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La Isla de las Sombras

🇲🇽Mel_Kaze
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Synopsis

Las Sombras de la Isla

Prologo

Era un día especial, uno que con el tiempo se volvería aún más significativo y melancólico en mis recuerdos.

Nuestra familia era pequeña, solo estábamos mi esposa, nuestra hija Aiko y yo. Aiko, como siempre, despertó temprano esa mañana, con su energía característica y esa curiosidad insaciable que la definía. A menudo, la sorprendía explorando cada rincón de la casa, haciéndome preguntas sobre todo lo que veía, desde el viejo reloj de pared hasta las estrellas que apenas se podían distinguir al amanecer.

Mi esposa y yo trabajábamos en el departamento de investigación de la Universidad de Ueya, y nuestros días eran largos y agotadores. Por eso, confiábamos en Rin, nuestra vecina y amiga cercana, para que cuidara de Aiko. Rin tenía una hija llamada Lilas, tres años mayor que Aiko. Nuestras hijas eran inseparables; cualquier día podías encontrarlas correteando por el jardín o inventando historias bajo la sombra del gran roble. Su amistad era pura y sincera, un lazo que compartía risas y secretos.

Esa mañana en particular, mientras preparaba el desayuno, Aiko bajó las escaleras con una sonrisa soñolienta. —Buenos días, papá —dijo, frotándose los ojos. —Buenos días, Aiko —respondí, sonriendo.

Hubo un breve silencio, ya que mi adorable hija bostezó, en cuanto termino volvió a hablar 

—¿Dónde está mamá? 

Probablemente salió a correr, cuando me desperté ya no estaba no creo que tarde en regresar le respondí mientras servía el desayudo.

"Yo quería desayunar con mamá" responde con un tono de decepción —Toma, Aiko. ¿Por qué no te sientas en la sala a ver la tele mientras desayunas? Le digo tratando de disipar su decepción. 

Mientras Aiko miraba en la televisión, yo estaba terminando de desayunar.

—Papá, ¿cómo se descubren nuevas estrellas? —preguntó, sus ojos brillando con esa chispa de curiosidad que siempre me asombraba, también en sus manos traía su plato ya vació.

Al parecer estaba viendo un programa donde hablaban de las estrellas.

Aiko era así, siempre queriendo saber más, siempre buscando respuestas. Mientras desayunábamos, su madre regresó de correr. Aiko corrió hacia ella con emoción, pero antes de que pudiéramos disfrutar del momento, el timbre de la puerta sonó.

Ya estaba a punto de acabar de desayunar cuando escuche abrirse la puerta, Aiko que estaba absorbida por la televisión fue saca de su trance

Al abrir la puerta, el cartero me entregó una carta con el sello del Departamento de Investigación de la Universidad. Sentí un nudo en el estómago. Mi esposa, Hina, me acompañó al abrir el sobre, y juntos leímos la carta en silencio:

**Contenido de la Carta**

Departamento de Investigación

Universidad de Ueya

12 de septiembre de 2006

Dr. Taichi Akikaze y Dra. Hina Akikaze ,

Nos complace informarles que han sido seleccionados para participar en una expedición científica al recientemente descubierto archipiélago. Este archipiélago, ubicado en el Océano Pacífico, ofrece una oportunidad única para la investigación en múltiples campos, incluyendo biología, geología y antropología.

La expedición está programada para comenzar el 1 de octubre de 2006 y se espera que dure aproximadamente tres años. Durante este tiempo, ustedes y su equipo tendrán acceso a áreas inexploradas y podrán realizar investigaciones que podrían resultar en descubrimientos significativos. No obstante, también se espera que la expedición conlleve ciertos riesgos debido a lo desconocido del territorio.

Por favor, confirmen su participación a más tardar el 25 de septiembre de 2006. Para más detalles, adjuntamos un documento con información adicional sobre la logística y los objetivos de la expedición.

Estamos emocionados de contar con su experiencia y esperamos su respuesta positiva.

Atentamente,

Dr. Ikal Matsushime

Director del Departamento de Investigación

Universidad de Ueya 

Hina levantó la vista del papel, y vi en sus ojos una mezcla de emoción y preocupación.

—Es una oportunidad increíble, Taichi, pero... ¿y Aiko? No podemos dejarla sola tanto tiempo.

Asentí, compartiendo su inquietud. —Tienes razón. Debemos pensar en ella. Quizás podamos hablar con Rin y su esposo, los padres de Lilas. Tal vez puedan ayudarnos.

Decidimos dejar el tema por el momento, ya que hoy era el cumpleaños de Aiko y no queríamos arruinar este precioso día.

Esa noche, nos reunimos con Rin y su familia para celebrar. Había una parrillada en el jardín y las niñas jugaban, corriendo de un lado a otro, sus risas llenando el aire. Mientras los adultos conversábamos alrededor de la mesa, las miraba con nostalgia. Ellas representaban todo lo bueno en nuestras vidas.

—¿Recuerdas cuando nos escondimos en el armario y casi se desmayó mamá? —dijo Aiko, riendo a carcajadas, mientras Lilas se unía a ella en las risas.

La madre de Lilas, notando nuestras miradas preocupadas, preguntó: —¿Todo está bien?

Hina suspiró. —Recibimos una invitación para una expedición que durará tres años. Es una oportunidad increíble, pero estamos preocupados por Aiko.

La madre de Lilas nos miró con una sonrisa tranquilizadora. —No se preocupen, Aiko puede quedarse con nosotros. Será como tener otra hija en casa. Lilas estará encantada de tener a su mejor amiga aquí.

Al día siguiente, Hina y yo nos sentamos con Aiko para explicarle la situación. Aunque al principio se mostró reacia a separarse de nosotros, después de una larga conversación, finalmente aceptó, aunque con tristeza.

El día de la despedida llegó rápido. Dejamos a Aiko en casa de Lilas. Mientras se despedía, Aiko nos abrazó con fuerza, lágrimas corriendo por sus mejillas.

—Volveremos pronto, te lo prometemos —dijo Hina, intentando sonar convincente.

Le di un beso en la frente. —Cuida de ti misma, Aiko. Te amamos mucho.

Aiko asintió, viendo cómo nos alejábamos. Sentí que esta despedida era diferente, llena de un trasfondo que Aiko no podía comprender del todo pero que le dejaba una sensación de inquietud.