiones, me considera solo una molestia.

Ahora, tal vez piensen: "Bueno, tu padre te ignora, pero seguro tu madre te ha de querer mucho, ¿verdad?". Para los que no lo recuerden, porque ya se los había comentado, mi madre simplemente me odia. Ella me culpa por no poder dar a luz a más hijos, así que ninguno de mis padres me quiere.

No es que me queje realmente, es lo mejor para mí ya que tengo mayores libertades que mis hermanos. Solo deseaba desahogarme un poco. Ahora, aprovecharé esta oportunidad para platicarles de mi madre.

Mi madre nació como la hija mayor de una próspera compañía de comerciantes ambulantes que se dedican a transportar mercancías entre los reinos. Mi padre trabajó para el abuelo de ella como repartidor y se conocieron en una de las fiestas que la compañía daba para sus empleados. Fue amor a primera vista, al menos para mi madre. Ella realmente lo ama mucho, sin embargo, mi padre solo la vio como una oportunidad para crecer socialmente y, después, cuando tuvo la suerte de encontrar la receta que le dio la fortuna que tiene ahora, solo la miraba como una fábrica de peones que podía utilizar para crecer aún más.

Mi madre es realmente tierna, cariñosa y muy hogareña. Ella soñaba con tener una enorme familia con mi padre y pasar sus días juntos, ya fuera en la pobreza o la riqueza. De hecho, con mis hermanos siempre fue una madre amorosa y muy servicial. Fueron las ambiciones de él las que hicieron que me despreciara realmente. Solo imaginen: la persona a la que amas con tanta pasión de pronto no te ve más que con desprecio después de que no puede usarte para nada. Por estos motivos, realmente no la culpo por entrar en depresión después de quedar estéril por tenerme y culparme de su situación.

Lo cual es una verdadera lástima porque mi madre no es fea, si tengo que decirlo yo mismo. Sigo teniendo un conflicto muy grande por el hecho de que todos los Gpwn parecemos niños pequeños incluso después de haber alcanzado la mayoría de edad. Sin embargo, mi madre es de tez muy blanca, alta para nuestra raza, delgada, tiene un hermoso cabello rizado de color celeste y ojos color violeta. Cuando la miras, realmente te hace pensar que, si se desarrollara de forma normal como una humana, llegaría a ser una modelo en la Tierra. No solo eso, es muy hábil tanto en deportes como en las artes. Toca al menos siete instrumentos diferentes, sabe montar a caballo, usar el arco, es buena para realizar cálculos con precisión en un santiamén, conoce de historia y política… realmente, ¿qué es lo que a mi padre no le gusta de ella?

Pero bueno, antes de que me tachen de pedófilo o de incestuoso, el punto al que quiero llegar es que tiene muchos puntos a su favor. De ser así, ¿cómo es que terminó casada con alguien que la trata tan mal? O ¿por qué es que no lo deja y se busca una mejor pareja? En parte también creo que es por mí y mis hermanos.

Pasemos ahora a ellos.

El mayor de todos es Fiwlyr Alzyryap, al que yo llamo simplemente Fily. Cuando comencé a aprender a hablar, no era capaz de decir ninguno de los nombres tan raros de este mundo, por lo que lo llamaba de esa forma. A mi hermano le pareció algo lindo y, de hecho, cuando aprendí a pronunciar mejor las palabras, quise llamarlo por su nombre real, lo que causó que se enojara conmigo y me obligó a prometerle que lo seguiría llamando Fily.

Fily, como el hermano mayor, es muy sobreprotector con todos nosotros, no solo conmigo. Siempre se asegura de que todos tengamos cubiertas nuestras necesidades y que no nos metamos en problemas. Me lleva dieciocho años, por lo que ya había cumplido la mayoría de edad cuando yo nací. Siempre va vestido con trajes sencillos, mayormente de color azul, lo que combina perfectamente con sus ojos celestes. Su cabello rubio lo lleva arreglado en una cola trenzada hacia atrás. No es muy alto, debe medir unos ochenta centímetros, sin embargo, es muy fornido y parece que se ejercita mucho. Como es el heredero de mi padre, dice que debe mantenerse en forma para poder crear los escudos que protegen la ciudad.

Seguido de él, con cuatro años de diferencia, se encuentra mi hermano Zypik, nombrado así en honor a mi bisabuelo materno. Él usa su cabello de un morado ceniciento en un estilo suelto de corte tipo "honguito", ojos celestes al igual que Fily y su tez es tan blanca como la de mi madre. Suele usar trajes vistosos como los que utiliza mi padre, pero con colores apagados como el gris o el café. Lleva lentes, lo que lo hace parecer realmente como un intelectual.

