—Pero... —Zhang Yulan cambió repentinamente de tema—. En cuanto a Diwu Ming, incluso si realmente te llamara la atención, no te recomendaría involucrarte con ella.
—Hermana Yulan, realmente no tengo esa idea, así que no intentes emparejarme. La forma en que hablas me hace sentir como si fuera... bueno, como si fuera enérgico y dejando mi huella en todas partes —murmuró Yang Fan en voz baja.
—No te avergüences delante de Xiao Liu y de mí, es natural. ¿Qué hombre no sueña con tener un harén, o múltiples esposas y concubinas? A nadie le quejaría por tener demasiadas. Todos somos adultos aquí, y como estamos en este tipo de relación, no es como si pudiera atarte —Zhang Yulan soltó una risita.
La cabeza de Yang Fan daba vueltas. Discutir estas cuestiones con una mujer con la que estaba involucrado era realmente incómodo.