Download Chereads APP
Chereads App StoreGoogle Play
Chereads

La marea entre nosotros | Omegaverse • BL |

CatminiAP
--
chs / week
--
NOT RATINGS
211
Views
Synopsis
Después de una dolorosa escapada del lado de Min-jun, su ex pareja, quien lo engaño y lo desmoronó emocionalmente, Ji-hoon huye al aislamiento de un hostal apartado, buscando espacio para sanar y olvidar lo que quedó atrás. Lo que parecía ser una oportunidad para encontrar paz se convierte en un dilema emocional cuando Seok-jin, un alfa imponente y de presencia única, llega a su vida, despertando en Ji-hoon una atracción que desafía todo lo que creía saber sobre sí mismo. En el proceso de reconstruirse, Ji-hoon se ve obligado a enfrentar no solo los recuerdos de Min-jun, sino también los intensos sentimientos que empiezan a surgir por Seok-jin. El pasado y el presente se mezclan de una manera peligrosa, mientras Ji-hoon lucha por dejar ir a Min-jun y explorar lo que podría ser una nueva oportunidad de amor. Con cada paso que da, Ji-hoon se adentra más en un laberinto emocional que podría cambiar su vida para siempre. ¿Podrá dejar atrás su pasado y abrirse a lo nuevo, o será el peso de lo que vivió con Min-jun lo que lo mantendrá atrapado? • Historia omegaverse bl (gay) •
VIEW MORE

Chapter 1 - 01: Enredado en la oscuridad

Ji-hoon observaba por la ventana del apartamento que compartía con Min-jun, contemplando la ciudad iluminada que se desplegaba bajo el silencio nocturno. Habían pasado seis años desde que comenzaron su relación, un lazo que inicialmente había parecido fuerte y duradero, pero que lentamente se había convertido en una prisión. En su vida juntos, parecían ser la pareja perfecta, uno de esos ejemplos que todos admiran y alaban. Él, un omega encantador, y Min-jun, un alfa dominante, un CEO en ascenso que sabía cómo manipular las apariencias a su favor.

Sin embargo, tras la fachada brillante, habían sombras que Ji-hoon había tratado de ignorar. La perfección que se mostraba al mundo ocultaba los gritos silenciosos de su corazón, sus miedos y frustraciones que ardían en sus entrañas. Recordaba los momentos de felicidad a su lado, las cenas elegantes, las recepciones en las que ambos deslumbraban a todos, y las vacaciones en lujosos destinos. Todo parecía diseñado para dar una imagen de felicidad, una que a menudo se sentía vacía al final del día.

Era en esos momentos de quietud, cuando el ruido del mundo se silenciaba, que la soledad lo invadía. La relación que había comenzado como un sueño ahora se sentía como una trampa sin salida. La verdad ocultada bajo la superficie, era que Min-jun era controlador y astuto, y aunque el alfa podía ser encantador en público, existía una faceta oscura en él , una que Ji-hoon había aprendido a temer.

— ¿Dónde estás, Ji-hoon? — su voz retumbó en el frío y gran apartamento en que vivían.

La voz de Min-jun hizo que Ji-hoon volviera a concentrarse y se dedicó a buscar a Min-jun. Min-jun estaba sentado en el sofá, su actitud despreocupada contrastaba con la intensidad en su mirada. Los ojos de Min-jun, oscuros como el abismo, reflejaban sus ansias de mantener el control sobre su pareja, de manipularlo sutilmente para que no se alejara.

— Solo miraba el horizonte. — respondió Ji-hoon, forzando una sonrisa, tratando de ocultar la inquietud que lo penetraba. — Es hermoso, ¿No crees?

Min-jun se acercó, envuelto en un aroma amaderado que tenía el poder de provocar tanto deseo como un leve temor en Ji-hoon.

— Sí, pero no deberías distraerte con eso. Hay cosas más importantes que hacer antes que perder el tiempo en estás cosas. — replicó, con un tono que dejaba entrever que no había espacio para discusiones.

Min-jun cerro la gran cortina de color gris que estaba en la ventana, haciendo que la distracción de Ji-hoon ya no le fuera una molestia a su vista.

— ¿Cómo te fue en el trabajo hoy? — pregunto Ji-hoon, tratando de tranquilizar el ambiente incómodo que estaba entre ellos.

— Fue agotador, como siempre. — respondió con su voz en un leve tono de fastidio. — Solo quiero darme un ducha e ir a descansar, pero tengo aún más trabajo pendiente.

Ji-hoon miró a Min-jun, este le dedicó una leve mirada y se dió la vuelta, decidido a dejar la sala para ir a darse una ducha. Ji-hoon por otro lado, se quedó por unos segundos mirando la espalda de aquel hombre que antes le robaba tantos suspiros de amor, pero que hoy se sentía tan distante.

