—El nacido de la profecía desconocida. Aquel que acabará con la tiranía de un único gobernante. Llegará un tiempo cuando se escuchen las voces, y la paz retornará a todas las tierras —declaró la voz, calma pero firme.
Di media vuelta, mi corazón latiendo con fuerza mientras la voz ronca resonaba a través del vacío. Una extraña inquietud mezclada con curiosidad recorrió mi ser.
Busqué el origen de la voz pero solo encontré oscuridad.
Fruncí el ceño, más confundida que nunca. —No entiendo nada de esto. ¿Puedes decirlo de manera más clara? —Mi tono era suplicante, mi rostro un lienzo de desesperación.
—Haces demasiadas preguntas —espetó la voz—. Hay cosas que están destinadas a revelarse solo cuando llegue el momento adecuado.
Antes de que pudiera protestar, una repentina ráfaga de viento me envolvió. Mis pies dejaron el suelo y mi entorno se desdibujó en rayos de luz. Fui arrastrada, impotente, hasta que la voz habló de nuevo.