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Chapter 2 - Tú eres la criminal, yo, el coronel.

Killiam Smirnov.

—No puedo resistirme a usted coronel Smirnov —susurra en mi oído cuando deja de besarme—Mi cuerpo no se resiste a sus caricias.

Se aleja de mí para quitarme la chaqueta de cuero y la camiseta, y me vuelvo hacia ella para romper la playera de botones que tiene puesta.

Sus ojos marrones me miraron con deseo y envuelve sus piernas alrededor de mi cintura, empecé a besar su cuello y ella gime mi nombre despertando mi deseo.

—Por favor… —me mira a los ojos con súplica—. Complace mi deseo, Killiam.

La jalo del pelo fuertemente y ella grita, la volteó presionando su culo contra mi entrepierna y ella jadea cuando siente mi erección.

—Te lo he dicho muchas veces, Sara —muerdo su hombro y acerco mis labios a su oído—. Cuando quieras que te folle no me digas Killiam, dime coronel Smirnov.

—Por favor… Coronel Smirnov. —me vuelve a suplicar y me burló de ella.

Voy dejando besos por toda su espalda, pero mi celular empieza a sonar en mi bolsillo y trato de ignorarlo y seguir besando a la mujer que jadea mi nombre con deseo.

El móvil no dejaba de sonar, así que agarre el celular y conteste sin ver la pantalla.

—Habla el coronel Smirnov.

—Coronel, le habla el teniente Luciano Luzco — suspiré queriendo que hablara rápido y pudiera poder follar en paz—. La estación de policía de Italia-Venecia se contactó con nosotros… Tienen a una criminal importante y me pidieron que me comunicara con usted lo antes posible.

—¿Quién carajos es tan valioso para que me molestes a esta hora de la noche? —pregunto, frustrado.

—Reyne Savaneva —contuve la respiración por algunos segundos cuando escuché su nombre

—¡La tienen en una maldita estación de policías! ¡Acaso son unos malditos estúpidos! ¡Trasládenla a un comando militar, no es cualquier criminal, es la maldita mujer de Riam Black! Preparen un avión para mí, parto a Italia en 20 minutos.

—Entendido, mi coronel.

Empiezo a ponerme la camiseta rápidamente y la chaqueta.

—¿Killiam, quieres que te acompañe? —pregunta Sara con una ceja alzada.

—No te necesito en ese caso —le digo mientras me pongo los zapatos—. Además, no permanecerá mucho tiempo en Italia, la trasladaré para que pague su condena aquí en Rusia. Todos sabemos que Riam controla toda Italia y ya debe estar destruyendo la ciudad para encontrar a su mujer.

—Como ordene, entonces, mi coronel —se acerca a mí para darme un beso de despedida. —. Hasta pronto, mi señor.

Le sonreí antes de alejarme.

—Hasta luego, Sargento Ivanova —me despido de ella que me mira con una sonrisa.

Salgo de su departamento rápidamente y me subo a mi auto, un Audi negro. Voy a una velocidad que podría atropellar a cualquier persona, pero eso ahora mismo era lo que menos me interesaba. Necesitaba llegar a la central lo antes posible.

Después de 15 minutos llegué a la central militar, los sargentos que vigilaban me vieron y me dejaron pasar.

Estacione y me dirige a mi habitación de la central para ponerme el uniforme, luego me dirigí al helicóptero donde me esperaban Mishael y Kayron.

—¡Coronel Smirnov! —dijeron ambos al mismo tiempo.

—Suban su apestoso trasero al avión de una puta vez, si quieren ir, si no, los dejo a los dos por sus estúpidos jueguitos.

—¿Escuchaste Mishael? —empieza Kayron—Escuche que nos dijo que subiéramos al avión antes de que nos agarra de las bolas y nos subiera él.

—Kayron, todos sabemos que el coronel Smirnov no puede vivir sin nosotros, puede vivir sin follar el resto de su vida, pero, ¿Sin nosotros? Jamás.

—¡Par de maricas! ¡Suban al maldito helicóptero de una maldita vez!

Empiezan a subir y escucho cuando Mishael le susurra a Kayron:

—Pobre de la mujer que tenga que soportar su carácter.

—Creo que se terminará casando con un animal, no creo que ninguna mujer lo soporte —le responde Kayron.

Yo ruedo los ojos mientras el helicóptero se enciende y empezamos a elevarnos.

—Me voy a casar con las mujeres de ustedes para que dejen sus mierdas.

Ambos callan y me miran amenazadoramente.

