Capítulo 6.
5 años después.
Azucena
La vida con los Auditore es fantástica, mis hábitos de higiene fueron contagiados a los demás incluso Claudia no podía soportar sin bañarse mas de dos días fue un gran logro a mi parecer lo único que aun me aflige es ir a hacer mis necesidades use métodos algo modernos como esos baños que les llamaban secos cubriendo a veces con hojas secas y otras con aserrín de las carpinterías de Florencia, Mama maría alagaba mis ideas si supiera que no son mías pero no iba a decirle eso, el primer año que pase con ellos fue lindo dormir con cada uno de mis personajes y mi personaje favorito era mas que lindo, mientras preparaban mi propia habitación aunque con él que pasaba mas la noche fue con Ezio que disfrutaba de mis locuras como escapar a juntar hierbas o salir a pasear y ver todo lo que había, Federico siempre nos seguía y nos regresaba cuando nos alejábamos demasiado siendo regañados por Mama maría y también el es que me ayudaba a escapar de mis lecciones de modales las aprendía rápido pero eran aburridas preferí estar afuera consiguiendo nuevas plantas de hecho ayude a mi familia cuando se ponían mal era lo menos que podía hacer, eso me gano lecciones con un viejo Medico que me acepto sin prejuicios de ser mujer aunque dijo que lo escondiera por miedo a que me quemaran por bruja papá lo examino desde las sombras y lo acepto incluso el venia de vez en cuando a pedirme algún medicamento para ayudarlo.
Cuando mi cuarto estuvo listo a veces Ezio y Federico iban y se quedaban mientras charlábamos de muchas cosas sin importancia era bello pasar todo esto pero ahora que Ezio tenia 10 años su entrenamiento empezaría como el de Federico y para mi mala fortuna Papá Giovanni no me iba a incluir en el entrenamiento hoy comenzaría y apenas había llegado de una "Salida de negocios" pero no me de tuvo ya lo esperaba a fuera de su oficina a que saliera.
-Pequeña flor ¿Qué haces aquí? –
-Papá Vengó a preguntar ¿Por qué no me vas a entrenar en la lucha como a Ezio?- debía verme algo patética mi enojo equivale al de un conejo con las mejillas infladas.
-Por dos simples razones –
-¿Cuáles son?-
-Una tu madre me regañara si sabe que te entreno en ese arte de la lucha y el de correr- algo no muy convincente estaba segura que el ya sabia de mis escapadas y sabia que a veces nos íbamos por el techo
-¿Y la segunda?-
-Por que no quiero que te lastimes- eso me enterneció demasiado jamás imagine que esa era una de las razones, no pude evitarlo y lo abrace apenas y le llegaba a la cintura pero eso no impidió que me devolviera el abrazo.
-Papá te prometo que no me pasara nada déjame entrenar por favor- le pedí mas calmadamente senti como me apretó mas a el.
-No quiero hacerlo pero…ah- alce mi mirada viéndolo dudar hasta que escuchamos un carraspeo detrás conocía esa voz y si a mirar a esa dirección estaba Mamam Maria
-Amor déjala entrenar confiemos en nuestra niña pero solo con una condición-
-¿Cuál mamá?-
-Tus clases de modales y educación como una dama no cesaran y no escaparas ¿De acuerdo?- senti como estallo la felicidad dentro mío que grite un poco mientras la iba a abrazar
-Gracias, Gracias hare todo lo que me pidas- le di un fuerte abrazo para luego salir de esa habitación dejándolos solos, al girar con dirección a mi cuarto vi a Ezio impaciente esperando por mi.
-¿Y que te dijo?- el sabia que no me querían dejar entrenar y claro él fue el de la idea que lo esperara para convencerlo.
-Me dijo que si, vamos a entrenar juntos- grite emocionada por ese simple hecho debía prepararme en el futuro solo tendría que enfrentar obstáculos y el mayor obstáculo era el de detener el obstáculo de la ejecución -Me iré a preparar- lo deje ahí en el pasillo lista para ponerme mis ropas un pantalón confeccionado con un vestido viejo y una camisa algo cómoda y un chaleco color verde ya por ultimo sujete mi cabello en dos trenzas para que no me molestaran, terminando me fui a la sala donde comenzaríamos a entrenar o donde le había enseñado a Federico, ya en la sala estaba Giovanni y Federico.
