—¡Ve a resolverlo en el desierto! —dijo Yang Fan con la cara seria.
Esa maldita chica de repente se volvió tan insistente y meticulosa como un fantasma quisquilloso, y él ya no podía soportarlo.
—Hermano, en la profundidad de la noche, ¿realmente tienes el corazón para hacerme salir al campo? Dejaré de hablar, de verdad, lo haré —dijo Yang Yuan, agitando sus manos y sonriendo como una gatita buscando afecto y actuando de manera coqueta.
—No me importa, este es el ultimátum final —dijo Yang Fan con gravedad—. O sales ahí tú sola ahora mismo, o me agacharé y podemos tener una charla cara a cara sobre esa cosa que acaba de pasar.
La cara de Yang Yuan se sonrojó inmediatamente, y rápidamente puso su mano sobre sus piernas. —Hermano, creo que definitivamente no harías ese tipo de cosa. ¿Cuál es nuestra relación? ¡Es como si fuéramos primos biológicos!
—¡Corta el rollo! —Yang Fan interrumpió el comportamiento coqueto de Yang Yuan—. Soy capaz de cualquier cosa. ¿Te vas o no?