—Te corto las bolas primero antes de que te acerques a mi mujer.

—¿Por qué? ¿Será por qué follaría mejor que tú? — le doy una sonrisa egocéntrica a Kayron mientras que Mishael se burla de nosotros.

—Cabrón, ya quisieras tener tú mis dotes en la cama.

—Sí, claro. —le respondo con sarcasmo sin borrar mi sonrisa y Kayron rueda los ojos.

***

Después de 7 horas de vuelo llegamos a la central donde trasladaron a Reyne Savaneva.

Hay seguridad a cada lado que mires, bajamos del helicóptero y todos ponemos caras serías, sin mostrar ninguna emoción.

—Es un honor tenerlos aquí, Coroneles —le damos un saludo militar al general y él no los devuelve—. Siempre serán bienvenidos en las centrales de Italia.

—Le agradecemos general —la ansiedad me estaba llenaba de pies a cabeza y el general Enzo Guitta puso sus ojos en mí, buscando cualquier expresión, pero no le mostré nada—¿Puede guiarnos hacia nuestra criminal?

—Claro, coronel —se dio la vuelta y todos los sargentos que estaban a nuestro alrededor nos el correspondiente saludo militar—. Este caso le corresponde más a ustedes que a nosotros, La central militar de Rusia ha estado persiguiendo a la mafia italiana desde… Mucho tiempo.

—Desde hace 7 años, específicamente —responde Kayron—. Desde que Riam empezó a asesinar para ganar poder.

—Tristemente, no lo capturaron cuando él no era conocido… Ahora —su voz se quiebra—, es más difícil, si no decir imposible.

—Nada es imposible, general —dice Mishael mientras caminamos por los pasillos de la central—. Ya capturamos a su mujer, mañana puede que sea él quien esté detrás de las rejas pagando su condena.

Yo no digo nada, sé que algún día voy a atrapar al hijo de puta de Riam Black. Pero sé que será jodidamente difícil.

Y que tengo a su mujer, es un jodido avance.

—Pueden esperar en la sala de interrogatorio mientras traen a Reyne Savaneva de las celdas.

—Lo acompaño, general Guitta —se ofreció Mishael y el general asiente.

Cuando se alejaron, miré a Kayron.

—Quiero estar solo — le dije, él asintió.

—Me lo imaginé —pone su mano en mi hombro y la aprieta—, Es un jodido avance, hermanó. Y tú más que nadie te mereces estar ahí con ella.

Mishael y yo nos conocemos desde que somos cadetes, él es como el hermano que nunca tuve, pero Kayron también estaba muy metido en este caso, tenía un odio que no entendía hacia Black, por eso él mas que nadie sabe lo que necesitaba.

Asentí y entre a la sala de interrogatorios mientras esperaba que trajeran a la criminal.

Pasaron los minutos y cada parte de mi cuerpo estaba tensó, cada segundo mi respiración se hacía más pesada y millones de preguntas iban pasando por mi cabeza.

¿Por qué demoran tanto?

¿Abra escapado?

¿Riam ya la encontró?

La puerta se abrió de golpe y subí mi rostro de inmediato para comprobar que ella estaba ahí.

—¡Ya puedes soltarme, joder! —fue lo primero que dijo cuando entro, mientras jalaba su brazo de las manos de Mishael, voltea su rostro hacia mí y me ve una sonrisa descarada—. Coronel Smirnov, es un honor tenerlo frente a frente por fin… Después de estar jugando al gato y al ratón por tanto tiempo.

Mierda, maldije una y mil veces en mi mente mientras la veía… No había palabras para describirla, era jodidamente perfecta.

A pesar de que su cabello estaba alborotado y su vestido…

Tense la mandíbula recordando quien era y con quién casi se casa, su vestido estaba sucio y un poco roto.

Era de manga larga y con un escote muy atrevido, el corte era sirena así que podía ver sus perfectas y esbeltas piernas.

—Reyne Savaneva, ¿Sabes que la justicia te ha estado buscando desde hace años?

—No voy a decir palabras algunas hasta que me permitan un abogado —responde ella y sus ojos mieles conectan con los míos—, A menos que apaguen las putas cámaras y grabadoras. Así podamos hablar solo usted y yo, sin que todos los imbéciles que trabajan con ustedes escuchen.

Me miraba con una ceja alzada.

—Tú eres la criminal, yo, el coronel. Yo pongo las órdenes, tú las cumples. —le digo con seriedad.

