—Hubiera preferido que me hubieras traído estas cosas a mi atención antes, Kimberly —dijo la Señora Elena, su tono firme pero comprensivo.
—Pero de todos modos, gracias. Estoy segura de que llegaremos a la raíz de esto y lo superaremos —su rostro se suavizó, la tensión en sus ojos dando paso a una mirada de esperanza.
—Lo siento, Señora —respondí, la culpa tirando de mi voz—. No estaba segura de lo que me estaba pasando. Todo se sentía... tan irreal —mis ojos se bajaron, reflejando el peso de mis pensamientos.
Ella suspiró y sacudió la cabeza suavemente. —No te sientas mal por ello. Has pasado por mucho. Solo ten cuidado allá afuera y recuerda, vamos a superar esto —me ofreció una pequeña sonrisa tranquilizadora, luego se volvió para salir de su cámara. La seguí rápidamente, sin querer quedarme atrás.