Observando a Zhu Shanshan, quien dirigía e interpretaba su propia escena con un entusiasmo extra, todo el ser de Yang Fan se sintió abrumado.
—¿Eres tan buena actuando, por qué no hicimos esto cuando ambos estábamos sobrios? ¿Por qué tenías que drogarme?
¿No es esto simplemente para tu disfrute y mi sufrimiento?
Yang Fan realmente se sentía decaído por esto.
Si no se hubiera despertado a mitad de camino, no habría tenido idea de lo que Zhu Shanshan le había hecho, e incluso podría haber sospechado que algo andaba mal con su propio cuerpo.
Zhu Shanshan sostenía esos pares de senos suaves y llenos con ambas manos, jugando con su lengua mientras envolvían a Yang Fan, su rostro rebosante de seducción, riendo desenfrenadamente.
La manera en que ella miraba en ese momento estaba muy lejos de la dama digna y elegante que usualmente presentaba.