Él no es tan amistoso con nadie de la familia, prefiere estar siempre por su cuenta y, debido a eso, he convivido poco con él. Lo que puedo decir es que es muy inteligente, tiene la capacidad de realizar cálculos complejos en cuestión de segundos. Aunque, claro, por cálculos complejos me refiero a sumas, restas, multiplicaciones o divisiones de varios dígitos. Sé que no parece mucho, sin embargo, los reto a que realicen la multiplicación de 6587 x 548 en cuestión de segundos sin utilizar una calculadora y todo mentalmente. Estas habilidades lo catalogan como la mejor opción para llevar las finanzas de la familia y, por ello, es que se convertirá en el asistente de Fily.

Posterior a Zypik se encuentra mi hermana Iripca, a quien suelo llamar Iri de cariño. De mis hermanas, es con quien me llevo mejor. Siempre fue muy amable conmigo, me visitaba todos los días, me cuidaba, entre otras cosas. Extrañé mucho sus visitas después de que se casó. Sí, leyeron bien, mis queridos compañeros, ella ya está casada, aun cuando mis hermanos tienen prohibido tomar esposas para ellos.

Ya les había comentado que, para mi padre, mis hermanas solo son peones con los que puede mejorar sus relaciones con las figuras importantes del país, casándolas con la nobleza de los Jitammuua. Mi hermana tiene solo nueve años más que yo, pero, para nuestra raza, la mayoría de edad se alcanza cuando se cumplen los catorce. En cuanto ella cumplió esta edad, fue entregada a uno de los bisnietos del rey de los Jitammuua, o enanos para el que no recuerde, para ser tomada como esposa. Debido a esto es que mi hermana ha dejado de vivir con nosotros desde hace un tiempo y ya no convivo mucho con ella, aunque realmente nos visita más de lo que debería para alguien que se encuentra creando una familia. Su esposo es muy bueno con ella, según lo que nos cuenta, pero dejemos mejor esa historia para más adelante.

En fin, mi hermana es muy parecida a mi madre en su forma de ser. Al igual que ella, es una mujer hogareña, le gusta mucho hacer los quehaceres del hogar y cocina maravillosamente. Sus pasatiempos favoritos son la pintura, montar a caballo y la crianza de animales de compañía como los Tahiravupxac, que son una clase de pájaros de plumajes de colores llamativos, pero con una trompa en lugar de pico. También están sus favoritos, los Kunudehhy, lagartos del tamaño de un poni con patas rectas que son capaces de cambiar el color de su piel a voluntad.

Si hablamos de su forma física, es de tez muy blanca, al igual que mi madre, tiene un precioso cabello lacio de color azul rey que siempre se arregla en complejos peinados. Sus ojos son de un violeta brillante y reflejan lo inteligente que es. Suele llevar vestidos largos sencillos, sus colores favoritos son el celeste, el rosa y el morado en tonos pastel.

Azyripa fue la siguiente en nacer. Se trata de la segunda hija de mis padres y es seis años mayor que yo. Mi relación con ella es distante, no suele prestarme mucha atención y se dedica a sus predicciones, ya que nació con un extraño poder para leer el futuro consultando las estrellas. Tiene el cabello color naranja, largo hasta la cintura y lo lleva siempre suelto. Sus ojos son azul claro y tiene mala vista, por lo que lleva siempre gafas.

Al igual que Iri, ella está casada actualmente. En su caso, debido al extraño poder con el que nació, fue entregada a una de las figuras importantes de la iglesia principal de los enanos, algo así como un arzobispo mayor, los que se encuentran solo por debajo de los dioses y los patriarcas.

Aprovecharé la oportunidad para hablarles sobre las religiones en este mundo. Resulta que, en comparación con la Tierra, en este mundo los dioses viven entre los mortales y son los máximos gobernantes de las naciones. Existen tres panteones principalmente: los dioses luminosos, los dioses neutros y los dioses oscuros.

Los dioses luminosos representan a las siete virtudes y son considerados como el bien absoluto dentro de este mundo, al menos por parte de los Jitammuua Hueky, ya que este reino es vasallo, por llamarlo de alguna manera, del reino celestial de estos dioses. Sus nombres son:

El Dios de la templanza, Nehepne Fetbha. El Dios de la caridad, Olput Juht. La Diosa de la diligencia, Holot Zollor. El Dios de la generosidad, Elcorp Skhyoapdor. La Diosa de la castidad, Erponase. La Diosa de la humildad, Epotoe. El Dios de la paciencia, Sasagu.

