El mundo nunca volvió a ser el mismo después de 2026. Las guerras entre países desangraron la Tierra, pero no fue la destrucción de las ciudades lo que más dolió. Fue el virus. Uno biológico que se filtró entre los humanos, arrasando con casi toda la humanidad. Las mujeres y los niños fueron los primeros en caer, y en un abrir y cerrar de ojos, la población mundial se redujo al 10% de lo que alguna vez fue. Solo unas pocas mujeres sobrevivieron.
Pero las ruinas del mundo no estuvieron deshabitadas por mucho tiempo. Mientras la civilización se desplomaba, 10 hombres con poder y riquezas inimaginables decidieron actuar. Ellos no eran gobernantes ni reyes. A través de la desesperación, descubrieron un secreto oculto en el caos: el virus no solo mataba, también mutaba. Aquellos que sobrevivieron eran diferentes, poseían poderes inexplicables, habilidades que desafiaban las leyes de la naturaleza.
Los fundadores hicieron otro hallazgo asombroso. Al analizar la sangre de los sobrevivientes, descubrieron algo increíble: cada uno de los hombres podía formar un vínculo con una mujer. Una conexión única, un lazo generado por su propia mutación, que no solo era de sangre, sino de destino. Pero, a diferencia de lo que pensaban, no era solo la mujer quien debía formar el vínculo con un solo hombre. No, el vínculo que los hombres formaban entre sí también tenía un propósito.
Y asi fue como las fracciones nacieron, compuestas por grupos de hombres entre 6 y 10, unidos no solo por su necesidad de supervivencia, sino por el vínculo de hermandad que los mantenía. Este vínculo también los conectaba con una sola mujer, una mujer destinada a ser el centro de su existencia. Cada facción tiene una mujer como su vínculo en común, el lazo que los une a través de sus poderes y destino. Mientras estos hombres convivían, compartiendo habilidades, destrezas y secretos, su objetivo era claro: esperar a encontrar a la mujer que los completara.
Mientras tanto en las sombras de Nueva York, en el año 2230, Aitana, una joven huérfana de 20 años, camina entre las sombras de su propia vida. Sin recuerdos, sin vínculos, sabe que hay algo extraño en su interior. Tiene un secreto que teme revelar, uno que podría cambiar su destino para siempre. Mientras el viento gélido de la ciudad le acaricia el rostro, un eco lejano de sangre comienza a llamarla, pero Aitana aún no está lista para enfrentar lo que el futuro le tiene preparado. Ella sabe que, tarde o temprano, deberá enfrentar la verdad de su existencia y los hombres que la buscan, pero hasta entonces, guarda su secreto con
Desesperación.