-Vaya pensé Padre que no ibas a incluir a Zusu-
-Digamos que hicimos un trato ¿Verdad papá? - su sonrisa de resignación me dio risa y ellos dos también se rieron por ver este suceso.
-Bueno dejemos las charlas debemos comenzar a correr los dos, 4 vueltas a la sala- dijo de la nada mire todo alrededor había cajas y muebles de obstáculo
-Pero hay obstáculos padre-
-Creo que fui muy claro- asentimos y comenzamos a correr el propósito era claro era aprender a correr mientras saltas sin perder el ritmo, después de dos vueltas Ezio cayo dos veces, en la tercera vuelta yo me caí y por fortuna en la cuarta ninguno cayo.
-Bene aquí en medio rápido- las ordenes eran claras nos explico que debíamos mantener la vista en el objetivo, comenzó con Federico dándole indicaciones que atacara a Ezio y que el lo esquivara lo mejor que podía solo esquivar, recibió muchos golpes después de minutos comenzó conmigo de igual forma recibí golpes casi los mismo que Ezio pero no importa y al final del día terminamos en el suelo sudorosos y magullados muy magullados.
-Terminamos mañana continuaremos Zusu tu madre pidió que te arreglaras para salir- fue lo ultimo que dijo dejándonos en el suelo ahí mientras Federico picaba un costado de Ezio riéndose de él.
-No quiero moverme- solté rodándome de un lado a otro
-Vamos Zusu fue el trato con nuestra madre no puedes escapar de él- Ezio siendo la voz de la responsabilidad, pero era cierto asi que con pesar me levanté y sacudí el polvo
-Bueno ven Ezio te daré algo para el dolor – vi cómo fue ayudado por Federico mientras nos dirigíamos a mi cuarto, al llegar vi que ya había preparado el baño, oh eso era bueno asi que me fui al estante donde tenía todas mis medicinas y tome un frasco con un contenido color verde agarre dos tazas y puse un poco de te de Jengibre (muy difícil de conseguir) y vertí el liquido a la mitad pronto debía ir a buscar mas plantas desinflamatorias asi que significaba una salida próxima y por su puesto me llevaría uno de los dos para traer mas.
-Ten bebe esto- le pase la taza Ezio que la miro muy mal, tome el líquido era amargo pero ayudaría para mañana
-Agg creo que no necesito esto- dijo mirando el liquido de la taza, el se decía ser muy maduro pero al ver su negativa si que seguía siendo un niño.
-Tienes que tomarla o mañana estarás muy adolorido- le dije insistiendo con la medicina una pelea cada que le daba un remedio.
-Paso- el comenzó a alejarse pero tenía una arma que nunca fallaba
-Si te tomas la medicina te daré uno de esos dulces que tanto te gustan- hace tiempo había descubierto como hacer caramelo de leche un logro que me costó bastante pero cuando lo hice les di a todos una bolsita con cierta cantidad a cada uno un poco más a Petruccio por ser menor para mi sorpresa fue cuando Ezio entro a mi cuarto a escondidas buscando mas de esos dulces, recuerdo bien que le dije que no le daría mas si no hasta su cumpleaños, me comenzó a zarandear de que le diera mas tuve que jalar sus mejillas tan fuerte hasta que entendió que no habría mas por ahora, pero desde entonces puedo manipularlo con esos dulces y claro que funciono por que antes de que le dijera si aceptaba tomo la taza y se bebió todo me sorprendió eso la verdad.
-Argg listo dame mi dulce- no pude evitarlo y me comencé a reír de él pero un trato es un trato asi que me acerqué a mi mesa y de el saque un dulce mas o menos grande
-Aquí tienes asi que vete por favor tengo que cambiarme- le dije viéndolo como se comía el dulce saboreándolo lentamente.
-Mmmm Gracias Zusu- y de la nada se acerco a mi y me abrazo fuerte plantando un beso en mi mejilla -Ten cuidado con Mamá- y se fue salió de la habitación dejándome de piedra por tal acción incluso me dejo toda sonrojada con el corazón acelerado ….eso no es bueno.