Luego de ellos se encuentran los dioses neutrales. Se les llama así debido a que no representan al mal o al bien, simplemente son dioses de fenómenos naturales que mantienen el orden dentro del mundo. La mayoría de los Gpwn son adoradores del Dios de la buena fortuna, Nabes, o Jesut Ol Erfuteipe, el dios de los caminos y el viaje seguro. Fuera de ellos, existen muchos otros dioses neutrales que controlan cosas como la magia del mundo, los elementos naturales, las montañas, la guerra, entre muchas otras cosas. Lamentablemente, y por obligación de mi padre, nuestra familia pertenece a la iglesia de los dioses luminosos y nunca me enseñaron nada sobre los demás dioses. Si conozco sobre Nabes y Jesut es debido a mi bisabuelo, que les rinde tributo a ellos.

Entonces, como imaginarás, querido lector, no conozco el nombre de ninguno de los dioses oscuros. Solo sé que son los enemigos jurados de los dioses luminosos y sus antítesis, algo así como los siete pecados capitales, imagino. Los reinos de los dioses oscuros se encuentran en constante guerra contra los de los dioses luminosos y continuamente se enfrentan en guerras sangrientas por el control de las tierras. A grandes rasgos, es lo que puedo contarles de los dioses que habitan, literalmente, en este mundo.

Volviendo a mi familia, la última de las mujeres en nacer fue mi hermana Zypika, nombrada también así en honor a mi bisabuelo y que es solo dos años mayor que yo.

Mi relación con ella es poco menos que nefasta. Resulta que ella era la consentida del bisabuelo hasta que yo nací y, después de dejar de tener todo su cariño para ella, trató muchas veces de deshacerse de mí. Lamentablemente, mis padres siempre creyeron que fueron los criados que mandaba a realizar el trabajo sucio los que tenían malas intenciones en mi contra, y nunca fue atrapada. Me alegré mucho cuando por fin cumplió la mayoría de edad y dejó la casa para no volver nunca, ni siquiera de visita. Ella fue la única en poder decidir con quién casarse, ya que convenció a mi padre, no sé de qué forma, en casarla con la rama principal de la familia del bisabuelo para poder vivir junto con ellos.

Al parecer, las bodas entre primos lejanos, más cuando ya no pertenecen a la misma casa, no son extrañas en este mundo. Sin embargo, como antiguo residente de uno de los países modernos de la Tierra, no puedo evitar sentir náuseas por las condiciones de su matrimonio y su extraña obsesión con el bisabuelo.

¡Ah! Como sea, no está en mí criticar duramente las costumbres de otros mundos diferentes al del que vengo.

Físicamente hablando, Zypika tiene el cabello color celeste y los ojos rosados. Siempre va peinada con dos coletas que le llegan un poco debajo de los hombros y utiliza vestidos medio cortos, a la altura de las rodillas, con muchos volantes.

Finalmente, me gustaría platicarles sobre el hijo menor de padre y madre, en otras palabras, de mí mismo. No entraré mucho en detalles para no dar más spoilers de los que ya he mencionado, sin embargo, puedo darles mi nombre, que es Zlagwnil Alzyryap, o Lagu para los amigos. Al igual que todos los pertenecientes a la raza de los Gpwn, mi cabello y color de ojos son de fantasía. Sin embargo, me molesta sobremanera que me haya tocado tener que nacer con el cabello de color rosado. Digo, mis ojos no están mal siendo de color verde limón, pero ¿era necesario ser peli-rosado? Bueno, es lo que hay y no existe más que se le pueda hacer. Personalmente, me gusta utilizar ropa ligera y sin adornos que me permita moverme libremente, pero a la vez proteja mi piel de ramas e insectos cuando camino por el bosque.

Habilidades especiales, como ya había mencionado, es algo con lo que no cuento. Si acaso se pudiera llamar a algo como eso, serían los recuerdos de mi vida pasada y que mi mente sigue siendo la misma. Lo cual no me ha dado ventajas realmente y, en muchas ocasiones, me ha metido en problemas debido a las diferencias entre el sentido común entre los mundos.

Para terminar con esta sección, espero que hayan disfrutado al conocer a mi familia y que esta aclaración permita que no se pierdan tanto al momento de mencionar algunos de los nombres originarios de este mundo. De cualquier manera, intentaré realizar aclaraciones cuando los mencione. Ahora sí, continuaremos con los relatos de lo que sucedió después de que renací en otro mundo.