Chapter 2 - Al final

Reinhard miro la fiesta que se estaba desarrollando dentro de la señora de la abundancia, en su vida había visto algunas fiestas organizadas por parte de los nobles de Lugunica, pero ninguna de ellas se comparaba con esta.

Las tazas llenas de alcohol resonaban cuando los miembros de la familia Loki chocaban sus tazas unos con otros, las risas resonaban por todos lados. Un aura animada se extendió uniformemente por todo el bar, la dueña del bar, la mujer llamada Mia, estaba sirviendo comida con una expresión agria.

Eso era otro punto, la comida, era diferente a la que estaba acostumbrado a comer, pero era extremadamente deliciosa, y de alguna manera cálida.

Mucha de la gente reunida en el bar, no era de la familia Loki, era una mezcla de diversas familias y residentes de Orario que no pertenecían a una familia en particular.

― girando su cabeza, noto que Ais estaba ocupada siendo el centro de atención, al parecer muchos de los miembros de la familia Loki, gracias a los efectos del alcohol estaba siendo valiente y hablando con ella, a pesar de todo.

Él estaba sentado al lado de Finn y Gareth.

Reinhard no pudo evitar sonreír con diversión al ver como Ais era abrumada por la atención recibida.

― es agradable, ¿no?

Reinhard asintió ligeramente a las palabras de Finn. Hace mucho tiempo que no sentía este tipo de calidez.

Entonces lo sintió, una extraña e incómoda sensación que se extendió por todo su cuerpo, Reinhard sintió que algo malo estaba a punto de pasar.

El pulgar de Finn comenzó a temblar.

Hubo un momento de silencio, y luego Finn se puso de pie rápidamente.

Cuando lo hizo todos voltearon en su dirección. El aire se volvió pesado de golpe, los miembros de su familia reconocieron de inmediato la mirada en sus ojos.

― tenemos que irnos.

Él dijo con la voz grave.

No hubo ni una sola protesta.

Justo cuando estaban dirigiéndose a la salida, hubo un estruendo que recorrió el aire, el sonido era lejano, tal vez al otro lado de la ciudad, todos parecieron tensarse en ese momento.

Los rostros anteriormente enrojecidos de los miembros de la familia Loki, ahora parecían completamente sobrios.

Finn apretó sus puños.

Con rapidez comenzó a dar órdenes.

El junto con Gareth, y otros cuantos miembros se encargarían de

Moverse de inmediato para ver la situación, por otro lado, una parte de los miembros de la familia Loki volverían a la mansión para tomar las armar y volver al campo de batalla.

― yo voy. ― Ais grito, Riveria se volvió hacia ella.

― no. ― fue todo lo que dijo y eso fue suficiente para hacerle saber a la niña que no había ningún punto de discusión.

Ais apretó sus puños, pero no hizo nada más.

Reinhard la miro un momento.

― apresuren se a regresar a la mansión, al parecer esta será una noche agitada.

Finn murmuro mientras veía como las nubes de humo se alzaban en varios puntos de Orario, Reinhard se tensó ligeramente.

― los que se quedan se dividirán en tres grupos, cada uno con Riveria, Gareth y conmigo.

Fin termino sus órdenes, y todos comenzaron a moverse.

Ais se giró para regresar junto con el grupo que se dirigía hacia la mansión.

― Reinhard. ― la voz de Riveria lo detuvo, él se giró para mirar a la mujer. ― protege a Ais de ser necesario, te lo encargo.

― si.

Reinhard dijo con convicción, por primera vez, desde que Riveria lo había conocido.

― comenzaron a correr hacia la mansión.

Los gritos y el humo se alzaban por la ciudad, la histeria se rego por todos los habitantes, mientras que Reinhard se movía con rapidez, sin problemas para seguir el ritmo de los aventureros de nivel 1 y 2 de la familia Loki.

Sintió que algo malo estaba a punto de pasar, y rápidamente se movió.

― deténganse. ― el grito al grupo.

Justo a tiempo para que una explosión sacudiera el suelo, y una serie de edificios por delante de ellos exploraran enviando escombros y humo por todas direcciones.

― bien, pero que tenemos aquí. ― una voz llena de maldad se escuchó, girando sus ojos Reinhard localizo a la persona, era una mujer Tenía pelo rosado de longitud media y ojos amarillos. Llevaba una blusa negra con pantalones negros que tenían líneas rojas, con la parte superior e inferior dañadas hasta cierto punto, dejando su estómago expuesto, junto con un cinturón marrón alrededor del muslo derecho y un abrigo negro con adornos de piel.

Una sonrisa espeluznante estaba clavada en la cara de la mujer.

― bien, me pregunto cómo reaccionara Finn cuando se entere que algunos de sus pequeños subordinados murieron como perros.

La mujer mientras sacaba una espada.

Reinhard giro sus ojos, y noto como un grupo de personas con capuchas de color negro comenzaba a rodear al grupo.

Sus ojos se afilaron por un momento.

Todos los miembros de la familia Loki apretaron sus armas mientras maldecían en voz baja.

Reinhard observo una espada que estaba tirada en el suelo, entre los escombros, podía ver un charco de sangre extenderse a su alrededor. Un cuerpo aplastado por los escombros.

En ese momento, todo paso tan rápido que Reinhard ni siquiera tuvo tiempo de procesar lo que estaba pasando.

.

.

.

.

Thanatos observo con gran alegría como la muerte y la destrucción se esparcía por todo Orario.

― todo va tal y como planee. ― el murmuro.

― señor. ― una voz lo llamo desde atrás.

― todos nuestros miembros que fueron enviados, para atraerlo hacia la superficie están muertos.

El hombre dijo, mientras sostenía un muñón sangrante donde antes estaba su brazo.

― ya veo, supongo que llegara a la superficie pronto.

― si.

El hombre dijo mientras caía al suelo y continuaba desangrándose.

― bien, esto será muy interesante.

El dios murmuro mientras se volvía para seguir mirando la ciudad caer en el caos.

.

.

.

.

Ais no tuvo tiempo de procesar lo que estaba pasando, pero sintió la sangre sobre su rostro.

Un cuerpo estaba tirado en suelo, partido a la mitad.

Era de uno de los miembros de Evilus, ella había visto múltiples veces la sangre de los monstruos, pero nunca había visto a un humano morir justo frente a ella.

Girando sus ojos hacia otro lado, vio que había múltiples cuerpos tirados en el suelo, la sangre se extendía por todos lados.

