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Cronicas de un renacido

🇦🇷Leonardo_vladimir
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Synopsis

Chapter 1 - Capitulo 1: recuerdos perdidos

En el vasto universo, existen innumerables mundos, espacios y líneas temporales. Nadie puede romper la inquebrantable ley de la vida: aquel que muere debe permanecer muerto para renacer en una nueva existencia. Sin embargo, incluso los dioses pueden ser caprichosos y crear excepciones, sacrificando su propia divinidad a cambio de salvar una vida en un mundo desprovisto de esperanzas.Aquel que se mantuvo firme hasta el final, que enfrentó la muerte con dignidad sin arrodillarse ni pedir clemencia, fue recompensado con una segunda oportunidad. Pero esta nueva vida no vendría sin dificultades. El dios que otorgó esta gracia lo hizo con la certeza de que el hombre al que salvaría no desearía un camino fácil. La única ayuda que recibiría sería el don de ver y manipular, de forma limitada, la ventana de estado que todos los humanos poseen. Sin embargo, solo podría manejar la suya propia y observar las ventanas de los demás, dejándole la decisión de cómo utilizar esa ventaja.Así, tomó el alma de aquel humano y retrocedió el tiempo de su mundo a un momento en que aún era joven y fuerte, enviándolo cien años atrás, a la época en que tenía solo diecinueve años. Despertó en su cama, en un pequeño departamento donde vivía solo, tras graduarse de la universidad a una corta edad.El mundo había cambiado drásticamente; los poderes y los monstruos se habían vuelto comunes. Estas criaturas habitaban torres que surgieron de la nada, causando estragos en la humanidad, pues había pocos valientes dispuestos a limpiar los peligros de esas estructuras. Sin embargo, la desesperación llevó a los hombres a levantarse, a mejorar sus estadísticas, a equiparse mejor y a luchar por su supervivencia. Esta era la historia que contaban en la escuela.Yo, en cambio, jamás había visto a un monstruo, pero anhelaba ser cazador, deseando experimentar esa emoción. En ese instante, una inundación de preguntas invadió mi mente. Una ventana roja de estado apareció ante mí, anunciando que había renacido y que estaba viviendo una segunda vida. Sin embargo, no recordaba nada. Había leído sobre este tipo de reencarnación, donde las personas normalmente conservan sus recuerdos.Dante: —¿Por qué no recuerdo nada? —pregunté con ansiedad.El dios, mediante el sistema y la ventana de estado, respondió que era porque así lo había pedido. Según sus palabras, si recordara todo, la vida sería demasiado fácil. Sonreí ante la lógica de su respuesta y asentí.Con la ventana de estado frente a mí, comencé a explorarla. En ella, podía ver mis habilidades, estadísticas y un nuevo mundo de posibilidades. La ventana mostraba mi nombre, nivel, atributos físicos y habilidades recién adquiridas. La curiosidad me llevó a examinar cada detalle, comprendiendo que tenía un camino por delante que debía forjar con mis propias manos.Aprendiendo a Usar el SistemaLos días siguientes se convirtieron en una intensa fase de aprendizaje. Aunque carecía de recuerdos de mi vida anterior, la esencia de la lucha y la superación comenzaba a resurgir. Cada mañana, al despertarme, dedicaba tiempo a estudiar la ventana de estado, a descubrir cómo funcionaba el sistema. Me di cuenta de que cada acción que emprendía, cada enemigo que derrotaba, contribuía a mejorar mis estadísticas.Conforme pasaban los días, me aventuré a salir de mi departamento, explorando el bullicioso mundo exterior. La gente se movía rápidamente por las calles, inmersa en sus rutinas. Observé a los jóvenes y a los adultos, todos con la misma ansiedad por sobrevivir y prosperar. Era un mar de determinación y desafíos.A medida que caminaba, la ventana de estado me permitió ver a los demás. Las cifras flotaban sobre sus cabezas, sus estadísticas brillaban en un rojo intenso. Podía ver su nivel, fuerza, agilidad y habilidades especiales. Un grupo de jóvenes se detuvo cerca, y me fijé en uno de ellos, un chico con cabello rubio y una mirada decidida. Su ventana de estado decía: "Nombre: Eric; Nivel: 15; Fuerza: 18; Agilidad: 22; Habilidades: Golpe Acelerado."Un escalofrío de emoción me recorrió al entender que estaba en un mundo donde la habilidad y la determinación eran la clave de la supervivencia. Observé