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Chapter 12 - Capítulo V: Sombras en la Aldea

El amanecer pintó el cielo de Konoha con tonos naranjas y rosados, despertando la aldea de su sueño nocturno. Vincent abrió los ojos, sintiendo un peso inusual en su mente. Las preguntas de la noche anterior aún resonaban, como ecos persistentes.Se levantó, realizando sus ejercicios matutinos con la precisión habitual. Pero hoy, sus movimientos carecían de la fluidez habitual, como si una sombra invisible lo frenara.Decidió salir a caminar, buscando despejar su mente. El bullicio matutino de Konoha lo recibió, pero hoy, la energía vibrante de la aldea le pareció abrumadora, incluso hostil.Mientras caminaba, notó miradas extrañas, susurros que lo seguían como sombras. No entendía el motivo, pero sentía que algo había cambiado. La desconfianza, que antes era sutil, ahora era palpable, casi tangible.Llegó al campo de entrenamiento número 7, esperando encontrar a Konohamaru. Pero el campo estaba vacío. Una sensación de inquietud lo invadió. ¿Dónde estaba el joven ninja?Decidió buscarlo, recorriendo las calles de Konoha con una sensación de urgencia. Preguntó a los vendedores, a los niños que jugaban en las calles, pero nadie había visto a Konohamaru.La inquietud de Vincent creció. ¿Le había pasado algo a Konohamaru? ¿O era algo más? ¿Era una trampa, una prueba para poner a prueba su lealtad a Konoha?Mientras buscaba, notó algo extraño: ninjas de Konoha observándolo desde las azoteas, desde las esquinas de las calles. No eran miradas casuales, sino observando con una intensidad que lo puso en alerta.Se detuvo en seco, sintiendo la tensión en el aire. "¿Qué está pasando?" preguntó en voz alta, pero nadie respondió.La respuesta llegó en forma de un grupo de ninjas que lo rodearon, sus rostros serios, sus manos aferrando kunais."Vincent," dijo uno de ellos, su voz fría como el acero, "el Hokage desea verte".Vincent sintió una punzada de sospecha. ¿Por qué el Hokage deseaba verlo? ¿Qué había hecho?Siguió a los ninjas, su mente trabajando a toda velocidad, analizando cada detalle, buscando patrones. Pero no encontró respuestas.Lo llevaron a la torre del Hokage, un edificio imponente que dominaba la aldea. Al entrar, notó la tensión en el aire, la seriedad en los rostros de los ninjas que custodiaban el lugar.Lo llevaron a la oficina del Hokage, una habitación amplia y luminosa. El Hokage, sentado detrás de su escritorio, lo observó con una mirada seria."Vincent," dijo el Hokage, su voz resonando en la habitación, "tenemos preguntas".Vincent sintió un escalofrío al recorrer su espina dorsal. Sabía que las cosas se habían complicado."¿Preguntas?" repitió Vincent, su voz plana, sin rastro de emoción. Sus ojos azules, fríos como el hielo, se clavaron en el Hokage. "Proceda."El Tercer Hokage, Hiruzen Sarutobi, suspiró, su mirada seria. "Han surgido informes preocupantes sobre tu comportamiento," dijo, "tu aislamiento, tu falta de interacción con otros ninjas, tu... peculiar estilo de combate".Vincent levantó una ceja, pero no dijo nada. Observó a Hiruzen, analizando cada palabra, cada gesto."Además," continuó Hiruzen, "ha desaparecido Konohamaru. Y tú fuiste la última persona vista con él."Un destello de ira cruzó los ojos de Vincent, pero su rostro permaneció impasible. "Konohamaru fue mi alumno," dijo, su voz cortante, "no mi prisionero."Hiruzen frunció el ceño, sorprendido. "¿Tu alumno?" preguntó, incrédulo. "Konohamaru es... un niño. ¿Cómo podrías ser su maestro?""Él me lo pidió," respondió Vincent, su voz fría como el hielo. "Y yo acepté."Hiruzen lo miró fijamente, sus ojos escrutando el rostro de Vincent. "¿Sabes quién es Konohamaru?" preguntó."El nieto del Tercer Hokage, es decir, su nieto Lord Hokage" respondió Vincent, sin dudar. "Y ahora, mi alumno."Hiruzen se quedó sin palabras, sorprendido por la respuesta de Vincent. No podía creer que un niño de su edad hubiera aceptado entrenar a su propio nieto."Entendemos," dijo Hiruzen, recuperando la compostura, "pero debemos seguir todos los protocolos. Konohamaru es un miembro valioso de Konoha, y su seguridad es nuestra prioridad.""¿Y mi seguridad?" preguntó Vincent, su voz apenas un susurro. "¿Acaso no soy un miembro de Konoha?"Hiruzen lo miró fijamente. "Eres un invitado," dijo, "un aliado. Pero tu lealtad aún no ha sido probada."Vincent asintió levemente, comprendiendo el mensaje. Su posición en Konoha era precaria, un equilibrio frágil que podía romperse en cualquier momento."