Por la mañana, sin nada particular que hacer, Xiao Zheng regresó a la oficina para jugar algunos videojuegos, leer novelas y tomar té, pasando su tiempo bastante a gusto.
En ese momento, el móvil que reposaba sobre el escritorio de repente sonó.
La pantalla del teléfono mostraba una imagen animada de una mujer voluptuosa vestida provocativamente lanzándole un beso.
Xiao Zheng soltó una risa amarga, maldiciendo para sí mismo que Kath había cambiado en secreto su lista de contactos.
Cuando abrió el video, vio a una belleza salvaje rubia, de ojos azules, recostada lánguidamente en una cama de agua, adoptando varias poses seductoras.
—Mi Dios Malvado, finalmente has respondido a mi llamada de video. Han pasado casi dos meses, prácticamente me dejaste morir de anhelo. ¿Has olvidado a tu pequeña dulzura? —dijo la mujer al otro lado de la pantalla.