La mayoría de los miembros de la familia Loki estaban igual de sorprendidos que ella, solo una figura estaba parada frente a todos ellos, frente a la mujer de cabello corto que los había emboscado.

Reinhard miro a la mujer, con unos ojos apagados y llenos de culpa.

En sus manos estaba una espada corta, llena de sangre.

Su cabello rojo brillaba mientras las llamas se extendían a su alrededor.

― ¿Qué demonios?

Ais escucho que la mujer dijo.

― por favor vayan a la mansión y sigan con el plan de Finn-san, yo me encargaré de esto.

Palabras pronunciadas por un niño tan pequeño, nunca antes habían sonado llenas de tanta seguridad.

no hubo tiempo de decir nada más, cuando el cuerpo de Reinhard se precipito hacia delante, moviéndose a una velocidad que ninguno de ellos podía ver con claridad.

Hubo una explosión y el sonido del metal chocando con el metal.

Unos cuantos destellos se extendieron por el aire, mientras Reinhard y la mujer se movían a una velocidad igual a la del sonido, múltiples chispas volaban en el aire, el enfrentamiento solo duro un par de segundos.

El cuerpo de la mujer de cabello corto cayo en el techo de uno de los edificios, a solo unos cuantos metros de ella Reinhard aterrizo, con la espada rota en sus manos.

― ¿Quién demonios eres mocoso?

Ella gruño, mientras se limpiaba la sangre que escurría desde un corte en su rostro.

Reinhard no respondió, mientras miraba la espada rota en sus manos.

― eso no importa, lo siento, pero no puedo dejarte vivir.

― oh, estaba a punto de decir lo mismo. En realidad, no, dado que estabas con la familia Loki pensé que formabas parte de ellos, y si soy sincera lo último que deseo es que un monstruo como tú, forme parte de esa familia, será mejor matarte a hora que dejarte madurar.

― ya veo. ― Reinhard dijo con el ceño fruncido. Y luego sostuvo la espada rota frente a él.

Una vez más ambos se precipitaron hacia delante.

.

.

.

.

.

Fin sostuvo su lanza cubierta de sangre, mientras varios cuerpos caen al suelo.

La batalla se desarrolla por todos lados, y a diferencia de los demás ataques que Evilus realizo, en estos momentos él no sabía que era lo que buscaban.

Por otro lado, también estaba preocupado porque Valletta no hubiera mostrado su cara aún.

Con cada momento que pasaba, sintió como su pulgar comenzaba a temblar y doler.

Algo grande estaba a punto de pasar, él lo sabía.

Y eso paso.

Un escalofrió recorrió la columna vertebral del hobbit.

.

.

.

.

Un rugido se alzó entre la destrucción de Orario.

Entre los sollozos de los heridos.

Entre los llantos de los que habían perdido a alguien.

Entre los gritos de batalla.

Ese aullido penetro en lo profundo de los corazones de cada ser vivo en Orario. Despertó el miedo incluso entre los más valientes.

El eco del rugido zumbó por la ciudad, extendiéndose como una ola que arrasaba con la voluntad de pelear.

.

.

.

.

.

Reinhard se paró en medio de un edificio hecho pedazos, la espada que estaba usando se había roto y desaparecido por completo.

Valletta estaba saliendo de entre los escombros de una pared derrumbada.

Heridas y hematomas se extendían por todo su cuerpo.

― haha al parecer el monstruo que Thanatos convoco por fin llego a la fiesta.

Ella grito con una sonrisa, luego miro al niño con confusión.

Él podría haberla matado, odiaba admitirlo, pero fue algo dolorosamente obvio.

Pero siempre se detenía justo antes de que su espada cortara su cuello.

― oye, ¿Cómo pudiste matar a todos esos tipos, pero no puedes matarme a mí?

Los hombros de Reinhard temblaron.

― bueno no importa, me voy de aquí.

― no te lo permitiré. ― Reinhard dijo mientras se volvía para mirarla.

― en realidad crees que tienes tiempo para perseguirme.

Una explosión ensordecedora se escuchó al otro lado de Orario.

― lastima, si no hubieras dudado tanto, yo estaría muerta. Aun eres demasiado ingenuo.

En ese momento ella comenzó a correr, Reinhard dio un paso para seguirla, pero se detuvo y giro sus ojos hacia la dirección de dónde provino ese rugido.

Una presión aplastante golpeo su pecho, y supo hacia donde tenía que moverse.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Nació con una explosión, el suelo se rompió mientras los pedazos de adoquines salían disparados en todas direcciones, una nube de polvo obstruyo su vista por un momento. Y todos los miembros de la familia Loki se detuvieron en seco.

― ¿Qué demonios? ― un miembro de nivel dos, grito, mientras colocaba su espada frente a él, y todos los demás seguían su ejemplo, Ais incluida.

Y entonces, lo escucharon.

Un rugido.

Y luego la sangre voló en el aire.

Sin previo aviso, el olor a oxido se extendió, mientras el cuerpo de una mujer aventurera era partido a la mitad, incluso la armadura que estaba usando, fue destruida sin ofrecer resistencia.

Hubo un pequeño gorgoteo desde la garganta de la mujer cuando la sangre la ahogo por un momento, antes de que muriera, ni siquiera pudo gritar.

Luego todos lo vieron.

No era el monstruo más grande que ella había visto, tampoco era el más robusto.

Su altura era de menos de dos metros. Sus extremidades eran delgadas, pero púas afiladas sobresalían de diferentes lugares, había una especia de exoesqueleto que recorría la estructura del monstruo, y sus piernas estaban en forma de z, sus músculos se tensaban bajo la piel gris.

Sus garras, manchadas de escarlata, chocaron con el suelo, y lo desgarraron.

Y luego estaban sus ojos.

Rojos, como la sangre que manchaba el suelo.

Cuando la criatura se giró para mirarlos, lo sintieron.

Sus corazones se aceleraron, sus cuerpos se tensaron.

Como si fueran a tener un infarto por el solo hecho de recibir esa mirada.

Una mirada llena de algo que todos pudieron reconocer sin falta.

Odio.

un instante, y la criatura se mueve, rompiendo el suelo de bajo de sus poderosas piernas. Con su estructura en forma de z, rompe la barrera del sonido, y la sangre se extiende decenas de metros en el aire.

Ais sostiene su espada con fuerza.

Su cuerpo está paralizado, sintiendo como su corazón bombea dentro de su pecho con tal intensidad que pareciera a punto de estallar.

Con los ojos abiertos ve, como la criatura destroza a los miembros de la familia Loki.

Solo toma unos segundos, y todos están muertos.