a un hombre mayor, de rostro marcado por las cicatrices de innumerables batallas. Su ventana mostraba un nivel impresionante: "Nombre: Aldo; Nivel: 35; Fuerza: 40; Agilidad: 38; Habilidades: Maestro de Espadas." Este era un guerrero de renombre, y mi corazón latía con fuerza al pensar en la posibilidad de enfrentarme a él algún día.Con cada persona que veía, mi ambición crecía. En el parque, un grupo de cazadores se reunía, y sus ventanas mostraban una variedad de habilidades que hacía que mi mente trabajara a mil por hora. "Nombre: Sara; Nivel: 28; Fuerza: 30; Habilidades: Curación Rápida." Me pregunté si podría aprender de ellos, si algún día podría tener habilidades tan extraordinarias.Luego de observar tantas ventanas de estado y comprender el vasto potencial que se extendía ante mí, tomé una decisión firme: dedicaría mi tiempo a aumentar mis estadísticas y convertir mis debilidades en fortalezas. Para lograrlo, comenzaría con ejercicios físicos y cardiovasculares, entrenando mi cuerpo con una intensidad que no había experimentado antes. Era un simple joven, pero sabía que la fuerza, la resistencia y la estamina eran vitales para sobrevivir en un mundo donde los monstruos acechaban.Los primeros días de mi entrenamiento fueron agotadores. Me despertaba antes del amanecer y corría por el vecindario, sintiendo cómo cada zancada me acercaba a mis objetivos. Mis piernas ardían, y el sudor empapaba mi frente, pero no me rendía. Sabía que cada esfuerzo contaba, y que mi ventana de estado me recompensaría con cada avance. Cada sesión de ejercicios era una oportunidad para aumentar mis estadísticas de fuerza y resistencia.Además del entrenamiento físico, entendí que debía desarrollar mi mente. La inteligencia, el razonamiento y la sabiduría se podrían obtener a través del estudio, así que comencé a explorar libros sobre magia elemental. La magia era un arte que había fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, y sabía que aprender a controlarla me daría una ventaja significativa. Al principio, los conceptos eran confusos, pero con dedicación y paciencia, empecé a comprender los fundamentos.Pasaba horas sentado en mi departamento, rodeado de libros antiguos y pergaminos. Aprendía sobre los diferentes elementos: fuego, agua, tierra y aire. Cada día, me concentraba en uno de ellos, intentando invocar sus propiedades dentro de mí. Los ejercicios de visualización se volvieron cruciales, y con el tiempo, logré encender una pequeña chispa de fuego en la palma de mi mano. El logro me llenó de alegría y motivación; era el primer paso hacia el dominio de la magia.Al mismo tiempo, decidí que debía aprender a manejar armas comunes. Opté por un cuchillo de cocina, un instrumento que podía ser tanto una herramienta como un arma. Cada tarde, después de mis ejercicios, dedicaba tiempo a practicar cortes y movimientos, convirtiéndome en un cazador con la mente abierta a nuevas habilidades. El cuchillo se volvió una extensión de mi mano; cada movimiento se hacía más preciso y fluido, y me di cuenta de que, incluso con un simple cuchillo, podría ser peligroso.Sabía que, aunque mi progreso era prometedor, tenía que esperar cinco meses para realizar la prueba de cazador. Durante ese tiempo, decidí maximizar mi entrenamiento. Combinando ejercicios físicos, estudios mágicos y práctica con el cuchillo, trabajaba incansablemente. Aprendí magia básica elemental y empecé a investigar magia que aumentara mis estadísticas temporalmente. La idea de poder potenciar mis habilidades en momentos críticos me emocionaba.Además, no quería descuidar mi salud. Comencé a aprender magia de apoyo, centrada en la curación. En este mundo, las heridas podían ser devastadoras, y tener la capacidad de curarme sería invaluable. Con el tiempo, logré desarrollar una pequeña técnica de curación que, aunque rudimentaria, me permitía sanar cortes y magulladuras menores.Mis cinco meses de entrenamiento fueron intensos, pero gratificantes. Sentía que mi cuerpo y mente se transformaban. Cada día, al mirar mi ventana de estado, veía los números aumentar, y eso me llenaba de determinación. Estaba en el camino correcto para convertirme en un cazador, listo para enfrentar los desafíos que el mundo tenía reservados para mí.Dante: —mañana sera el dia de la prueba ahora inicia mi camino no desperdiciare esta segunda oportunidad para vivir—