Con el paso del tiempo, Ji-hoon aprendió que cuando Min-jun se encontraba de mal humor, no debía de molestarlo, ya que el alfa se descontrolaba fácilmente ante la irritación que llegaba a ser Ji-hoon a sus ojos.

Ji-hoon dudó por un momento, una parte de si quería seguir a su pareja para tratar de recuperar, aunque sea un instante, ese sentimiento de amor y tranquilidad que antes este le transmitia.

— ¿Y si está vez es diferente? — susurró más para si mismo que otra cosa.

Estaba decidido a intentar aunque sea por un momento a tratar de formar entre ellos algún momento íntimo.

Momentos como esos ya solo formaban partes de los recuerdos de Ji-hoon. El constante trabajo y temperamento de Min-jun habían borrado cualquier rastro de encontrarse en un momento en que se dejarán llevar por la pasión y el cariño. Ji-hoon añorando sentir la calidez de su pareja, se decidió a buscar contacto con él.

— Min-jun, cariño... — pronunció, su voz baja, como si temiera molestar a la persona que se encontraba duchandose frente a él. — ¿Quieres que nos duchemos juntos?

Ji-hoon respiro hondo, sintiendo el aroma de Min-jun el cual hacia tiempo no sentía de tal intensa manera por al falta de encuentros entre ellos. El aroma a enmaderado de Min-jun no se le hacía el aroma más delicioso del mundo, pero ante su cuerpo y su ser, ese aroma lo llevaba hacia sus más añorados recuerdos.

— Ji-hoon. — respondió Min-jun, en su voz se podía notar su leve molestia. — Te dije que estoy agotado, no es momento para esto.

La voz de Min-jun era firme, como si no hubiera espacios para un reclamo, como si lo que dijera fuera una sentencia irrevocable. Pero Ji-hoon aún dispuesto a tratar de reconstruir lo que él no había roto, no quería darse aún por vencido.

— Lo que pasa es que te he extrañado. — pronunció Ji-hoon liberando un poco de feromonas, en busca de una reacción de Min-jun. — Extraño sentir tu calor, la casa se siente tan vacía sin tí, te extraño demasiado.

Su voz tembló por un instante, Min-jun le dedicó una mirada fulminante, dejandole saber su interminable mal humor a Ji-hoon.

— ¡Carajo Ji-hoon!, ¿Es que acaso no entiendes las palabras cuando alguien te habla? — grito, con su ceño fruncido, su molestia era evidente. — Deja de comportarte como si estuvieras en celo y lárgate de mi vista, no quiero que vuelvas a hacer algo como esto.

Ji-hoon dió un paso hacia atrás, parando toda intención que intentaba hacer para conseguir aunque sea por un instante, de calor de su pareja. Dió otro paso más hacia atrás, su expresión cambiando a una de temor y desilusión.

— Lo siento, no volverá a pasar. — le respondió, con su voz baja, saliendo del lugar y dejando atrás a un alfa lleno de enojo.

A pesar de las alertas internas que resonaban en su mente, Ji-hoon se sintió impotente. A lo largo de los años, había aprendido a suprimir sus deseos, a someterse a la voluntad de Min-jun en busca de la paz. Pero el caos latente lo consumía, deseando a gritos escapar de la situación en la que se encontraba.

Conforme avanzaban los días, Min-jun se volvía más frío, más pragmático, lo que había sucedido esa noche trazo una liña aún más visible que antes. Las palabras de su pareja eran como una cadena que lo ataba, pero aún así, no podía evitar entender la fragilidad de su amor.

En las últimas semanas, Ji-hoon había encontrado unos mensajes de texto que desataron una tormenta en su interior. Era la evidencia de las infidelidades de Min-jun con otras personas, palabras dulces que le dedicaban los mensajes que no le pertenecían, le hizo sentir un golpe en el corazón. Las caricias que nunca recibía, el calor, el amor, eran dedicados hacia otra persona que no era él.

Darse cuenta de todo eso lo había llevado a un abismo de confusión. El dolor amenazaba con abrumarlo, y la rabia creciente aumentaba como una ola en el mar.

— ¿Qué fue lo que hice mal? — pronunció para si mismo en un susurró, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, su corazón sintiendo partirse en mil pedazos.

Una noche, incapaz de soportarlo más, decidió confrontar a Min-jun. El ambiente estaba cargado de tensión cuando ambos se encontraron en la habitación principal, las luces tenues ofreciendo un resplandor apagado. Ji-hoon sintió que su corazón latía con fuerza mientras tragaba saliva, sintiendo cómo el miedo y la ira danzaban en su pecho como dos fuerzas opuestas.

— Min-jun, te vi... ví esos mensajes... ¿Me estás engañando? — preguntó, su voz temblorosa, un eco de sus sentimientos reprimidos.

La reacción de Min-jun fue explosiva. Se levantó del sofá de un salto, su mirada oscura llena de sorpresa y furia.