Ais es la única que está de pie, el olor a oxido se extendía por el aire.

La criatura se gira para mirarla.

Ais aprieta la espada en sus manos, tiene miedo.

Y está paralizada, pero algo en su interior la obliga a sostener su espada.

Algo más importante que su propia vida, algo más importante que el miedo primordial.

El motivo de su existencia, matar a los monstruos, volverse más fuerte.

El odio, Ais ve los cuerpos en el suelo, y el odio surge, martillando su corazón y obligándola a moverse.

Mueve su mano y realiza un golpe, la criatura se mueve con ferocidad, y la sangre brota.

Su espada fue destruida en una fracción de segundo, y un corte es producido en su hombro.

Los ojos de la niña se abren con sorpresa, mientras su cuerpo era empujado por una mujer, miembro de la familia Loki, nivel dos, tal vez a punto de llegar a nivel 3.

Cuando las garras de la criatura, estaban a punto de acabar con su vida, la mujer la había empujado, y solo recibió una herida en su hombro, en cambio la mujer, fue atravesada por la garra del monstruo.

Sus ojos dorados se encuentran con los de la mujer, y ella dice con la poca vida que le quedaba.

― co . . . corre

El rostro de la mujer que estaba frente a ella, se retuerce de dolor, mientras la sangre mancha el rostro de Ais.

Un momento después la criatura parte a la mujer en dos.

Ais solo pudo escuchar el sonido de los huesos rompiéndose y la carne siendo desgarrada, mientras la sangre caía como lluvia.

Ais deja caer la espada rota.

Y cae de rodillas.

Recuerda a esa mujer.

Fue amable, incluso cuando ella no lo era.

Y ahora, ella le había salvado la vida.

Pero Ais no recuerda su nombre, incluso cuando la mujer se lo había dicho, pero ella la había ignorado, porque lo único en su cabeza era ser más fuerte.

las garras se acercaban a su cuerpo, con la fuerza y la brutalidad suficiente como para partirla a la mitad.

Ella pudo ver el vicioso brillo en los ojos de la criatura, un odio tan crudo, tan ampollante, un odio que incluso superaba al de ella.

Entonces no pudo evitar pensar, que ella era como este monstruo, matando sin sentido, guiándose por sus propios deseos egoístas e ignorando a todos los demás, ser más fuerte, ser más fuerte, para poder matar al objetivo de su odio.

Al final del día, no era diferente de estos monstruos que tanto odiaba.

Un destello de color rojo.

Los ojos de Ais se abrieron cuando noto la espalda de un niño parado frente a ella, apareciendo como si siempre hubiera estado ahí, la mano del chico la empujo ligeramente hacia atrás, evitando por unos pocos milímetros las garras como cuchillas, que cortaban el metal como si fuera mantequilla.

El niño se encorvó ligeramente, y con su pie, pateo el pecho de la criatura, con una fuerza sobre natural, digna del aventurero de clase alta más fuerte de Orario, el cuerpo del monstruo fue enviado a volar golpeándose contra las paredes de los edificios, rompiendo la roca bajo la fuerza del impacto.

Ais aterrizo suavemente sobre el suelo, sus ojos viajaron al chico que acababa de salvarle la vida.

Reinhard por otro lado estaba mirando los alrededores, su rostro retorcido en una mueca de culpa y arrepentimiento.

Ella sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas en ese momento.

Los miembros de la familia a la que se había unido murieron, y ella no pudo hacer nada.

Si fuera posible, en ese momento ella sintió odio hacia sí misma, mientras la mujer se había sacrificado para protegerla, ella únicamente había pensado en sí misma, en su sueño.

¿Qué tan egoísta podía ser?

Sintió una mano cálida sobre su hombro, Reinhard la estaba mirando con una sonrisa. Como si ahora, todas las cargas que estaban sobre ella, pudieran desaparecer.

—Lamento haber llegado tarde. — el niño se disculpó, como si todo lo que estuviera pasando fuera su culpa. Ella abrió sus labios, pero no pudo decir nada, si hablaba, si decía que todo era su culpa, si dejaba salir todo lo que sentía, entonces eso se volvería realidad. — no te preocupes, yo me encargare de todo ahora.

Reinhard termino, mientras colocaba una mano frente a ella.

— Ya has hecho suficiente, gracias por luchar hasta este momento. Ahora es mi turno. — lentamente hizo que Ais soltara el agarre de su espada rota, en ese momento noto que su mano apenas si tenía la fuerza para seguir sosteniendo la espada rota. — tomare prestada tu espada, lo lamento, pero es probable que no te la pueda devolver.

El chico murmuro con un poco de culpa en sus palabras.

― no, tú no puedes, te matara. ― ella dijo, incluso si Reinhard era fuerte, esa criatura estaba más allá de eso, incluso Finn o Gareth no podrían derrotarlo. ― no quiero perderte a ti también.

Reinhard miro a la niña, con los ojos muy abiertos.

― ¿porque?

Reinhard pregunto.

― porque. . . porque eres mi amigo. ― ella dijo.

El pelirrojo la miro fijamente.

Era la primera vez que tenía un amigo. Sintiendo el peso de esa declaración, el pecho de Reinhard dolía.

Hasta ahora no había sido honesto con Ais, él lo sabía, una relación de amistad verdadera no se puede forjar con verdades a medias.

—Lo siento. — él se disculpó una vez más, parecía que era lo único que sabía hacer. — Ais . . .

Él dijo su nombre, por primera vez.

Por alguna razón el pecho de Aiz comenzó a doler.

― recuerdas que me preguntaste como podías volverte tan fuerte como yo. ― él dijo lentamente mientras se ponía de pie, y sostenía una espada cubierta de sangre en sus manos.

Las manos de Ais, cubiertas de sangre se envolvieron alrededor del brazo de Reinhard. Manchando la ropa blanca del niño, pero esto no parecía importarle al chico.

— Yo . . .

Ella dijo, y el corazón de Reinhard se encogía, sintiendo un dolor sordo en su pecho.

—en realidad se la respuesta a esa pregunta. ― Reinhard murmuro y luego miro a Ais, una sonrisa falsa pegada a sus labios. La niña no pudo evitar notar el dolor en los ojos de Reinhard. ―

Ais apretó con más fuerza el brazo del chico y sintió un miedo irracional, la niña de cabello dorado no quería escuchar sus siguientes palabras, y negó frenéticamente con la cabeza. ―

Un rugido cargado de intenciones asesinas partió el silencio, y estremeció el aire.

― solo tienes que convertirte en un "monstruo".

El chico sentencio.

