Download Chereads APP
Chereads App StoreGoogle Play
Chereads

Tokimeki •SukuFushi•

SevenRyo
7
chs / week
The average realized release rate over the past 30 days is 7 chs / week.
--
NOT RATINGS
34
Views
Synopsis
"Levantó la vista completamente ruborizado, encontrándose con esos ojos rojos que siempre lo intimidaban y lo atraían al mismo tiempo. No sabía si quería golpear a Sukuna o simplemente acercarle un poco más a él. - ¿Por qué siempre tienes que hacer comentarios así? - preguntó en voz baja, avergonzado. Sukuna sonrió de lado, apoyando la barbilla en su mano mientras le observaba. - Porque es divertido ver cómo reaccionas".

Table of contents

VIEW MORE

Chapter 1 - Capítulo 1

Lunes por la mañana. El pelinegro entró en la escuela, y detuvo su paso al observar a lo lejos a aquel chico que constantemente le robaba los suspiros.

Sacudió su cabeza levemente, al darse cuenta de que se había quedado mirándole más tiempo del que debía. Comenzó a caminar por el pasillo, tratando de ignorar el nerviosismo que siempre sentía al ver a Sukuna. 

Con un suspiro pesado se detuvo junto a su mejor amigo, quien revisaba su teléfono con una sonrisa nerviosa.

El oji-azul alzó una ceja observándole fijamente. El contrario soltó una pequeña risa por lo bajo, como si le hubieran descubierto haciendo alguna travesura y guardó su celular en su bolsillo.

— ¿Otra vez estabas viendo su perfil de Instagram? 

— No, no. Claro que no — negó.

— Yūji... — pronunció, como si fuera una advertencia.

— Está bien, sí — confesó — Es que es tan lindo. ¿Ya viste sus fotos? ¡Es hermoso!

— Mmmh... Yo no creo que sea hermoso — respondió, haciendo que su amigo abriera su boca y sus ojos en grande con asombro, como si le hubiera dicho algo terrible.

— ¡¿Cómo puedes decir eso?! — preguntó indignado.

— No lo sé — se encogió de hombros — No es mi tipo — murmuró, viendo de reojo a Sukuna, a varios metros de distancia.

El pelirosa volteó hacia atrás, más concretamente hacia donde su amigo miraba, para luego regresar su vista hasta el azabache y mirarle frunciendo el ceño.

— ¿Qué pasa? ¿Qué hay? 

— No. Nada, nada... — contestó, como si no sucediera nada. 

— Por cierto. ¿Cuándo vas a volver a ir a casa? Papá ha preguntado mucho por ti. Hace mucho que no vas. 

— Sí, yo... He estado un poco ocupado — mintió — Tal vez... Tal vez en el verano...

El de ojos dorados asintió, y volvió a sacar su celular de su bolsillo — después de todo el pelinegro ya le había descubierto, como siempre — y continuó viendo las fotos de su crush en su perfil de Instagram.

Megumi por su parte volvió a mirar de reojo a la persona que estaba detrás de Yūji, la causante de que él ya no fuera a la casa de su mejor amigo como solía hacer.

Fushiguro sabía que tal vez estaba siendo un cobarde al escapar de aquella forma, más cuando él mayor no tenía ni idea de lo que estaba sucediéndole. Podría simplemente fingir que nada pasaba y listo. 

Pero es que le era imposible...

Le resultaba realmente imposible fingir que su corazón no se sacudía con solo verle. Que sus mejillas no se adornaban de un tierno color rosa, que aunque tenue, en su blanca piel era visible. 

Le era imposible ocultar que sus ojos brillaban al contemplarle. Le era imposible ocultar su nerviosismo y como su cuerpo temblaba y sus manos sudaban. Simplemente no podía hacerlo, y lo único que se le había ocurrido era alejarse para no delatarse.

Miró a su amigo frente a él, metido en su propia burbuja, con su cara iluminándose y sus ojos casi destellando amor al observar aquellas imágenes, y se sintió mal. Se sintió mal porque su mejor amigo siempre le había compartido sus secretos, y él nunca le había contado sobre aquel amor no correspondido que guardaba prisionero en su corazón. 

No era que no confiara en Yūji, por supuesto que lo hacía. Pero tal vez tenía miedo, vergüenza y mil sensaciones más que le impedían hablar.

🥀

Las primeras horas de clases pasaron rápido para su fortuna, y en esos momentos se encontraba en la cacería de la escuela, sentado junto a seis personas más, pero sintiéndose completamente solo.

Pues Yūji, no despegaba sus ojos de su amado crush. Mantenía su cabeza apoyada en la palma de su mano, con una mirada soñadora y una sonrisa bastante tonta para su gusto. ¿Cómo podía sonreír así de estúpido y no darse cuenta?

Por otro lado, Kei, Ryota y Daiki, — tres chicos nuevos en la escuela y quienes se habían vuelto cercanos a ellos en las últimos días — platicaban entre ellos de quién sabrá qué cosa. Megumi no tenía idea y verdaderamente tampoco le importaba mucho. 

Por último giró su mirada hacia su derecha, pensando en que tal vez podría tener una pequeña conversación con Nobara, pero obviamente no. La castaña estaba muy ocupada coqueteaba sutilmente con Maki.

Suspiró, bajando su cabeza hasta apoyarla contra la mesa frente a él. ¿Qué rayos estaba haciendo ahí?

Cansado de sentirse ignorado, se levantó de su asiento. No había alcanzado a separarse del todo de su silla cuando alguien que pasaba por allí le metió intencionalmente el pie dándole un empujón de paso.

Trastabilló un poco, intentando mantener el equilibrio pero no lo consiguió, y terminó por caer de cara al piso, atrayendo la atención de casi todos en el lugar. 

En medio del silencio que se formó en la cacería, él no pronunció palabra alguna. Solo se levantó del suelo, manteniendo su mirada baja y gesto neutral mientras se sacudía los pantalones. 

— ¡Eh, ten cuidado! — exclamó Yūji, recibiendo sólo una risa burlona de parte Aya, la causante de la caída. 

Sukuna desde lejos observó la escena con el ceño fruncido, realmente no le gustaba cómo aquellas chicas iban por ahí creyéndose las reinas del lugar. La única razón por la cual no había hecho nada era porque según las enseñanzas que le habían dado "nunca debía ir en contra de una mujer" pero, le estaba costando.

— Deja, Yūji — murmuró el pelinegro, para luego alejarse de la mesa donde ataban su amigos y salir del lugar.