— ¿Así que decidiste rebuscar en mi vida privada? ¡No debiste hacer eso, Ji-hoon! — su voz retumbó en la habitación. — Confías demasiado en las apariencias, ¿Crees que porque eres mi pareja tienes derecho a rebuscar en mis asuntos privados?

Min-jun estaba visiblemente molesto, sus feromonas empezaron a inundar la habitación, volviendo el aire cargado de una bomba de tiempo.

— Te he dado todo, mi corazón, mi vida. ¿Y aún así desconfias de mi? — terminó por decir, su rostro volviéndose cada vez más tenso de la rabia.

— ¡No! — exclamó Ji-hoon, sintiendo cómo el dolor ascendía en su garganta. — No es que desconfíe de tí, es solo que, esta ¡Es la realidad!

Ji-hoon grito, su cuerpo temblando de miedo pero sin querer dejarse manipular por esas palabras, él no había hecho nada malo, pero Min-jun no lo dejaría en paz. No dejaría que Ji-hoon llegase a abrir la boca, poniendo en riesgo lo que tanto le había costado.

— ¡Ya no puedo seguir así! No es justo lo que me has hecho, te he dado todo de mi Min-jun. — volvió a hablar Ji-hoon.

En un instante, la atmósfera cambió abruptamente. Min-jun dio un paso hacia él, más cerca, y Ji-hoon sintió cómo un escalofrío recorría su columna vertebral. La rabia contenida en Min-jun era palpable, casi opresiva, el aroma amaderado que desprendía se volvía más denso, envolviéndolo en una atmósfera de provocación que le recordaba lo peligroso que podía llegar a ser.

— Tú eres el que no entiende la realidad. — espetó Min-jun, su voz cargada de frustración. — Te haces daño al creerte lo que no eres. No creas que eres tan único Ji-hoon.

Un movimiento instintivo hizo que Ji-hoon se apartara, sintiendo una incomodidad creciente. Pero Min-jun no cedió. En un arranque de ira, tomó del brazo a Ji-hoon con fuerza, creando una presión que pudo haber sido peligrosa. En ese instante, el miedo se apoderó del omega.

— Min-jun, suéltame, por favor, me haces daño. — dijo Ji-hoon, arrepentido por haberlo confrontado.

Las lágrimas amenazaban con caer, pero su orgullo lo mantenía firme.

Al darse cuenta de su propia fuerza, Min-jun se detuvo de repente, un parpadeo de sorpresa cruzó en su rostro cuando se dio cuenta de que había cruzado una línea que podría amenazar su vida como la conocía.

— Lo siento... no quise. — su voz cambió de tono, y por un momento, Ji-hoon vio una fracción de vulnerabilidad en los ojos de su pareja que le heló la sangre.

Pero el instante fue efímero, reemplazado rápidamente por un aire de manipulación.

— Tú eres el único. Siempre lo serás. — dijo, intentando recuperar su control. — No puedes dejarme, Ji-hoon. No importa lo que digan esos mensajes. A nadie le importas tanto como a mí, eres tú a quien realmente amo.

La mezcla de miedo y confusión inundó a Ji-hoon. Había algo en la mirada de Min-jun que le resultaba familiar y aterrador a la vez. Era la manipulación que había sufrido tantas veces, la promesa de "no puedes escapar de mí". La imagen de ser el único ocupaba un lugar oscuro en su mente.

Poco a poco, Ji-hoon se sintió atrapado en una telaraña invisible de emociones y recuerdos. Sabía que su vida había comenzado a desmoronarse, y que cada vez más se sentía incapaz de escapar. Pero por otro lado, tenía que encontrar una forma de liberarse de aquello, de dejar atrás el abrazo de Min-jun que lo llevaba a la desesperación. Era tiempo de tomar decisiones, pero no podía dejar que el miedo dictara su vida.

Una semana después de aquel encuentro tan agresivo, Ji-hoon comenzó a planear un viaje a Busan. Decidido a tratar de darse un tiempo alejado de Min-jun para poder pensar bien en las cosas, empezó a preparar las cosas para tratar de solucionar el torbellino en su mente.

El viaje a Busan era la escapatoria que tanto necesitaba, una oportunidad para redescubrirse lejos de las sombras que lo perseguían. La idea le llenaba el corazón de incertidumbre, pero al mismo tiempo, se sentía con una chispa renovada de esperanza al visualizar un futuro donde sus elecciones le pertenecieran a él, donde no estuviera que estar esperando algo que nunca llegaría.

— Puedes hacerlo. — se dió un pequeño aliento a si mismo, sabiendo que no sería nada fácil el poder salir de allí, no sabiendo lo manipulador que podía llegar a ser Min-jun.

Y así, mientras la ciudad seguía su curso, Ji-hoon tomaba los primeros pasos para salir de la oscuridad, mirando hacia un horizonte en el que pudiera emerger una nueva versión de sí mismo. En dónde tal vez encontraría la paz y las respuestas a sus interminables preguntas sobre cómo afrontar lo que tan mal le hacía.