El corazón de Ais casi se detuvo.

― ¿q-que?

Ella dijo en estado de shock.

Reinhard no dijo nada más, y sonrió con tristeza.

Con un balanceo de la espada, el viento fue cortado, y una brisa empujo todo el polvo que rodeaba el lugar. Reinhard sostuvo la espada frente a él, Ais nunca antes había visto a Reinhard usar la espada, al menos no con claridad.

Pero ahora, lo podía ver.

Podía ver una técnica igual a la de su padre, no, una técnica incluso más prominente.

Era como ver la cúspide de la perfección, un reino diferente al de los humanos, demi-humanos, un reino que se equiparaba al de los dioses.

También supo que este niño, era mucho más poderoso que ella, más poderoso que cualquiera.

El cuerpo de Ais se tensó cuando el monstruo soltó un rugido gutural, su sangre se helo, y sus instintos le decían que debía de huir, cada parte de su cuerpo se lo gritaba con locura.

Apretó los dientes con tal fuerza que una línea de sangre salió por la esquina de su boca, ella no era tan débil, no quería serlo.

Se puso de pie.

Reinhard probablemente lo noto, pero no hizo señal de reconocerla.

Empuñando una espada que no era suya, bañada con la sangre de todos los que no pudo salvar, Reinhard tomo una postura.

El monstruo se retorció, sus heridas, fueron sanadas, los huesos se rompieron y se reacomodaron, crecieron y se deformaron, con una capacidad de adaptación digna del mayor depredador del mundo, la bestia comenzó a cambiar, sus articulaciones se hicieron más fuertes, los músculos que conformaban sus piernas y sus brazos se tensaron, incluso rompiendo algunos tendones, solo para volver a regenerarse y hacerse más fuertes.

Reinhard miro el filo de la espada rota, definitivamente era una espada de alta calidad, pero él sabía, que no era suficiente, na había ninguna espada capaz de soportar un golpe a toda su potencia.

Pero en este lugar, donde el odio se había materializado y tomado forma, incluso él podía sentir su poder ser mermado por las olas de negatividad, y magia oscura que se mezclaban con la sangre, el odio, la desgracia, y el dolor.

Pero eso no importaba, incluso estando debilitado, incluso teniendo la tierna edad de 8 años, el seguía siendo Reinhard van Astrea, del linaje de los santos de la espada, el que mato a su abuela. El que destruyo a su familia. Con todos esos pecados sobre sus hombros, incluso si moría en esta situación, él podía decir que eso sería justo.

Tal vez, todos estarían mejor si el no volviera a Lugunica, y tampoco a la familia Loki, a Orario.

La criatura se disparó hacia delante, sus patas golpearon el suelo, y un estallido se produjo, una onda de choque se extendió solo una fracción de segundo después de que la figura despegara.

Con una velocidad que rompió la barrera del sonido varias veces, la bestia se movió en un loco frenesí, conducido por el aberrante odio que contenía, su combustible para actuar, para matar.

Reinhard presiono el suelo con sus pies y se disparó hacia delante.

— por favor resiste este golpe. — el murmuro, mientras balanceaba la espada.

Un destello de luz ilumino hasta el rincón más oscuro, una onda de destrucción barrio el suelo, y sacudió todo el piso. Furiosas ventiscas de viento se desataron y levantaron una nube de polvo que se extendió por varias decenas de metros.

Era como una supernova, que con su poder destruía todo.

El cuerpo de Ais fue empujado por la fuerza del impacto, haciéndola retroceder.

El pequeño cuerpo del niño salió disparado de la explosión. Sus pies se deslizaron sobre la roca y se detuvo luego de algunos metros, levanto la vista, sus ojos azules se enfocaron en el cráter que se formó luego de su ataque.

La espada en sus manos, comenzó a resquebrajarse y romperse, antes de convertirse en nada, desde la punta de la hoja hasta la empuñadura, se redujo a nada.

Cuando miro hacia el cráter una vez más, el cuerpo de la criatura había sido destruido, la carne había sido evaporizada en algunas partes, y al menos un 30 por ciento de la masa total, desapareció, convertida en polvo igual que su espada.

Pero eso no se mantuvo por mucho tiempo.

La carne estallo, se replegó y se contrajo, formando tejidos, huesos, todo en cuestión de segundos.

Los ojos de Reinhard se estrecharon por un momento.

Esta criatura, no era un monstruo, su existencia no podía clasificarse en algo tan simple, esta criatura era el monstruo definitivo, una aberración formada por el odio y la ira acumulados por el laberinto, los incontables monstruos que eran masacrados todos los días en todos los pisos.

Los monstruos tenían emociones, podían sentir dolor, de una forma u otra.

Este monstruo frente a él, era la encarnación de todo ese dolor.

Miasma en sí mismo, el pandemonio convertido en carne y sangre.

Los ojos, llenos de ese sobrenatural odio se enfocaron hacia Reinhard, el rojo violento y el azul impasible chocaron.

Ais no pudo moverse, luego de esa demostración de poder, solo pudo observar en completo silencio.

Viendo la espalda de Reinhard, recordó su padre una vez más.

Pero también noto la diferencia entre ambos.

Su padre siempre lucho para proteger, entreno y se abrió paso para volverse más fuerte.

Reinhard era un héroe, incluso si se llamaba a si mismo monstruo.

Pero no era un héroe como su padre, Reinhard nació siendo uno, era como si su destino hubiera sido plasmado en piedra, desde el momento de su nacimiento.

Un héroe, es lo que era, un héroe es todo lo que podía ser.

Un héroe sin una convicción real.

Un héroe que no tuvo que luchar para volverse más fuerte, porque era el más fuerte desde el principio.

Un héroe falso.

pensó Ais infantilmente.

Un momento después, el monstruo alzo su brazo en el aire, luego lo dejo caer contra el suelo. Con tal fuerza y velocidad, que una honda de choque envió volando pedazos de roca como si fueran la munición de una escopeta.

Reinhard se inclinó ligeramente y aceleró.

Corriendo por los edificios medio destruidos, esquivo la lluvia de escombros, con sus protecciones divinas debilitadas no quería tomar riesgos. Entonces uso todo su ingenio para esquivar el tsunami de destrucción que barrio el suelo.

Los pocos escombros que casi lo golpearon, fueron desviados por su protección divina.

Sus ojos examinaron todo lo que salió volando, algunos cuerpos de Evilus y miembros de la familia Loki también salieron volando, Reinhard logro visualizar una espada corta de hierro, volando en el aire, dando un salto se movió en el aire y con su mano tomo la empuñadora de la espada.

