Las tres chicas se quedaron heladas de shock cuando Elena les pidió que la siguieran sin regañarlas ni cuestionarlas. No era como su comportamiento habitual y el inesperado acto de conformidad las dejó desconcertadas.
Mientras Elena caminaba unos pasos adelante, notó que ellas no se movían. Se detuvo, se giró y levantó una ceja. —¿No quieren ver a su amiga, o están aquí para hacerme perder el tiempo? —preguntó, su tono afilado, su mirada penetrante.
Mohandia fue la primera en dar un paso adelante, rompiendo el silencio. Con determinación grabada en su rostro, murmuró —Por Kimberly, enfrentaré lo que sea. Liza y Kaitlyn intercambiaron miradas nerviosas antes de seguirla.
El rostro de Elena no traicionó emoción alguna mientras caminaba rápidamente hacia la habitación del médico, sus pensamientos revueltos. —Ellos piensan que soy cruel, pero no entienden. Estoy haciendo lo que es necesario —lo mejor.