Capítulo 1: Despertar del Caos
El hedor a sangre y cenizas llenaba el aire. Gritos de agonía retumbaban entre los edificios en ruinas mientras el fuego devoraba lo que alguna vez fue un hogar. Las calles cubiertas de cuerpos, algunos aún agonizando, con sus entrañas esparcidas sobre el suelo calcinado. Los muros de piedra negra, antaño imponentes, se desmoronaban bajo el peso de la devastación. Fragmentos de banderas imperiales colgaban de postes rotos, ondeando con un viento impregnado de muerte. La luz del fuego creaba sombras danzantes, grotescas figuras reflejadas en el metal de las armaduras de los soldados imperiales que patrullaban la escena, con la tranquilidad de depredadores que ya han consumado su cacería.
Kai Solis se tambaleaba entre los escombros, su cuerpo cubierto de heridas, su respiración errática. Su pecho subía y bajaba con dificultad, cada bocanada de aire le quemaba los pulmones, llenándolos de ceniza y desesperación. Su ropa estaba hecha jirones, empapada en su propia sangre y en la de otros. Sus piernas temblaban, pero no por el cansancio, sino por la furia contenida. Sus ojos, reflejos de un alma al borde del abismo, se clavaban en el cuerpo inerte de su hermano.
No era un simple civil. No era una víctima más de la crueldad del Imperio.
Ren Solis había sido un soldado de élite del Imperio. Uno de los mejores. Respetado. Temido. Pero también, un traidor a los ojos de aquellos que lo consideraban una herramienta desechable.
Él había estado cerca de ser el guerrero más poderoso del Imperio. Su habilidad con la espada era legendaria, su presencia en el campo de batalla era como un huracán imparable. Pero más allá de su destreza, Ren poseía algo que lo condenó: honor. Descubrió los oscuros secretos que ocultaban los altos mandos, la verdad que se escondía detrás de cada "gloriosa" conquista imperial. Y cuando intentó alejarse, cuando decidió que no podía seguir sirviendo a un régimen podrido, el Imperio lo marcó para morir.
No cayó en combate. No murió luchando como el guerrero que era. Lo ejecutaron.
Kai vio la escena en su mente con terrible claridad. Su hermano, de rodillas, con una lanza imperial atravesándole el pecho, la sangre empapando su armadura negra. Su rostro aún reflejaba desafío, incluso en sus últimos momentos. Alrededor, un círculo de soldados de élite miraba con frialdad, sin una pizca de remordimiento. Uno de ellos, el capitán de la división, sacó su espada y, con un movimiento preciso, le cortó la garganta.
El cuerpo de Ren cayó pesadamente al suelo. Un guerrero sin tumba, sin honor. Una advertencia.
Kai cayó de rodillas, las manos aferrándose al pecho ensangrentado de su hermano. El calor de la sangre aún no se había desvanecido.
—¡No...!— Un rugido de ira y desesperación brotó de su garganta, retumbando por las ruinas. Su visión se nubló, no solo por las lágrimas, sino por la furia hirviente que carcomía su alma. Sinta su alma. Sintió un vacío indescriptible, una herida en su espíritu que jamás sanaría. Todo lo que alguna vez soñó, cada rastro de felicidad que pudo haber tenido, se desvaneció en ese instante. La vida había sido cruel, pero esta vez... le había arrebatado la última chispa de esperanza.
El Imperio lo había tomado todo. Le arrebataron a su única familia, su última razón para seguir adelante. Y mientras los soldados imperiales se marchaban entre risas, con sus armaduras teñidas de rojo, Kai comprendió algo: ya no era el mismo. Algo dentro de él se rompió esa noche.
Y algo más despertó.
Despertar del Caos
El dolor era insoportable. Su visión se distorsionó y un zumbido penetrante llenó su cabeza. su cabeza se Sintio cómo su consciencia se deslizaba en un vacío oscuro. Luego, el mundo se detuvo. Todo movimiento, todo sonido... se apagó.
Kai alzó la vista y vio las gotas de sangre flotando en el aire, inmóviles, como si el tiempo mismo hubiese cedido ante su desesperación. En su mente, una voz susurró:
"Has cruzado el umbral."
Un torrente de información se estrelló contra su mente. No eran solo recuerdos o emociones; eran datos, patrones, cálculos. Estrategias de combate, vías de escape, la posición exacta de cada soldado, la trayectoria de sus ataques antes de que siquiera los ejecutaran. Como si el universo mismo estuviera revelándole sus secretos.
**"Eres el portador de la Conciencia de Flujo Total. Esta habilidad trasciende los límites del pensamiento y la acción. Tu cuerpo y mente ahora operan como un solo ente, eliminando el retraso entre percepción y reacción. Cada movimiento, cada golpe, cada esquiva... ya han sido calculados antes de que sucedan."
"El tiempo no se ha detenido. Eres tú quien se ha vuelto más rápido."**
Kai sintió cómo su mente y cuerpo se sincronizaban en una armonía perfecta. Su respiración se calmó. Su corazón latió con una precisión mecánica.
Conciencia de Flujo Total (Fase 1) Desbloqueada.
Cuando el tiempo volvió a fluir, Kai ya no era el mismo. Sus ojos reflejaban algo nuevo. Algo letal.
Los soldados imperiales aún estaban cerca.
Y ahora, ellos eran la presa.