Cuando el polvo se estaba asentando, Reinhard sintió un mal presentimientos, movió su cabeza hacia un lado, y uso la espada para bloquear un golpe de las garras del monstruo. Chispas salieron volando por el aire.

Reinhard fue enviado a volar unas decenas de metros, pero incluso mientras estaba volando como una bala de cañón, la espada comenzó a cubrirse de partículas de luz. Giro en el aire con gracia, y aterrizo sobre sus pies, un destello de rojo parpadeo en su visión, el destello de los ojos rojos se acercó a él con la velocidad del sonido mismo.

Un destello de luz envolvió toda una vez más.

.

.

.

.

.

Finn observo con los ojos entrecerrados la pelea.

Un destello de color blanco brillo por un momento, mientras una cuadra entera temblaba, detrás de él llegaron Riveria y Gareth, Riveria corrió hacia Ais que estaba de rodillas en el suelo. Usando magia de curación sano el hombro de la niña.

Gareth miro los cuerpos en el suelo con una mirada ensombrecida, apretando el hacha de guerra en sus manos.

― así que este era su plan. ― Finn murmuro, mientras apretaba sus puños con fuerza. Una fría ira llenaba su corazón, pero se mantuvo impasible, mientras pensaba en que hacer a continuación.

Miro a Ais que estaba en el suelo, no parecía poder responder preguntas, pero más o menos tenía la imagen general de lo que estaba pasando.

La mayoría de las batallas ya habían terminado, pero la batalla más importante se estaba desarrollando.

Los gritos de dolor, los llantos de agonía llenaban los oídos del hobbit, mientras a lo lejos las explosiones resonaban con fuerza.

Finn entrecerró los ojos, mientras la lanza en sus manos crujía bajo la fuerza de su agarre.

.

.

.

.

.

Su cuerpo voló cientos de metros en el aire, y se estrelló violentamente contra la pared de un edificio, rocas salieron volando, y el polvo cubrió su visión, pero ahora eso no le impedía ver a la bestia que en su violento frenesí estaba reduciendo la distancia que los separaba en una fracción de segundo.

Moviéndose, se lanzó fuera del cráter que había formado, Justo a tiempo para evitar el golpe del monstruo.

Una ola de destrucción se extendió, Reinhard aterrizo a unos 10 metros del cráter.

Los gritos se extendieron por todo el lugar.

Reinhard había estado moviéndose tratando de alejar a la bestia de las zonas más pobladas, pero al parecer eso no estaba llevando a ningún lado.

Sus ropas estaban maltratadas y llenas de polvo, Había varios cortes extendiéndose por todo su cuerpo, su respiración era un poco irregular, y un corte en su frente estaba haciendo que la sangre callera sobre uno de sus ojos.

La criatura se alzó sobre los escombros de su último ataque.

Reinhard lo miro con el ceño fruncido.

No era lo suficientemente fuerte, se dio cuenta.

Por primera vez en su vida, Reinhard sintió que no podría ganar una pelea, no como era actualmente.

Por primera vez en su vida Reinhard deseaba ser más fuerte.

Frente a la criatura que mato a las personas que fueron amables con él, frente a este monstruo que tanto dolor estaba causando, el deseaba más poder.

La criatura se movió, una explosión y la barrera del sonido se rompió, ante su violenta y desmedida velocidad.

Reinhard se movió, su cuerpo se sintió mucho más ligero. Sus pies se sentían más ligeros, y en realidad, supero la velocidad de la criatura, moviendo sus pies, ambos redujeron la distancia que los separaba, moviendo su pie Reinhard conecto una patada.

Un estruendo, la carne fue despedazada, y los huesos reducidos a pequeños fragmentos, un grito escapo de las fauces del monstruo, pero no se detuvo ni por un segundo, moviendo su destrozado cuerpo contraataco, sus brazos como látigos de destrucción se balancearon alocadamente, destruyendo el suelo y cortando el viento.

Reinhard esquivaba todos y cada uno de los golpes, y buscaba el momento adecuado para volver a atacar.

Varias explosiones se produjeron, mientras Reinhard y el monstruo se movían a máxima velocidad, destrozando las paredes y el suelo en su camino. Un tsunami de destrucción se extendía mientras ambos continuaban con su combate.

El monstruo balanceo uno de sus brazos, Reinhard no podía esquivarlo, moviendo sus propios brazos los coloco frente a él, para bloquear el golpe.

El pequeño cuerpo del niño, fue enterrado en el suelo, grietas se extendieron como tela de araña, Reinhard sintió una cantidad de dolor, pero no cedió.

Gruño cuando su cuerpo fue empujado por la fuerza de la criatura enterrándolo más en el suelo, apretó los dientes.

El monstruo, abrió su boca, dientes irregulares y afilados como navajas se asomaron, entonces hizo algo que Reinhard no pensó posible.

Hablo.

Primero fue como un gorgoteo, un suspiro doloroso.

Luego una voz gutural salió, exprimiendo las palabras con dolorosa lentitud.

—O...o...odio.

Solo fue una palabra, Reinhard lo entendió.

Detrás de esa simple palabra, estaba algo más profundo, el significado de la existencia de este monstruo.

Odio, ODIO.

Era todo lo que podía sentir, con su capacidad para sentir las emociones de los demás, Reinhard se estremeció cuando ese odio, crudo, puro, ampollante y visceral, se filtraba desde cada célula de este monstruo.

Su sangre, su carne, sus huesos, todo era para mostrar cuanto odiaba.

Sus garras como la espada más filosa, cortaban y mutilaban el mundo mismo.

Sus ojos, brillando con un rojo brillante y aberrante, eran como puertas al infierno, mostrando al mundo su odio, su furia.

Sus pies pisaban el suelo, destruyéndolo y agrietándolo.

— Odio . . . ― el monstruo hablo, un sonido entre la rabia más animal, y el razonamiento más ligero, como si su conciencia solo pudiera ser usada para expresar cuanto odiaba.

Por su boca escurría sangre y saliva.

Reinhard apretó los dientes, mientras sus brazos recibían numerosos cortes, lo huesos del monstruo comenzaron a desgarrar su propia carne, y sobresalir, afilados e irregulares.

El cuerpo del niño fue empujado hacia atrás.

Sus ojos se movieron con un brillo en ellos, rojos como la sangre fresca.

Odio, odio.

El volvió a pronunciar, en su propio idioma, que le dio forma a lo que sentía a través de un vocabulario, incomprensible, incluso para los de su propia especie, Reinhard sintió que había algo más, algo incluso más allá de ese inconmensurable odio.