¿Qué desean que haga?" preguntó, su voz fría como el hielo."Queremos que nos ayudes a encontrar a Konohamaru," dijo Hiruzen, "y queremos que respondas a nuestras preguntas."Vincent asintió, su mente trabajando a toda velocidad. Sabía que esta era una prueba. Una prueba de su lealtad, de su valía."¿Dónde está Konohamaru?" preguntó, su voz resonando en la habitación.Hiruzen negó con la cabeza. "No lo sabemos," dijo, "pero tenemos algunas pistas."Le entregó a Vincent un pergamino, un mapa de la aldea y sus alrededores. "Creemos que Konohamaru pudo haber ido a estos lugares," dijo. "El campo de entrenamiento número 3, donde solía jugar con sus amigos, el río Naka, donde le gusta pescar, o incluso el monumento Hokage, donde a veces va a reflexionar. Investiga y tráenos cualquier información que encuentres."Vincent tomó el pergamino, sus ojos azules escrutando el mapa. "Entendido," dijo, su voz plana, sin rastro de emoción.Se dio la vuelta y salió de la oficina de Hiruzen, el Tercer Hokage, su mente llena de preguntas. ¿Por qué Konohamaru había desaparecido? ¿Y por qué lo estaban culpando a él?Sabía que debía encontrar respuestas. Y rápido.Vincent salió de la oficina del Tercer Hokage, su mente trabajando a toda velocidad. Las palabras de Hiruzen resonaban en su cabeza, un eco de sospecha y desconfianza. "Tu lealtad aún no ha sido probada".Apretó el pergamino en su mano, sintiendo la textura áspera del papel. Konohamaru había desaparecido, y él era el principal sospechoso. Una trampa, pensó. Una prueba para medir su valía para Konoha.Decidió comenzar su búsqueda en el campo de entrenamiento número 3, el primer lugar mencionado por Hiruzen. Era un lugar familiar para Konohamaru, donde solía jugar con sus amigos. Un lugar donde un niño podría buscar refugio.Se movió con la velocidad y la gracia de un depredador, saltando de tejado en tejado, evitando las calles concurridas. Llegó al campo de entrenamiento en cuestión de minutos, encontrándolo vacío.Observó el lugar, buscando pistas, señales de la presencia de Konohamaru. Buscó huellas, marcas en la tierra, cualquier cosa que pudiera indicar que el niño había estado allí.Pero no encontró nada. El campo de entrenamiento estaba desierto, sin rastro de Konohamaru.Frunció el ceño, sintiendo una punzada de frustración. ¿Dónde estaba el niño? ¿Y por qué había desaparecido?Decidió dirigirse al siguiente lugar en la lista de Hiruzen: el río Naka. Konohamaru disfrutaba pescando allí, un pasatiempo que le permitía escapar del bullicio de la aldea.Se movió a través de las calles de Konoha, su mente trabajando a toda velocidad, analizando cada posibilidad. ¿Podría Konohamaru haber sido secuestrado? ¿O se había escapado por su propia voluntad?Llegó al río Naka, encontrándolo tranquilo y sereno. Observó la orilla, buscando huellas o señales de la presencia de Konohamaru.Pero de nuevo, no encontró nada. El río estaba desierto, sin rastro del niño.La frustración de Vincent creció. ¿Dónde estaba Konohamaru? ¿Y por qué lo estaban culpando a él?Decidió dirigirse al último lugar en la lista de Hiruzen: el monumento Hokage. Konohamaru a veces iba allí a reflexionar, buscando la soledad y la tranquilidad.Se movió a través de las calles de Konoha, su mente llena de preguntas. ¿Podría Konohamaru haber ido al monumento Hokage? ¿O estaba siendo guiado a una trampa?Llegó al monumento Hokage, encontrándolo imponente y silencioso. Observó las caras de piedra de los Hokage, buscando a Konohamaru.Pero de nuevo, no encontró nada. El monumento estaba desierto, sin rastro del niño.Vincent sintió una punzada de desesperación. ¿Dónde estaba Konohamaru? ¿Y por qué lo estaban culpando a él?Llegó al monumento Hokage, encontrándolo imponente y silencioso. Observó las caras de piedra de los Hokage, buscando a Konohamaru.Pero de nuevo, no encontró nada. El monumento estaba desierto, sin rastro del niño.Vincent sintió una punzada de frustración, pero su rostro permaneció impasible. La preocupación por Konohamaru se mezclaba con la sospecha hacia Hiruzen. ¿Era esto una prueba? ¿O algo más siniestro?"Debo encontrarlo," se dijo a sí mismo, su voz apenas un susurro. "No por ellos, sino por él."No permitiría que la desconfianza de Hiruzen o las dudas sobre su lealtad obstaculizaran su búsqueda. Konohamaru era su alumno, y lo encontraría, sin importar los obstáculos.

