Kimberly y Elena fueron empujadas hacia adelante, con las vendas bien aseguradas.
Cada paso que daban resonaba a través de lo que parecía un largo y estrecho corredor.
Podían oír voces amortiguadas y pasos, pero ninguna palabra tenía sentido.
El latido del corazón de Kimberly era ensordecedor en sus oídos, y la respiración de Elena era constante, pero deliberada.
Finalmente, los pasos de sus captores se detuvieron. Kimberly y Elena fueron empujadas a una habitación, y el fuerte sonido de una puerta cerrándose de un golpe les siguió.
El aire a su alrededor se sentía frío y húmedo.
La mente de Elena corría mientras intentaba entender la situación. Sus años de experiencia le decían que esto no era algo aleatorio.
Alguien había planeado esto, y tenía todo que ver con Kimberly. Pero, ¿por qué? Permaneció en silencio, esperando enfocar sus sentidos agudizados y captar cualquier cosa útil.