Pero no podía seguir perdiendo el tiempo.

Reuniendo sus fuerzas, empujo a la criatura, y giro una vez más, conectando una patada en el torso de esta, esta retrocedió un par de metros, pero no fue lanzada a volar.

Un gruñido gutural resonó en medio de la destrucción, donde la pelea los había llevado.

No era un rugido cargado de poder, no era algo que lograría llegar a los tímpanos de todos en Orario, o incluso en el laberinto, era un gruñido cargado con el odio gestado y nacido de un dolor más allá de la comprensión. Con el horror frio y violento que se podía sentir a través de los ojos de esta criatura. Reinhard se estremeció ligeramente.

En ese momento el chico, también entendió otra cosa.

Sin importar cuántas veces golpeara a este ser, sin importar cuanto destruyera su carne, o rompiera sus huesos, o incluso lo convirtiera en polvo, nada de eso lo frenaría.

No hay nada que pueda frenar algo tan primitivo y colosal como el odio contenido dentro de ese cuerpo deformado y horripilante. Esta era la venganza de este monstruo, con el desprecio y la ira acumuladas luego de innumerables vidas y muertes.

Con el dolor producido por los cientos de miles de espadas que cortaron su cuerpo, con la fuerza de la magia que quemo, congelo, destrozo su carne.

Evilus, esas personas lo habían despertado, había dormido acumulando odio, y la gota que derramo el vaso fue cuando usaron la energía de cientos de miles de muertes, para ese ritual, magia prohibida.

Él quería matarlos a todos, quería compartir su dolor, quería crear un lugar al cual pertenecer, un lugar donde todos estuvieran rotos.

Incluso si moría, incluso si su alma era destrozada, siempre volvería, y solo recordaría el odio.

Un rencor tan insano, tan sobrenatural, que ninguna criatura sobre la tierra nunca antes a sentido, y nunca volvería a sentir. Sus ojos rendijas que se abrían paso en la oscuridad, en la neblina.

El cuerpo de Reinhard se tensa ligeramente, este monstruo no quiere pelear, no quiere hacerse más fuerte, este monstruo no tiene deseos tan triviales.

Solo quiere liberar su odio.

Su cuerpo se tensa, y sus ojos, puertas al infierno, se giran viciosamente en su dirección.

Vive para odiar, y ser odiado.

Vive para matar, y para morir.

Vive para vengarse, y no descansara hasta que esté satisfecho.

Un paso, y su cuerpo se precipita hacia delante.

Y él nunca estará satisfecho.

Se lanza en dirección a Reinhard, moviéndose a la velocidad del rayo chocando contra el niño, una serie de edificios fueron destrozados como su fueran de papel, una poderosa corriente de viento sacude los cielos, y destroza el suelo mientras el remolino de destrucción se extiende por decenas de metros.

Reinhard aterriza sobre el suelo, y se arrastra unas decenas de metros.

Escupe sangre, mientras sostiene su brazo herido por el ataque.

Da un salto, y dio varios giros en el aire, esquivando las garras del monstruo.

Reinhard retrocede unas decenas de metros.

No puede seguir peleando sin un arma, eso es algo obvio, pero también lo es que no hay ningún arma en este mundo que pueda aguantar dos golpes con todo su poder.

Entonces, él se da cuenta de algo, algo que él ya sabía, hay una forma de pelear contra esta bestia.

Había sido renuente a usarlo, porque sentía que no era lo correcto, poniéndose de pie, Reinhard mira a la criatura.

Y entonces él dice, no para la criatura, o para el mismo, sino para alguien que ya no puede escuchar sus palabras.

― lo siento abuela . . . ― el comenzó, con la voz amortiguada por la culpa. ― siento seguir tomando cosas que te pertenecen, incluso luego de haberte asesinado.

La bendición divina del shinigami.

Reinhard mueve sus ojos hacia el monstruo, y se mueve como un rayo, usando una espada que estaba entre los escombros un corte es producido en la carne del monstruo, el brazo de la criatura sale volando por los aires.

Reinhard había apuntado a la cabeza, pero los insanos instintos del monstruo lo hicieron reaccionar.

Girando sus ojos, Reinhard se observa como la herida del monstruo no sana, la carne se abulta, y se repliega, pero solo la sangre brota y se esparce por el aire.

El monstruo lo ignora, con una vida llena de dolor, algo como esto no significa nada para él.

Reinhard frunce el ceño, la bestia gruñe por lo bajo, y aparece delante de el con una insana velocidad, retrocediendo ligeramente Reinhard esquiva por solo unos pocos milímetros las garras del monstruo, incluso con eso, dos líneas de color rojo se forman en su pecho, y su camisa fue rasgada, la sangre comienza a brotar de las heridas.

Acompañado de un quejido, Reinhard bloquea un golpe de la criatura, teniendo cuidado de no tocar los huesos afilados.

Incluso así, sus manos son cortadas, y la sangre sigue brotando.

Pero Reinhard aumenta su fuerza, usando una fuerza colosal, sostiene con firmeza el brazo de la bestia, girando sobre sí mismo, acumula energía cinética y la lanza hacia el muro que rodeaba Orario, su lucha los había llevado hasta una de las orillas de la ciudad.

La criatura se estrella contra el suelo, el pelirrojo moviendo sus manos comienza a correr, en busca de una espada, como ninguna espada puede soportar todo su poder, su única esperanza es usar múltiples espadas y realizar varios ataques consecutivos para destruir al monstruo, hasta la última célula.

Con su velocidad le toma unos 10 segundos correr por los alrededores, y ese mismo tiempo le toma encontrar una espada, estaba oxidada con el filo perdido, una espada de un aventurero de nivel bajo.

La toma entre sus manos, y se mueve hacia un lado, esquivando un golpe de la criatura, casi sin pensarlo. Aun así, enormes grietas son producidas en el suelo solo por la fuerza del golpe.

Los ojos de Reinhard brillan, mientras balancea la espada una vez más, una línea diagonal es creada en el pecho de la criatura.

En las manos de Reinhard van Astrea, incluso una espada oxidada, y olvidada, se podía convertir en una espada de leyenda.

Reinhard mira en dirección al monstruo, de su herida la sangre brota a borbotones, y no parece querer moverse, o tener intenciones de hacerlo.

Entrecerrando los ojos, el niño lo mira. Sus miradas se cruzan.

Y entonces todo lo golpea.