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La frustración de Vincent se transformó en una determinación fría y calculadora. No permitiría que la incertidumbre lo paralizara. Debía analizar la situación, buscar patrones, discernir la verdad oculta.

Regresó al campo de entrenamiento número 3, el primer lugar que había visitado. Observó el suelo con atención, buscando huellas que pudieran haber pasado desapercibidas. Concentró su chakra en sus ojos, agudizando su visión, buscando cualquier rastro de chakra residual.Encontró pequeñas marcas en la tierra, casi imperceptibles, que indicaban que alguien había estado allí recientemente. No eran las huellas de Konohamaru, pero sugerían que el niño no estaba solo.Siguió las marcas, moviéndose con cautela, evitando hacer ruido. Las marcas lo llevaron a la orilla del río Naka, el segundo lugar que había visitado. Allí, encontró más marcas, esta vez más claras, que indicaban que Konohamaru había estado allí.Las marcas lo llevaron río abajo, hacia una zona boscosa que se extendía más allá de los límites de la aldea. Vincent frunció el ceño, sintiendo que la situación se complicaba. ¿Por qué Konohamaru se había aventurado tan lejos de la aldea?Siguió las marcas, adentrándose en el bosque. El aire se volvió más frío, la luz del sol se filtró a través de las copas de los árboles, creando sombras danzantes.De repente, escuchó un sonido, un murmullo distante que resonó entre los árboles. Se detuvo en seco, agudizando sus sentidos. El sonido provenía de una pequeña cabaña, oculta entre los árboles.Se acercó con cautela, moviéndose con la gracia de un depredador. Observó la cabaña, buscando signos de vida. Vio una pequeña figura moverse dentro, la silueta de un niño.Konohamaru.Vincent sintió un alivio momentáneo, pero la sospecha persistía. ¿Por qué Konohamaru se había escondido en una cabaña en el bosque? ¿Y por qué lo habían culpado a él?Se acercó a la cabaña, preparándose para cualquier eventualidad. Abrió la puerta con cuidado, encontrando a Konohamaru sentado en el suelo, con la mirada perdida."Konohamaru," dijo Vincent, su voz resonando en la cabaña. "¿Qué estás haciendo aquí?"Konohamaru levantó la mirada, sus ojos llenos de miedo. "Vincent-sensei," dijo, su voz temblorosa. "Ellos... ellos me dijeron que no confiara en ti."Vincent frunció el ceño, sintiendo que la situación se complicaba aún más. "¿Quién te dijo eso?" preguntó."No lo sé," dijo Konohamaru, "pero me dijeron que eras peligroso, que querías hacerme daño."Vincent sintió una punzada de ira. Alguien estaba intentando poner a Konohamaru en su contra, sembrando dudas sobre su lealtad."¿Qué más te dijeron?" preguntó, su voz fría como el hielo."Me dijeron que debía esconderme," dijo Konohamaru, "que debía alejarme de ti."Vincent asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Alguien estaba intentando manipular a Konohamaru, utilizándolo para poner a prueba su lealtad a Konoha."Konohamaru," dijo Vincent, su voz firme, "debes confiar en mí. Yo nunca te haría daño."Konohamaru lo miró, sus ojos llenos de duda. "Pero... ellos dijeron...""No importa lo que dijeron," interrumpió Vincent, "lo importante es lo que tú crees. ¿Confías en mí?"Konohamaru dudó un momento, luego asintió lentamente. "Sí," dijo, "confío en ti, Vincent-sensei."Vincent sintió un peso levantarse de sus hombros. Sabía que debía proteger a Konohamaru, no solo de quienes intentaban manipularlo, sino también de quienes intentaban ponerlo en su contra."Vamos," dijo Vincent, extendiendo su mano. "Tenemos que regresar a la aldea."Konohamaru asintió, su mano aferrando la de Vincent con fuerza. Juntos, salieron de la cabaña, adentrándose en el bosque. Vincent observó el entorno, buscando cualquier señal de peligro."