—Coronel Smirnov —dice ella con burla—, Como puede ver, no soy muy buena con las reglas, traté de escapar dos veces. En la comisaría de mala muerte a la que me llevaron y… De este lugar.

—Seamos sinceros, Reyne —ella me mira con atención— 7 años he estado tratando de capturarte a ti y tu esposo…

—No es mi esposo —gruñe con molestia.

—Has sido su mano derecha por tanto tiempo… Sé que aprendiste sus trucos, también sé que no te dejarías capturar por un par de policías cualquiera.

—Apague las cámaras, coronel. —responde simplemente con una expresión tensa en su rostro.

—¿Por qué? ¿Por qué traicionar a la persona que te salvó? —ella tensa la mandíbula y aprieta las manos.

—Vale, no quieres apagar las cámaras. Pero sí hablar de pasado… Entonces hablemos de pasado, de Vik…

—¡Cállate, maldita sea! —Todo mi cuerpo se tensa de una manera que jamás lo había hecho, la mire con asco antes de salir de la habitación donde estaba cerrando la habitación de un portazo—. Apaguen las malditas cámaras, ¡Ahora!

—Pero… ¿Qué carajos? —pregunta Mishael, era evidente que no entendía la situación y yo tampoco me iba a poner a explicársela.

—Killiam, la estás dejando entrar en tu mente… Estamos entrenados para esto, tienes que ser tú quien controlé su mente, ¡no ella a ti!

Quería mandarlos a la mierda a los dos, pero él tenía razón. La estaba dejando entrar en mi mente.

Tomé grandes respiraciones, me aseguré de que cualquier objeto que pudiera grabar nuestra conversación estuviera apagado.

Me pasé una mano por el cabello antes de entrar con mi expresión de acero de nuevo.

—Tienes lo que tenías, niña caprichosa. ¿Ahora? ¿Vas a hablar de una puta vez?

—¿No era que íbamos a hablar de pasado?—responde con una sonrisa ladina.

—¿Dime por qué quieres traicionar a Riam Black? —pregunte de nuevo.

Ella suspira.

—Dicen que no hay nada peor que una mujer herida, y Riam me hirió —contesta ella—. Lo quiero en una cárcel o muerto, y, ¿Quién mejor para ayudarme que el hijo de unos de los mafiosos que Riam mató?

Mis vellos se erizan y mi cuerpo se tensa.

—¿Por qué traicionar a la persona que te salvó de una violación y una muerte segura?

—Ya le pagué con creces de que me haya salvado, te diré todo de Riam Black. Pero necesito que le quiten unos años a mi condena.

—¿Cómo sé que no me mentirás?

—Le tocará confiar coronel.

Calle por unos minutos, dónde nos vemos mutuamente. Detallo su cabello color chocolate y su rostro… Su jodido rostro parecía de otro planeta. Si me hubieran dicho que era la hija de Afrodita, me lo hubiera creído.

—No confío en criminales. —dije después de un rato.

—Yo tampoco confío en los "agentes" —hace comillas con sus dedos—, y sabe muy bien por qué.

Recordar la grabación hizo que me tensara, ella le suplico a los policías que pasaban por el lugar que la ayudarán, pero simplemente la ignoraron.

—5 años de prisión, te daremos solamente 5 años de prisión si atrapamos a Riam con la información que nos darás. Si no lo hacemos, pasarás 15 años en la cárcel, Reyne Savaneva.

—Trato —responde ella con seguridad y determinación en sus ojos.

Tenemos un jodido avance contra Riam Black.

—¡Coronel Smirnov! —nos sobresaltamos y miramos a la puerta, dónde Mishael nos ve con una expresión tensa en el rostro —. Riam Black ha empezado a explotar las comisarías de Italia —dice mientras se acerca a mí con una tableta y me muestra las noticias.

Veo como tres comisarias arden en fuego y los bomberos tratan de apagarlo.

Nuestra pantalla es interrumpida y una voz empieza a hablar.

—Reyne Savaneva es mi mujer, y no voy a descansar hasta que la vuelva a tener en mis brazos y si tengo que quemar el mundo para que ella esté a mi lado de nuevo, ¡Lo haré! —miro hacia la criminal, está tensa y con los puños apretados —, espero la regresen por las buenas o me tocará buscarla por las malas.

La pantalla se vuelve a poner en las noticias y… Las cámaras captan cómo cinco comisarías explotan al mismo tiempo.

—¿Cuál será nuestro siguiente movimiento, coronel? —pregunta Mishael.

—Trasladarnos con la criminal a Rusia.