Las emociones se mueven como la marea de un mar embravecido, y lo embisten como un tsunami, Reinhard siente todo el odio, como si fuera suyo, pero no lo es, siente todo el dolor como si fuera suyo, pero no lo es, y sabe, que esto solo es la superficie.

Reinhard aprieta la espada con fuerza.

Su cuerpo comienza a temblar, no es miedo, no es ansiedad, no es emoción.

Reinhard mira al monstruo con una mirada llena de culpa.

― lo siento . . . ― murmura mientras aprieta sus dedos sobre la empuñadura, y partículas de luz se reúnen alrededor de la espada. ― yo . . lo siento, pero no puedo dejarte tener tu venganza.

Reinhard se disculpa, aunque sabe que sus palabras no son entendidas por el monstruo, tal vez si le dejaba seguir evolucionando, madurando, desarrollaría una habilidad de comunicarse mucho más eficiente, pero en este momento es como un bebé recién nacido.

Robando a su abuela, y matándola.

Destrozando a su familia.

Lastimando a su abuelo.

Ninguna de esas cosas las haría un héroe.

Reinhard mira al monstruo.

― siento ser egoísta en este momento, siento negarte la justicia que buscas. . . pero al menos por esta ocasión, no quiero ser un héroe, no quiero ser justo, solo quiero salvar a las personas que son importantes para mí, por eso tengo que matarte, y hacer que todo tu dolor, se convierta en nada, tu venganza se convierta en nada.

Reinhard no dice nada más, y se mueve con una velocidad destellante, aparece delante de la criatura.

Usando la parte sin filo de su espada, esta brilla con partículas de luz rodeándola. Y Reinhard suelta un golpe.

El cielo tiembla y el viento es destrozado.

Los cristales de los edificios cercanos se rompen, el suelo de unos 20 metros alrededor de ambos es desgarrado, y la criatura es enviada hacia el inconmensurable cielo.

Una nube de polvo se extiende cubriendo una cuadra entera.

Reinhard flexiona sus piernas, la espada que uso para mandar a volar a la criatura se despedaza, pero la que estaba en su otra mano, comienza a brillar, el aire a su alrededor se enfría.

Una elfa de cabello jade se estremece cuando siente esa increíble acumulación de mana.

Más poderosa y densa que cualquier otra magia que ella ha visto, tal vez solo comparable al de esa mujer.

Sin embargo, mientras los segundos pasan, el brillo de la espada aumenta, y pareciera que un sol estaba en las manos del niño, Reinhard gira sus ojos hacia el cielo.

Y luego da un salto, con la fuerza suficiente para elevarse sobre las nubes.

El viento no lo golpea, pero sus cabellos revolotean, debajo de él puede ver el mundo al que había llegado.

.

.

.

.

.

― ese es. ― Finn murmura con incredulidad, mientras ve como un destello de color blanco se elevaba desde Orario hasta alcanzar las nubes, e incluso luego de pasar esa barrera el brillo aun las traspasaba. ― Reinhard.

La mayoría de las batallas se habían detenido.

Cuando la luz se elevó en el cielo, todos se quedaron inmóviles.

Sintiendo el poder proveniente de esa luz.

Un dios de cabello morado observa con incredulidad esa luz, y luego una sonrisa brota en sus labios.

― ya lo entiendo, ya lo entiendo. ― el dios grita, mientras extiende sus manos en el aire, detrás de él, una mujer de cabello corto mira el cielo sintiendo un escalofrió recorrer su cuerpo. ― el monstruo que invocamos no era esa criatura.

El ríe jubilosamente.

―el monstruo que nosotros invocamos, es un monstruo que mata monstruos.

De hecho, su plan fue un fracaso, pero al menos muchas almas habían sido enviadas al reino de los cielos, y él estaba encantado con este resultado.

Como el dios de la muerte piadosa debería de estarlo.

.

.

.

.

Una diosa de cabello plateado observa la luz en el cielo con un brillo en sus ojos.

El líder de su familia, ve la luz con un brillo en sus ojos, pero es diferente al de la diosa, ve esperanza, una esperanza de ver un nuevo campeón surgir y reclamar el nombre del más fuerte.

.

.

.

.

.

Una niña de cabello castaño y ropa desarreglada, se asoma por la pequeña ventana de la habitación donde había asido arrojada, incluso entre la oscuridad, al ver esa luz siente algo cálido en su pecho.

.

.

.

.

.

.

Todos los ciudadanos de Orario observan esa luz, y sienten la esperanza arremolinarse en sus corazones.

Como si esa luz iluminara hasta los campos más oscuros, la tiniebla que rodeaba a Orario, se disipa ligeramente.

como un presagio de tiempos mejores, algunos encuentras esperanza.

Algunos otros encuentran temor.

Pero una niña de cabello rubio, solo puede encontrar una infinita tristeza que golpeaba su pecho.

.

.

.

.

.

.

Reinhard observa a la criatura que estaba flotando en el aire, mientras su cuerpo empezaba a caer, por la fuerza de la gravedad.

Sostiene su espada con fuerza, y la apunta hacia la criatura.

― lo lamento. . . pero si tienes que odiar a alguien, que sea a mí.

Él dice, mientras balancea su espada.

Y el mundo es iluminado.

Las nubes se desplazan, y la noche se convierte en día.

El golpe de un héroe fue lanzado, y el mundo se estremece.

.

.

.

.

.

.

.

El silencio se extiende.

Ais no puede escuchar nada, mientras la luz en el cielo se desvanecía lentamente, y lo único que quedaba era un cielo estrellado.

Ella puede verlo un momento, una pequeña figura que estaba cayendo.

Su cuerpo se mueve casi por voluntad propia.

Finn la mira irse, Riveria se apresura para seguir a la niña.

― entonces que hacemos. ― Gareth pregunta, Finn se da la vuelta, mira a los miembros de su familia que se habían reunido, con una voz fuerte les da a todos sus órdenes.

Todos lo escuchan, no solo los miembros de la familia Loki, sino de diferentes familias, todos se había reunido.

Se dispersan, para salvar a los heridos y reducir el número de bajas al mínimo.

― debemos de quedarnos y asegurarnos que todo salga bien.

Finn dice mientras gira la lanza en sus dedos.

Pero se detiene luego de un momento.

― yo quiero. .. ― Finn comienza, pero su voz se apaga. ― quiero ser una luz tan brillante como Reinhard.

Una luz que le de esperanza a su raza.

Gareth se mantiene en un silencio solemne.

.

.

.

.

.

.

La respiración de Ais era irregular cuando paso a través de los muros que rodeaban Orario. Cuando corrió con todas sus fuerzas hacia la dirección donde lo había visto.