¿Recuerdas algo de lo que te dijeron?" preguntó Vincent, su voz resonando entre los árboles.Konohamaru negó con la cabeza. "Todo fue confuso," dijo, "solo recuerdo que me dijeron que no confiara en ti."Vincent frunció el ceño, sintiendo que la situación se complicaba. Alguien había logrado manipular a Konohamaru, sembrando dudas sobre su lealtad. ¿Quién? ¿Y por qué?"Debemos regresar a la aldea," dijo Vincent, "informaremos al Hokage de lo sucedido."Konohamaru asintió, su rostro pálido. Juntos, comenzaron a caminar, moviéndose con cautela, evitando hacer ruido.Mientras caminaban, Vincent observó el entorno, buscando cualquier señal de peligro. No confiaba en la tranquilidad del bosque. Sentía que alguien los observaba, que alguien los seguía.De repente, escuchó un sonido, un silbido agudo que resonó entre los árboles. Se detuvo en seco, empujando a Konohamaru detrás de él."¡Agáchate!" ordenó Vincent, desenvainando un kunai.Un grupo de figuras encapuchadas surgió de entre los árboles, sus rostros ocultos por sombras. Sus manos aferraban kunais, sus ojos brillando con una malicia fría."Entreguen al niño," dijo uno de ellos, su voz resonando entre los árboles.Vincent frunció el ceño, sintiendo que la ira comenzaba a hervir en su interior. "No lo haré," dijo, su voz resonando con una frialdad glacial.Los encapuchados se lanzaron al ataque, moviéndose con una velocidad sorprendente. Vincent los esquivó, moviéndose con la gracia de un depredador.Lanzó kunais, congelándolos en el aire, creando una barrera de hielo. Los encapuchados se detuvieron, sorprendidos por la habilidad de Vincent."¡Ataquen!" ordenó uno de ellos, y se lanzaron al ataque de nuevo.Vincent los enfrentó, moviéndose con la precisión de un maestro del Lin Kuei. Sus kunais cortaron el aire, congelando a los encapuchados, uno por uno.Konohamaru observó la batalla, sus ojos llenos de asombro. Nunca había visto a Vincent pelear de esa manera.En cuestión de segundos, todos los encapuchados yacían en el suelo, congelados en bloques de hielo. Vincent se acercó a uno de ellos, quitándole la capucha.El rostro del encapuchado era desconocido, pero sus ojos brillaban con un odio intenso."¿Quién los envió?" preguntó Vincent, su voz resonando con una frialdad glacial.El encapuchado escupió en el suelo, negándose a responder.Vincent frunció el ceño, sintiendo que la ira comenzaba a hervir en su interior. Sabía que debía obtener respuestas."No tengo tiempo para juegos," dijo Vincent, su voz resonando con una amenaza velada. "Habla, o te arrepentirás."El encapuchado lo miró, sus ojos llenos de miedo. "No puedo decirte," dijo, su voz temblorosa. "Ellos me matarían."Vincent asintió, comprendiendo la situación. Alguien estaba intentando silenciar a los encapuchados, impidiendo que revelaran la verdad."Está bien," dijo Vincent, "pero te llevaré a la aldea. El Hokage te protegerá."El encapuchado asintió, aliviado. Vincent lo levantó del suelo, llevándolo junto con los otros encapuchados congelados."Vamos, Konohamaru," dijo Vincent, "tenemos que regresar a la aldea."Konohamaru asintió, su rostro aún pálido. Juntos, comenzaron a caminar, dejando atrás el bosque y sus secretos.