Con sus estadísticas le toma unos minutos llegar al lugar.

El niño estaba parado sobre el pasto verde, mientras miraba hacia el cielo. Se giró cuando ella se acercó.

Pero ella se detuvo antes de alcanzarlo.

Las palabras que quería decir, y las palabras correctas, ella no sabía ninguna de las dos.

Confundida, sin saber que hacer ella solo lo mira.

Riveria se detiene a unos cuantos metros de distancia.

― ¿Por qué . . . porque dices que eres un monstruo?

Por alguna razón, fue lo primero que ella pudo decir.

Reinhard no dijo nada.

Ais miro al chico. Y el evito su mirada.

En ese momento el cuerpo de Reinhard comenzó a brillar ligeramente, el chico alzo sus manos y las vio, una débil sonrisa se dibujó en su cara, y se giró hacia Ais.

― al parecer, ha llegado el momento de regresar.

― ¿que?

Ais dijo.

Riveria entrecerró los ojos.

Una de sus teorías había sido comprobada en estos momentos.

La invocación, una magia antigua y prohibida.

Ella misma solo había logrado encontrar muy poca información fiable sobre ella, al parecer fu utilizada por magos sin escrúpulos que buscaban algo más allá de este mundo.

Sin embargo, la invocación tiene una condición, puede traer algo al mundo inferior, pero necesita un ancla, entre el lugar de invocación y el lugar donde se realiza la invocación.

Normalmente la fuerza más potente, eran las emociones.

Durante la invocación que trajo a Reinhard a este mundo, algo salió mal, y el ancla se materializo en un ser lleno de odio, el odio del laberinto.

Cuando ese monstruo fue destruido, el ancla que ataba la presencia de Reinhard, también lo fue.

Claro que Riveria no tenía manera de saber nada de esto, solo un dios de la muerte, sabia la verdad, y sabía que era lo que estaba buscando invocar.

― lo siento, Ais, pero creo que este es el adiós.

Reinhard sonrió.

Y su sonrisa, hizo que el dolor en el pecho de Ais aumentara.

― tu . . . realmente no tienes un sueño.

En su momento más desesperado Ais se había aferrado a su sueño, Reinhard dijo que ninguno de sus sueños podía ser alcanzado con la fuerza. Ella lo había descartado en ese momento, pero viendo la mirada en el rostro del niño.

Por algún motivo las palabras de Reinhard se repetían en su cabeza.

Reinhard la miro, y luego sus ojos se volvieron distantes.

― yo no tengo derecho a tener un sueño.

El murmuro.

― ¿porque?

Ais cuestiono con desesperación.

―porque mi sueño era ser . . . ― las palabras se atoraron en la garganta de Reinhard, apretó los puños mientras miraba hacia el suelo. ― mi sueño era ser como mi abuela.

Ais pudo sentir toda la sinceridad en esa declaración.

― yo . . . yo quiero ser tan fuerte como mi padre. ― ella dijo, ella no deseaba ser como ese monstruo, buscando la fuerza para matar, quería la fuerza para proteger.

Los momentos que paso con Riveria, con Finn, con Gareth, eran preciosos para ella, quería ser más fuerte para que nada le fuera arrebatado otra vez.

Ahora se da cuenta de esto.

― quiero ser más fuerte para no perder todo otra vez.

― ya veo, es un sueño muy admirable. ― Reinhard dijo luego de un momento.

― tu también puedes tener un sueño, no eres un monstruo ― ella grito mientras miraba al suelo. ― tu eres mi . . . mi amigo, y yo nunca seria amiga de un monstruo.

Ella dijo tajantemente.

― lastime a mi familia.

Él dijo. Ais no dijo nada.

― lastime a mi padre. A mi abuelo.

― yo . . . . yo soy culpable de la muerte de mi abuela.

― eso no es cierto. ― Ais dijo, no pudiendo creer que el mismo chico que se disculpó con ella, cuando claramente toda la culpa era suya. No del chico que siempre parecía triste, del mismo chico que actuaba como si todo fuera su culpa, ella no podía aceptar que él había hecho algo así. ― e incluso si fuera verdad, sigues siendo mi amigo.

Reinhard miro a Ais, su pecho dolía, sintió que las lágrimas comenzaban a acumularse en las esquinas de sus ojos.

― yo le arrebate todo a mi abuela, no merezco querer ser igual a ella.

Él dijo mientras las lágrimas caían al suelo.

― no tienes que ser igual a ella. ― Riveria dijo, mientras caminaba hacia el niño, coloco una mano sobre el cabello rojo de Reinhard. ― puedes ser una persona de la cual ella este orgullosa.

Ella dijo.

Los ojos e Reinhard se abrieron, y brillaron.

Un recuerdo que parecía lejano llego a él.

Un campo de flores, él y su abuela estaban dando un paseo.

― abuela. Puedo llegar a ser un héroe como tú.

Él había preguntado.

Su abuela se llevó un dedo a sus labios, y luego una sonrisa apareció en su cara.

― no. ― ella había dicho, el rostro de Reinhard quedo en shock, su abuela rio ligeramente y se inclinó hacia él. ― tú serás un héroe mucho mejor, amable, respetuoso y siempre haciendo lo más justo para todos, a incluso si no te conviertes en un héroe, yo siempre estaré orgullosa de ti.

Reinhard se froto los ojos y sollozo como lo que era, un niño de 8 años.

― Riveria sonrió, y el cuerpo de Reinhard comenzó a desvanecerse lentamente.

― déjame ayudarte. ― la elfo murmuro, mientras levantaba su bastón y realizaba un hechizo curativo, las heridas del niño sanaron en un momento, Reinhard sintió algo cálido envolviendo su cuerpo. ― supongo que esta es la despedida, Ais, no tienes nada más que decir.

Riveria se volvió hacia la niña.

Ais abrió su boca, pero fue Reinhard el que hablo.

― yo . . . ya lo decidí. ―él dijo y Ais por primera vez escucho la determinación en la voz de Reinhard, levantando sus ojos, ella se quedó en silencio, sus ojos ahora eran diferentes. ― seré un héroe como mi abuela. Entonces la próxima vez que no veamos seré alguien tan fuerte como tú.

Él dijo con una sonrisa sincera. Probablemente la sonrisa más genuina que había hecho en mucho tiempo,

Ais solo pudo sonreír.

― si.

Ella dijo y el cuerpo del niño se desvaneció.

― gracias por todo.

Reinhard dijo, mientras el mundo se volvía de color blanco.